Muy
poco falta para que unos rían y otros maldigan; unas, celebren sus
logros y otras, lloren las promesas incumplidas.
A
estas alturas de los “acuerdos
y complicidades" para
el acomodo de piezas hacia la simulación
electoral inmediata,
ya al interior y
entre los grupos, mafias
local y nacional, ya
se pusieron de acuerdo en lo fundamental sobre cómo habrán de
quedar integrados los futuros ayuntamientos y poderes legislativos,
local y federal.
Para
el estado de Chiapas y los negocios por atender y repartir: ¿quiénes
serán los personeros del gobernador Manuel Velasco Coello y de su
mamá; quiénes serán los que representarán los intereses y
llevarán los negocios de los ex gobernadores Roberto Albores
Guillén, Pablo A. Salazar Mendiguchía y Juan José Sabines
Guerrero?
De
tanta inestabilidad emocional, los
y las politiqueras de
Chiapas han de
estar siempre entre el insomnio
y la diarrea por no
saber ya, formalmente, si los señores o la señora, por fin, se
decidió por tomarles como servidumbre
temporal para
satisfacer ambiciones, antojos y deseos insatisfechos.
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