Piensa, Prensa y Pega.

25 de junio de 2014

LOS NEGOCIOS



El negocio con los artistas, que siempre regenteó la mamá del ex gobernador Juan Sabines, ¿sabe usted quién lo heredó?
El negocio con los baños portátiles, ¿sabe usted quién lo está aprovechando?
El negocio con las carpas gigantes, ¿sabe usted a quién está enriqueciendo?
El negocio con las pistas de hielo, ¿sabe usted a quién está volviendo más adinerado?
El negocio con las pantallas gigantes, ¿sabe usted a quién está haciendo más rico?
Los jugosos negocios con las adquisiciones en el DIF, ¿sabe usted quién los “triangula” y a quién enriquece más?
El negocio de publicidad en las bardas y las lonas para los “ESPECTACULARES”, ¿sabe usted de quién es y quién lo aprovecha?
Estos sí ya son proyectos y casi programas, iniciados o continuados por el gobierno de Manuel Velasco Coello. ESTOS SÍ SON VISIBLES POR TODOS LOS MUNICIPIOS Y REGIONES DE CHIAPAS.

Reflexiones y Precisiones



En Chiapas, los tres poderes del estado y los 122 ayuntamientos, están jugando. Si revisamos con detenimiento y algo de sentido crítico, las funciones torales del poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, sus funciones sustantivas, las que le dan razón de ser a cada uno, siempre concluiremos que están muy lejos de cumplir con sus responsabilidades sociales. De igual manera, si analizamos línea tras línea la normatividad que debe guiar, normar y regular la vida y rumbo de los municipios chiapanecos, igualmente nos encontramos con que las municipalidades se mueven extraviadas y sin rumbo desde hace muchos años, por no decir desde siempre. Esto no quiere decir que en la historia del estado de Chiapas no hayan existido gobernadores, titulares del poder Legislativo o presidentes del poder Judicial, con chispazos de sabiduría o ideas brillantes; los ha habido, pero con limitados chispazos que han resultado pequeños e insuficientes para superar las pobrezas y los rezagos históricos; ideas inteligentes de un calado y horizonte tan limitado, que ni se han notado y mucho menos han contribuido decisivamente a remontar las miserias  y sufrimientos verdaderos, de los habitantes de la entidad. Por el lado de los ayuntamientos de Chiapas, en rigor, de nada o exageradamente poco, les han servido sus leyes y reglamentos pensados para garantizar  el cumplimiento de sus funciones sociales; observan, piensan y ejercen sus derechos y obligaciones, como hacendados del siglo XIX: de horca y cuchillo e incluyendo derecho de pernada. Únicamente las malas costumbres, tradiciones y ambiciones familiares, aunque parezca increíble, son la bujía y brújula que dan movimiento y mal rumbo a las administraciones municipales. Ninguna escapa a este esquema, ninguna autoridad “competente" hace algo por meterlas a la legalidad, todos se conducen en complicidad mutuamente productiva.



En Chiapas, los tres poderes del estado y los 122 ayuntamientos están jugando.  Para empezar, existe la concepción absurda de que el Desarrollo y Bienestar Social de los chiapanecos, es responsabilidad exclusiva del gobernador del estado, y a partir de este razonamiento erróneo, los poderes Legislativo y Judicial y los ayuntamientos, se asumen como empleados del titular del Ejecutivo. Sin ningún equilibrio en el funcionamiento de los poderes locales, y un Ejecutivo del estado sin el mínimo “freno" institucional, es lo que posteriormente conduce a los abusos y atropellos en que, constantemente, incurre un gobernador. Un gobernador del estado sin pesos y contrapesos, sin freno y sin bozal, termina en la locura absoluta; enloquece y le da por sentirse dios e inmortal, pierde piso y techo, y a los chiapanecos, como ya se volvió costumbre, les saquean sus recursos económicos, naturales y materiales. Así viene sucediendo en Chiapas y ya se ha vuelto una constante el que con cada nuevo gobernador, llegue un equipo de trabajo que lo acompaña, que al concluir la administración, se van inmensamente enriquecidos. Hasta donde se recuerda, con todos los gobiernos es lo mismo; roban, asesinan, persiguen, torturan, encarcelan injustamente, hacen y deshacen a su antojo con los recursos, las leyes y el destino del pueblo, y ninguna autoridad, ni durante ni después, les dice o hace algo: violación sistemática a las leyes, impunidad absoluta para los gobernantes. Ejemplos sobresalientes bien pueden ser: Julio César Ruiz Ferro, Roberto Albores Guillén, Pablo Salazar Mendiguchía y Juan José Sabines Guerrero. Aunque parezca alarmante y prematuro, no lo es, durante 19 meses de ejercicio, Manuel Velasco Coello para nada ha dado muestras de haber llegado con intenciones diferentes a las de sus antecesores, ya todo pinta igual o peor que antes.



En Chiapas, los tres poderes del estado y los 122 ayuntamientos están jugando. Mientras los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y los ayuntamientos chiapanecos, juegan a hacer gobierno, abusan de su cargo y se enriquecen de manera insultante; la sociedad, mayormente, permanece apática, inerte e indiferente a la brutalidad de los desmanes vueltos costumbre. Aunque cada día es mayor, las manifestaciones de inconformidad y rechazo al desempeño de las instituciones oficiales, aún son limitadas y pequeñas, y han resultado insuficientes para obligar a los gobiernos y sus instituciones a cumplir con sus responsabilidades sociales. Obligarlas a un cambio radical en su desempeño, o acumular las fuerzas, conocimientos y experiencias suficientes para echarlos y nombrar en su lugar, a quienes estén en condiciones y disposición de dedicarse a promover y provocar Desarrollo y Bienestar Social justo, bien común para las mayorías que ya no aguantan, ni están dispuestos a soportar más. Porque las mayorías de Chiapas, cada vez más empobrecidas y olvidadas, han decidido sacudirse sufrimientos, abandonos y atropellos, es que cada vez crece más y se fortalece el Movimiento Social Zapatista, cada vez más, con mayor facilidad germina su semilla y nace la esperanza de que, una realidad social justa y verdaderamente humana es posible.



En Chiapas, los tres poderes del estado y los 122 ayuntamientos están jugando. Si el Ejecutivo de Chiapas no estuviera jugando con el cargo, ya 19 meses hubieran sido suficientes para demostrar que sabe qué hacer para contribuir a desarrollar una economía que mejore sensiblemente el ingreso de los habitantes de las ciudades y el campo; fuentes de empleo que a los habitantes les procuren ingresos por sí mismos y no dádivas oficializadas que sólo generan dependencia y sumisión. Si el gobernador Manuel Velasco supiera qué hacer, ya se estuvieran observando, cuando menos, proyectos o programas no electoreros que inician en las diferentes regiones económicas de la entidad. Es muy preocupante, en 19 meses de Manuel Velasco Coello -siquiera de regular impacto social- todavía aún no existe ningún proyecto o programa en ninguna parte de la geografía chiapaneca. Suena muy duro y catastrófico, pero nadie está en condiciones serias de argumentar lo contrario. Ninguna instancia del gobierno actual podría enumerar qué proyectos o programas, con estas características, de impacto social, ya se desarrollan en las regiones Centro, Norte, Altos, Sierra, Selva, Soconusco, Frailesca, Fronteriza, etc. Esta es una cuestión sumamente grave y “los representantes populares” del poder Legislativo, que es su obligación, nada le dicen al titular del poder Ejecutivo, a Manuel Velasco Coello, para que se asuma como tal; que ya deje de improvisar y comportarse como agencia de imagen y publicidad, representante artístico, promotor de ocurrencias, festivales y pírricas acciones turísticas.



En Chiapas, los tres poderes del estado y los 122 ayuntamientos están jugando. Si esto fuera una mentira, los diputados y diputadas del Congreso de Chiapas tendrían elaborada y estarían desahogando una agenda legislativa, donde se colocaría por delante la lastimosa e injusta realidad chiapaneca; la que coexiste frente a un entorno de abundancia en recursos naturales renovables y perecederos, explotados empírica e irracionalmente. Los “legisladores” comprenderían que su función elemental debiera ser revisar, derogar y crear leyes que hagan posible una sociedad justa, de iguales, productiva y humanamente satisfecha en todos sus aspectos. Si los “Legisladores” no estuvieran jugando, entenderían que su desempeño es más que pobre y se darían cuenta que su oficio no debe limitarse a esperar que el gobernador les silbe o haga señas, para que ellos simulen “legislar”. Si no estuvieran jugando, los “legisladores” podrían darse cuenta de su miserable desempeño: el de ocuparse, exclusivamente, en acomodarle las leyes al Ejecutivo, para que éste satisfaga todas sus ambiciones económicas, políticas y materiales. Si no estuvieran jugando, se les vería cuidando que el gobernador se conduzca con juicio, certidumbre, seriedad, honestidad y sentido de responsabilidad social, pero no, se conforman con el papel indigno y mísero de servidumbre temporal o mozos de oficio del titular del poder Ejecutivo. Así se conducen y hasta los enorgullece, tanto que cuando pueden no desaprovechan la ocasión para hacerse acompañar de sus descendientes, para que aprendan y se vayan fogueando, para cuando a ellos les toque arrastrarse.



En Chiapas, los tres poderes del estado y los 122 ayuntamientos están jugando. Si esto fuera una mentira, el Poder Judicial chiapaneco tendría en la cárcel a los ex gobernadores Julio César Ruiz Ferro, Roberto Albores Guillén, Pablo Salazar Mendiguchía, Juan José Sabines Guerrero y hasta uno que otro “servidor público” que hoy acompaña a Manuel Velasco Coello, cuando menos. Pero no sucede así, las cárceles, mayormente, están llenas de pobres o ricos que han caído en desgracia económica o política. Las autoridades del poder Judicial tienen precio, no principios; ahí también, la única ley que les funciona excelentemente bien es la ley de la oferta y la demanda: “justicia” a quién ofrezca más; cárcel a quién tenga menos. El poder Judicial, al igual que el poder Legislativo, a los pies del poder Ejecutivo; para satisfacer hasta el más mínimo de sus deseos. Así es y así continuará, mientras los ciudadanos lo permitan.

El Machucón



Los ayuntamientos chiapanecos se dedican a jugar... y a robar. Ningún Ayuntamiento en Chiapas cumple con el marco normativo que debiera guiar y cuidar el trabajo de los ayuntamientos. La Ley Orgánica Municipal, la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, la Ley de Obra Pública y la Ley de Adquisiciones, Contrataciones y Arrendamientos, entre otras tantas, son letra muerta y enterrada. En este espacio, se han dado ejemplos abundantes y uno de los más destacados, indudablemente, lo es el Ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

El Pellizco



El extravío y lo prostituido de los ayuntamientos de Chiapas, ha convertido a este nivel de gobierno en un negocio de los más rentables, mejor o igual que el narcotráfico o la trata de personas: ÚNICAMENTE HAY QUE AGARRAR LO AJENO, SABER PEDIR Y APRENDER A OFRECER; aunque se trate de la dignidad o la pérdida de la vergüenza. Dicen ellos y ellas; con dinero baila el perro, y sí, bailan.

18 de junio de 2014

CEREBRO VERDE



Que lo de la “leche verde” no es una cuestión simple, sencilla y casual, que obedece a toda una estrategia que costó mucho tiempo y dinero, y que considera hasta el más mínimo detalle y movimiento del gobierno y la administración pública de Manuel Velasco Coello.
Que pronto veremos: jabón, azúcar, aceite, galletas, frijoles, refrescos, sal, arroz y agua, en colores verde.
Que pronto veremos: mochilas, lápices, cuadernos, sacapuntas, borradores, pizarrones, pelotas, corbatas, calzones, lentes, cinturones, zapatos y juegos geométricos, en color verde.
Que pronto veremos: morrales, machetes, bombas aspersoras, rastrillos, limas, azadones, coas, pañuelos, botas de hule, impermeables, sombreros y guaraches, en color verde.
Que pronto veremos hasta lo impensable, en colores verde. Lo único que no se debe esperar que llegue verde, son sus principales colaboradores, porque ellos ya llegaron y están, visiblemente, muy VERDES.