Piensa, Prensa y Pega.

13 de junio de 2006

UN ATENTADO, NADIE MERMADO, TODOS UNIDOS.

El cobarde, ataca por atrás; el loco, sin saber lo que hace;

el imbécil, sin medir consecuencias, y; el delincuente, con todo.

Lo sucedido al periodista Hugo Isaac Robles Guillén, fue un atentado, donde estuvieron presentes la premeditación, alevosía y ventaja, todo a favor de los cobardes, y en estas condiciones, considerando los posibles orígenes y a quien iba dirigido, de ninguna manera es un asunto menor, y debería de recibir un tratamiento de las mismas dimensiones por parte de las autoridades.
Debo decir, que a esto grave de por sí, podrían sobrevenirle cuestiones todavía más preocupantes, una en tanto que la sociedad no reaccione y condene como debería, otra, alimentada por lo anterior, es que los ciudadanos, tarde o temprano terminen por aceptarlo como “sucesos normales”, y una más, es la que puede surgir y nutrirse con la ineptitud y complicidad de las autoridades de los tres niveles y tres colores. Las autoridades “responsables”, están obligadas a atender y entender, que lo sucedido al Maestro Hugo Isaac Robles Guillén, es una expresión propia de la delincuencia organizada, rústica e incipiente, pero lo es, que hoy decidieron hacérselo a él, y que al no suceder nada por parte de las autoridades estatales y federales, mañana bien podrían decidir hacer lo mismo o algo peor, a cualquier miembro del ayuntamiento, al fiscal regional, a alguien del poder ejecutivo, del legislativo o el judicial, ¿por qué?, porque ya lo hicieron una vez y no sucedió nada, porque cuando esto sucede, la autoridad, con sus actitudes, más parece complacida en lugar de combatirlo. ¡Cuidado!, porque hoy fue don Hugo, pero mañana puede ser cualquiera de nosotros, incluidos nuestros hijos.

Sociedad y gobierno, no debemos permitir y menos acostumbrarnos a expresiones delincuenciales de esta naturaleza y nivel, los ciudadanos tenemos que aprender a identificarlos, pronunciarnos y denunciarlos, y las autoridades, tienen que asumir su responsabilidad, aunque no se los pidan, empezando por dimensionar adecuadamente, esta “expresión nueva” en San Cristóbal, de delincuentes organizados, organizados para intentar arrebatarles la tranquilidad a los ciudadanos, y la palabra y tinta a los comunicadores.

El atentado al Maestro Hugo Isaac, es más grave de lo que parece, y pobres de todos nosotros, si no lo combatimos y destruimos a tiempo. Por ello, es lamentable que hasta hoy, enérgica, pública y comprometidamente, nada han expresado los maestros, médicos, ingenieros, arquitectos, contadores, notarios, empresarios, instituciones de educación, clubes, ONGs, sindicatos, y muchas otras organizaciones y personas, quienes en don Hugo siempre han encontrado comprensión, apertura y apoyo, el que más, se ha decidido por la solidaridad discreta o el silencio cómplice, para no comprometerse ni arriesgarse o tal vez por tonta comodidad.

Sin duda, después del atentado a don Hugo Isaac, no faltó quienes lo aplaudieron, otros quizá lo festejaron y algunos otros hasta lamentaron tal vez que los hechos no fueron mayores. Por supuesto, todo a escondidas, en voz baja y hasta con señas, como actúan los cobardes, hipócritas y faltos de hormonas para procurarse un sexo definido, y no la conducta esa que en ocasiones les hace comportarse como varones y otras como hembras.

Todos estos, son los ignorantes y cobardes que jamás han tenido los pantalones o faldas, para contestarle de frente al Maestro Hugo, quien no acostumbra escribir con pseudónimos, buscar tratos preferentes, dádivas, cariños fingidos o comidas para “arreglos”. Habla y escribe, para sensibilizar al gobierno y los ciudadanos, para promover y provocar cambios, para entre todos construir una sociedad más justa y menos enferma, donde quepamos todos, pero no apretados, donde vivamos todos, pero no unos encima de otros.

Por todo esto, es que escogieron a don Hugo, y no alguien quien en la noche escribe y en la mañana cobra, el que se pronuncia fuerte mientras no le dan, quien sin principios, es capaz de vender el espacio hasta del directorio o quien envía los piropos, con la factura adjunta.

Bueno, pero ¿quién o quiénes podrían estar detrás del atentado a don Hugo Robles?, obviamente, nadie a quien don Hugo le ha enviado saludos, abrazos, o algún “cariñito” discreto, es alguien o algunos que los ha llamado a la honradez, quién o quiénes los ha denunciado por ineptos, quién o quiénes los ha exhibido como mentirosos, perversos, cómplices de delincuentes, traficantes de influencias, “hábiles” practicantes del nepotismo, políticos de trapecio o vividores de la política.

Desde luego, no hay que perder de vista la coyuntura política por la que atravesamos, donde los diferentes grupos políticos se están dando con todo para romperse lo que no tienen, para debilitarse, para destruirse.

En alguna parte de todos éstos, seguramente está o están los culpables del atentado. Pero bueno, este no es mi oficio, sino de las autoridades “competentes”, que hasta hoy parece se acercan menos al ciudadano y más a los delincuentes, pero para darles confianza, para que se muevan con holgura, para que en ellos vean más a un socio potencial, que a alguien que es su responsabilidad procurar justicia, orden, paz y armonía.

Quienes hayan sido, se equivocan, al Maestro Hugo Isaac, no lo respetan por sus 1.80 de estatura, sus 87 kilos de peso, sus ojos azules o porque calce del siete y medio, lo respetan por su palabra, su pluma, pulso y pantalones bien puestos. No tiene madera de cómplice ni de cobarde.

Y como dirían los que ya se van, ¡que venga el futuro!, sí, aquí va a encontrarse con comunicadores de pié, valientes, objetivos, críticos, propositivos, honestos y unidos, y si no, que sigan probando y terminarán por aprender, que los incendios no se combaten con gasolina, los corajes con provocaciones, las razones con brutalidades o las denuncias con intimidaciones.

Documento publiocado originalmente en el periódico "la Foja Coleta" el 13 de junio del 2006.