Piensa, Prensa y Pega.

26 de febrero de 2005

DE LOS CHIAPANECOS Y ALGO DE SU TRISTE HISTORIA.

De la masacre de Golomcham, Sitala, a Carranza, Chamula, Simojovel, Los Chorros, El Bosque, Villa las Rosas, Tzajalchem, Mactumactza, Ocosingo, Acteal y hoy Tila.

Si revisamos la historia reciente chiapaneca, de los últimos 34 años, referente a sus problemas sociopolíticos, donde el pueblo chiapaneco ha sido el protagonista principal, siempre encontramos y están presentes las manifestaciones sociales de inconformidad y rechazo, por sus condiciones de vida y desarrollo que han prevalecido.

Ha sido casi una constante hacia toda manifestación social, abordarla con soberbia, tratarla con indiferencia y atropellarla cuando los actores no se prestan a las “salidas” en la forma y fondo que proponen los Gobernantes en turno.

Cada manifestación social que surge cuestionando el fondo de los problemas, y proponiendo argumentos con elementos que sacuden los verdaderos problemas estructurales de los Chiapanecos, casi siempre tienen respuestas del mismo calibre y consecuente alcance... con ligeras variantes; amañados diálogos, intimidación, desalojos irracionales, saqueos bárbaros, desaparecidos, torturados y encarcelados.

Cada etapa, con dosis altas de desprecio hacia los valores universales de todo ser humano.

Desde luego, pocas han sido las ocasiones de abordaje a las manifestaciones sociales que no han estado aderezadas con muertos y vejados.

Si fuera necesario ilustrar la realidad vivida en los últimos 34 años, seria suficiente solo con enumerar algunas de las más representativas, siempre recordadas por los luchadores sociales.

En este listado de agravios a los muchos que no tienen, encontraríamos los conflictos y represión sufrida en Golomcham, Sitala; la Región de Simojovel y El Bosque; Carranza y Villa las Rosas; Chenalho con los “Chorros”, “Yibeljob” y “Acteal”; Tenejapa con “Tzajalchen”; Chamula y sus expulsiones; el aplastamiento de los maiceros frailescanos; las periódicas embestidas para aniquilar a la Normal Rural Mactumactza; inconformidades en la zona Chol y Tojolabal; diversos conflictos postelectorales y derivados del ejercicio en las Administraciones Publicas Municipales; luchas legitimas casi permanentes de los maestros chiapanecos, federales, estatales, bilingües, etc.

Desalojados, encarcelados, torturados, desaparecidos y muertos, lo mismo en la región Centro, que en la Frailesca, Norte, Altos, Selva o Frontera de Chiapas. Siempre presentes la intolerancia, indiferencia, soberbia e insensibilidad social... siempre ausentes la humildad, prudencia, responsabilidad, visión y tacto político.

Así, en apretada síntesis los últimos 34 años. Los Gobernantes todavía no aprenden y los que poco tienen aun no se rinden.

Los conflictos y manifestaciones sociales en general, casi siempre han sido la expresión de problemas mal concluidos o no resueltos en la tenencia de la tierra, intolerancia religiosa, luchas por el poder, corrupción en los ayuntamientos, abusos en la aplicación de la ley y ausencia de condiciones favorables para vivir y reproducirse dignamente. Injusticias sociales en todos los niveles y por todos lados.

Democracia, Justicia, Libertad, Empleo, precio justo para lo que se produce, Seguridad, Mejor Vida y Desarrollo Real, han sido por lo general la bujía y brújula en los movimientos sociales del pueblo chiapaneco, donde muchas ocasiones la ingenuidad, ineptitud, torpeza, ceguera o soberbia de nuestros Gobernantes, lejos de facilitar, complican la solución de las necesidades sociales.

En este escenario de no aguantar mas y basta de tanto atropello, hace su aparición el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional el 1° de Enero de 1994.

Todos supimos de lastimosos y mortales enfrentamientos desiguales, alto al fuego, comunicación epistolar, diálogos, encuentros y desencuentros, firma de acuerdos -incumplidos-, intento de aplastamiento militar, traición, enfriamiento de diálogos, simulaciones y rompimiento absoluto de la comunicación.

A 11 años de la aparición pública del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, las condiciones de pobreza y marginación, se han profundizado, acentuándose en el medio rural chiapaneco y en las periferias de sus principales ciudades. Se cuentan por cientos de miles los chiapanecos que han emigrado a los Estados Unidos de Norte América, principalmente, en busca de comida y recursos económicos para dar un techo, vestido, educación, salud y una vida digna a sus familiares. Aun a costa de los riesgos, maltratos y humillaciones a que son sometidos en el extranjero, lo prefieren, antes que morir de hambre o vivir en la cárcel.

En 11 años, se pasa por un conflicto bélico, un aparente dialogo constructivo, una indiferencia maquiavélica acompañada de los postulados básicos de una guerra de baja intensidad y últimamente por un intento de tiro de gracia por decreto, cuando el mes pasado el Ejecutivo Federal acompañado del Estatal, declaró en plena selva chiapaneca que el Zapatismo era cosa del pasado.

Toda esta última costosa campaña de -borrón por decreto- en suelo Zapatista, con todos los recursos de los Gobernantes, que incluye la difusión amañada en el interior y exterior del País, les cayó encima como losa en el panteón, cuando el 16 de Febrero en el Municipio Autónomo Rebelde Zapatista “16 de Febrero”, hablaron sus autoridades declaradas en resistencia y rebeldía.

Según información grabada, que tengo en mi poder y que hiciera pública en su noticiero el Maestro Hugo Isaac Robles Guillén, en este festejo de inauguración del “Palacio de Gobierno” del Municipio Autónomo Rebelde, las autoridades en rebeldía dieron cuenta de lo difícil que es construir su autonomía; atender las necesidades de los pueblos, la salud y educación; resolver los problemas sin distinguir religiones, colores, partidos y organizaciones. Encontrarse con autoridades oficiales cuando hay problemas, además de ver los proyectos de su municipio. Así lo dicen en la grabación.

Según el mensaje grabado, de conocimiento público, a 20 meses de formado el Municipio Autónomo Rebelde Zapatista “16 de Febrero” y de haber iniciado funciones el Consejo Autónomo, ya inauguraron su “Palacio Municipal”, e informaron de tener una “pequeña” biblioteca, dos escuelas autónomas, haber reforestado varias hectáreas de terreno e impulsado la Organización de Mujeres Artesanas dedicadas hoy a los tejidos, bordados y trabajos del ámbar.

Dijeron también, según el mensaje grabado, que caminan en el proyecto de construir una micro clínica y proyectos productivos que beneficien a todas las bases de apoyo Zapatistas.

Considerando las evidencias, el Zapatismo y los Zapatistas no son cuestiones del pasado, están en el presente definiendo su futuro... construyendo su autonomía.

Nuestros Gobernantes deberían de aprender de este aleccionador esfuerzo social comunitario, donde se desarrollan las capacidades organizativas y auto gestivas de la comunidad, acercarse a ellas, reconocerlo con humildad y contribuir a multiplicarlo. Dejar a un lado el orgullo, la ceguera y la insensibilidad. Dimensionarlo con responsabilidad y sumarse a la construcción de bien común, haciendo a un lado los beneficios personales, familiares, de grupo o coyunturales.

Seguramente, hoy los lectores opinaran que en este articulo se siente demasiado olor a pólvora, gases lacrimógenos y sangre. Además de estar inundado de frases fuertes, melancólicas o que reflejan demasiada preocupación, desesperanza, tristeza y decepción. No pudo ser de otra manera, esa ha sido la realidad, y hasta ahí me condujeron los recuerdos y reflexiones que me surgieron por los acontecimientos recientes sucedidos en el municipio de Tila.

¿Porqué no construir para resolver?, ¿porqué construir para ocultar, desaparecer o confundir?.

Nuestros Gobernantes, si en verdad desean cumplir su responsabilidad social y trascender, tienen que voltear a la historia; estudiarla, analizarla, observarla y aprender de ella.

Los malos gobiernos casi siempre logran librar los veredictos y finiquitos de coyuntura, pero nunca los juicios de la historia.

Documento publicado originalmente en el períodico "La Foja Coleta" el 26 de febrero del 2005.