El
4 de abril por la tarde se efectuó en San Cristóbal de Las Casas,
Chiapas, el primer acto importante de proselitismo político del
candidato del PRD, PT y “Movimiento Ciudadano”, a la Presidencia
de la República Mexicana. Ya antes estuvieron en Chiapas los
candidatos Enrique Peña Nieto, en San Juan Chamula, y Josefina
Vázquez Mota, en Tapachula. Nadie de ellos convocó a la ciudad de
Tuxtla Gutiérrez, capital del estado, y seguramente no es casual;
tiene explicación y mensaje políticos. Sobre el mitin en la “Plaza
Catedral” de San Cristóbal que encabezó Andrés Manuel, conviene
hacer algunas anotaciones a su forma y contenido, tratar de ir más
allá de las apariencias, intentar encontrar la esencia; que mueva a
la reflexión, con honestidad, imparcialidad y que sea,
principalmente, útil al ciudadano común y, por qué no, también a
ellos.
Debe
reconocerse que Andrés Manuel habla diferente a Enrique y Josefina;
demuestra mayor conocimiento de la realidad mexicana, el que pone a
merced de cualquier persona gracias al uso de un lenguaje claro,
coloquial y seguro, no sólo para “académicos”, por igual lo
entienden quienes no sabe leer ni escribir, que los “cultos”
investigadores. Sabe dejar claro que él entiende cuál es la
problemática económica, política y social de los mexicanos. Sin
ambigüedades, identifica cuestiones torales que han deteriorado, en
grados extremos, el bienestar de la sociedad mexicana, lo que hoy la
tiene en una evidente emergencia nacional. Andrés le pone nombre y
apellido casi a todo, casi, porque de los malos gobiernos y
desastrosas administraciones públicas estatales y municipales donde
“gobernó” o “gobierna” el PRD, dice nada, y con ello
pisotea lo que “amorosamente” desarrolla con la cabeza,
las manos y la lengua. Lástima.
López
Obrador propone con claridad, puntería y hasta con buena dosis de
humor. Sin embargo, lo más importante en ningún momento lo explica;
por qué él y su “izquierda”, pudiendo, no han hecho lo
suficiente, con oportunidad y de manera decisiva, en cuando menos 18
años, para combatir y evitar las desgracias, los atropellos
oficiales, las impunidades y las corrupciones que hoy padece el
pueblo de México; la descomposición social acelerada, en todos sus
órdenes. ¿De qué sirve entender y explicar bonito, hablar y
proponer con certeza, si el discurso no es congruente con la práctica
de los gobiernos y administraciones públicas estatales, municipales
y del Distrito Federal que él ha presidido, permitido o que nunca ha
denunciado y mucho menos combatido, con la misma energía y coraje
que denuncia y exhibe a los priistas y panistas?, ¿quién no
recuerda las corrupciones que le comprobaron públicamente cuando él
fue jefe de Gobierno del Distrito Federal? ¿De qué sirve hablar
bonito y de manera convincente, si se presenta rodeado de muchos
hombres y mujeres deshonestos, abusivos, antidemocráticos,
insensibles e irresponsables sociales, igual a los que se producen y
reproducen en el PAN y PRI? ¿Todo esto, de qué sirve y cuánto
ayuda socialmente lo que él dice y lo que hacen los gobiernos
perredistas con los cuales convive y comparte, a los que se les ha
denunciado públicamente por corrupción y abuso en sus actividades
oficiales?
Los
recientes gobiernos estatales de Zacatecas, Michoacán y Chiapas,
bastan y sobran para ejemplificar lo que esta columna plantea y
cuestiona. Según las experiencias e información pública,
abundantes, no existen diferencias de fondo, sustantivas, entre los
gobiernos priistas, panistas y perredistas. Estos últimos, cuando
llegan al poder, no en los discursos de campaña, sólo se
entretienen y gastan, obsesionados, en el cultivo de apariencias
“deslumbrantes”, ruidosas y encarecidas formas de cosmetología
política, para simular y vender la imagen de gobiernos y
administraciones de “Los ciudadanos”, construida para “El
pueblo” y por “El pueblo”, pura palabrería y paja.
Con poco que se les escudriñe detenidamente y analice con rigor,
todo se les desmorona y diluye, se les cae el maquillaje corriente,
quedando al final en lo importante, idénticas acciones y parecidos
frutos a los gobiernos y administraciones que ellos critican y
proponen cambiar.
En
el mitin del 4 de abril, a un costado del edificio de la presidencia
municipal coleta que encabeza una perredista, que aporta nada bueno
para “vestir” bien a Andrés Manuel, debe admitirse que López
Obrador concentró más personas que las que con todo el apoyo
oficial le acostumbran acarrear al “Güero” Velasco, pero
resultó pequeña y nada comparable con los contingentes que el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional logró presentar
el año pasado cuando la convocatoria del poeta Javier Sicilia. Las
concentraciones del “Güero”, la de López Obrador y las de hace
meses del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, no
tienen punto de comparación, la del EZLN es la mayor y mejor, por su
magnitud, organización, disciplina, notoria representatividad de
“Los de Abajo” y sobre todo, por la evidente convicción con la
que asisten. Además, por si hiciera falta, debe decirse que el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional ha dejado claro
en su discurso y práctica, durante 18 años, que busca cambiar al
actual sistema económico, político y social, mientras los otros,
demuestran con sus acciones, que únicamente pretenden parchar,
remendar o teñir de otro color, al injusto sistema político de
nuestros días, por supuesto, ellos incluyéndose en la cabeza y
siempre, colocando bajo sus pies a los millones de mexicanos
empobrecidos, producto de este modelo económico que ya sólo produce
injusticias, pobres, violencia y lástima.
Aquellos
que no tienen intereses personales de ninguna naturaleza y que no se
pierden en inmediateces, que conocen de la trayectoria, desempeño y
resultados, de los hombres y mujeres que el 4 de abril promovieron y
acuerparon a López Obrador, no comprenden cómo Andrés Manuel
fuetea y fustiga con razón y saña a los priistas y panistas, y en
el mismo momento, frente a todos, permite que a su lado esté su
candidata al gobierno del estado, María Elena Orantes López,
quien todavía huele a PRI, se viste como priista, se conduce como
priista y seguro nunca dejará de pensar como priista, para quien
López Obrador pidió que no la dejen sola y que la ayuden. ¿Cómo
entender y aceptar esta grosera contradicción entre los dichos y
hechos de Andrés Manuel y cómo es que la militancia lo permite y
aplaude, tan mansa y mensamente?
Lo
de María Elena Orantes López, obviamente, más identificada
y comprometida con el grupo político nacional priista de Manlio
Fabio Beltrones, antes que con el grupo compacto de López Obrador,
no es un ejemplo pequeño ni el único, igualmente asistieron para
“apuntalar” y “fortalecer” al candidato, probados corruptos y
vividores de la política y administración pública nacional, y
actores, hombres y mujeres de la politiquería estatal y municipal,
esos que ya la mayoría de ciudadanos -los que no son gobierno ni
pretenden serlo-, por sus hechos y frutos, ya los tienen
identificados como deshonestos, farsantes, chambistas, ineptos,
oportunistas, siempre siervos y sumisos al gobernador en turno, del
color que sea y con los vicios que tenga.
A
diferencia de los candidatos del PRI y el PAN, López Obrador se
refirió al Ejército Zapatista de Liberación Nacional; lo
reconoció, se le ofreció y lo convocó a trabajar unidos.
Indudablemente, esta postura oportuna para ellos, está calculada y
calibrada desde una óptica política, no es sincera y pronto se
verá, más obedece a los intereses de grupo que ellos promueven y
defienden. Por ahora, con la sola referencia y exhorto al EZLN, López
Obrador se comió a priistas y panistas, pero seguro, conociendo a
los rebeldes insurgentes, no llevará a su plato a ningún zapatista
verdadero, los que han sido igualmente, en los hechos, despreciados y
olvidados por panistas, priistas y perredistas, de todas las medidas,
aristas y aromas, de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial,
de la Federación y del Estado de Chiapas. Durante 18 años los
ejemplos han sobrado, las provocaciones y ofensivas siempre han
estado presentes, las omisiones complacientes, redituables, entre
ellos, han sido una constante y las traiciones no han escaseado.