Piensa, Prensa y Pega.

4 de marzo de 2015

Reflexiones y Precisiones

Si en México, la economía y la política se descomponen cada vez más sin que nadie reaccione como se debiera, con actitudes serias y a fondo, entonces no hay que esperar que la situación social y económica mejore, al contrario, habría que prepararse para los escenarios adversos que habrán de venir: mayor desempleo, más delincuencia, más violencia, mayor migración del campo a las ciudades y de México hacia otros países; incremento en la demanda de servicios públicos en los centros urbanos, mayores y más cinturones de miseria en la periferia de las ciudades, más indigencia, mayores enfermedades sociales en las áreas urbanas y rurales; todo ello, con sus consecuentes y muy particulares presiones sociales hacia los gobiernos más inmediatos al pueblo, los ayuntamientos. 

 

Si para la sociedad mexicana, la economía y la política empeoran aún más, en su comportamiento y resultados, habremos de experimentar conductas aún más dañinas de los institutos políticos hacia el pueblo mexicano: más miseria humana  en la  conducta de los políticos; más incongruencias de los actores de la política en detrimento del bienestar de los ciudadanos, mayor cinismo -si se puede-,  mayores saqueos de los recursos públicos, mayor y más sucia la lucha por el poder en la conformación de los diferentes niveles de gobierno, más desvergonzado y pobre el desempeño de las autoridades y los empleados gubernamentales. Desorganización, anarquía institucional y más irresponsabilidad, generalizadas, de las mujeres, hombres e institutos políticos mexicanos, es lo que habría que esperar y prepararnos para ello SI NO SE TOMA CONCIENCIA SOCIAL, SI EL PUEBLO MEXICANO NO SE ORGANIZA, MANIFIESTA, EXIGE Y ECHA A LOS MALOS GOBERNANTES Y A TODOS AQUELLOS Y AQUELLAS QUE SE PRESTAN O RENTAN, PARA QUE ESTE SISTEMA POLÍTICO INJUSTO VIVA Y SE REPRODUZCA A PLACER, HACIENDO SUFRIR A MÁS DE 50 MILLONES DE MEXICANOS. 

 

Si los mexicanos permitimos que todo continúe como hasta hoy, dejando que la clase política y los empresarios hambrientos, hagan y deshagan con la economía y la política: los precios de los alimentos básicos continuarán a la alza, el costo de los combustibles seguirá en la misma dirección, el gas doméstico se encarecerá más, el precio de la energía eléctrica será cada vez superior; en síntesis, el costo a pagar por la educación, vestido, techo, alimentación y demás servicios básicos para subsistir, cada vez serán más altos y nadie los detendrá. Continuará una economía y política inspiradas, diseñadas y operadas en beneficio exclusivo de la clase política y los empresarios, quienes desde hace décadas deciden y mandan en este país. Para la clase trabajadora del campo y las ciudades, habrá de seguir y cada vez menos, solamente lo indispensable para que sobrevivan, únicamente lo necesario para que continúen aportando mano de obra barata, suficiente y sumisa a un sistema político y económico injustos.

 

DEMOCRACIA verdadera, desde abajo hasta mero arriba, es lo que más le urge al pueblo mexicano, para remediar casi todos sus males. Una democracia que empiece por escuchar todo y a todos, un proceso democrático que no se limite a garantizar el nombramiento de auténticos representantes del pueblo, desde la comunidad más pequeña hasta los grandes centros de población; sino una democracia útil, también, para identificar con honestidad las necesidades sociales, determinante en la definición de prioridades, copartícipe en la elaboración de los programas, importante en la ejecución de las acciones e imprescindible para la honrada ejecución, seguimiento, evaluación, retroalimentación y control de toda acción encaminada a la construcción de bienestar social humanamente aceptable, para los más de 50 millones de ciudadanos mexicanos a los que solamente se les voltea a ver y avientan palabras y promesas en las campañas políticas, sólo utilizadas para simular procesos democráticos, mediante los cuales hacen creer que de ahí surgen quienes ellos después APODAN representantes populares. 

 

La realidad mexicana está condenada a continuar llena de injusticias, imposiciones y enfermedades sociales de cualquier tipo y origen; mientras prevalezca la DEMOCRACIA SIMULADA, esos procesos que ahora se manipulan y utilizan para promover e imponer a empresarios y politiqueros marrulleros que sólo piensan y se preocupan de su patrimonio, grupo y familiares; esos procesos que hoy cierran el paso a los líderes naturales honestos, llenos de sabiduría popular, escuchados y respetados por sus comunidades, barrios, colonias y ciudades enteras. Esos procesos electorales groseramente presentados, costosos y amañados, de donde hacen surgir, por la fuerza, a mujeres y hombres de una clase social que jamás ha padecido hambre, enfermedades curables, persecuciones, encarcelamientos, desalojos, despojos, humillaciones, torturas, desapariciones forzadas y olvidos gubernamentales. Una clase social que no se va a ir, que hay que echarla y, cuanto antes, mejor.

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