Se publicite o no, quienes se
encuentran ejerciendo el poder en los gobiernos de la república, del estado de
Chiapas y del municipio de San Cristóbal de Las Casas, ya se preparan,
angustiados, para entregarlo; y aquellos que resultaron “ganadores” se aprestan
jubilosos para recibirlo. Las entregas-recepciones, formal o
informalmente, ya dieron inicio. En el
gobierno de la república, ya se dejan ver los probables nombres de los que
serán los hombres más poderosos después de Enrique Peña Nieto, si logra tomar
posesión del cargo; ya se dan elementos para suponer con bastante certeza,
quiénes podrían encargarse del manejo de la economía, de la política interior,
de la procuración de justicia y de cuidarle el maletín y administrarle la
agenda, pública y personal, a Peña Nieto.
En el estado de Chiapas, ya se dio a conocer por todos los medios de comunicación al
servicio del gobierno del estado, que la
transición ya inició, sin embargo, hasta hoy,
todavía no dejan ver con claridad los nombres y apellidos que irán a la
cabeza en la recepción del gobierno que presidirá “El Güero” Velasco. Los que
se atreven a especular, por curiosidad, necesidad de empleo político
o administrativo, o ansiedad por hacer negocios, suponen equivocadamente que
habrán de estar en la administración del gobierno “güerista”, todos aquellos que se movieron alrededor de él durante
la campaña política. No será así, no alcanzará para tantos y tontos, sólo
estarán en la administración de “El Güero”, mayormente, quienes acuerden la
clase política estatal y nacional, de todos los colores; los recomendados de los empresarios que aportaron más recursos; los escogidos y promovidos por el gobernador
Sabines; algunos, muy pocos, que hicieron campaña con Velasco Coello; y no faltará uno que otro impuesto
directamente desde el centro del país, sin que él pueda negarse.
Ya se dijo que en los
municipios de Chiapas iniciaron los trabajos previos para la entrega-recepción de las administraciones
locales. Particularmente en el municipio de San Cristóbal de Las
Casas, poco se conoce y no es casual. En gran parte, se debe a que a los grupos político y económico
municipales, les está costando bastante trabajo ponerse de acuerdo, y el
presidente municipal electo titubea no poco para tomar decisiones
“consensadas”. Los políticos que conocen bien cuánto produce “la plaza”
quisieran todo y un poco más; y los empresarios
que le invirtieron desean la suficiente holgura para recuperar su
inversión, acumular ganancias y un excedente adicional que les permita
capacidad económica para volver a invertir en el próximo proceso
electoral. Además y al mismo tiempo, el
presidente municipal electo, Francisco Martínez Pedrero, siente tener todo el
derecho para nombrar a las personas de su mayor confianza y a quienes “El
Güero” o
sus más cercanos, les sugieran o impongan.
Por todo lo anterior, los que
debieran todavía no han cumplido plenamente con lo que establecen las normas
para la entrega-recepción y entre otros,
no han dado a conocer, públicamente, como es su obligación, los
nombres y apellidos de todos los que acompañarán a los miembros del
Ayuntamiento electo durante el proceso de
entrega-recepción, los que junto a los ediles, deben de responsabilizarse
del proceso de transición, quienes podrían ser futuros funcionarios
municipales, aquellos que deben de identificarse urgentemente con cada una de
las áreas que constituyen el conjunto de la administración pública local, entre
otras: Secretaría del Ayuntamiento;
Secretaría Técnica; Tesorería;
Contraloría; Obras Públicas y Desarrollo Urbano; Servicios Públicos; Policía,
Tránsito y Protección Civil; Oficialía Mayor; SAPAM; DIF, etcétera.
¿Para qué debe servir y para qué se utiliza, comúnmente, el proceso de entrega-recepción?
Por “costumbre y tradición”, los que entregan lo aprovechan para distraer al
público y crear una nube de humo alrededor de sus fracasos, ocultar sus
incumplimientos o respuestas a medias y mostrar exageradamente sus “logros”; y
quienes reciben, antes que aprovecharlo para interiorizarse en la realidad
política y administrativa por venir, se dedican a buscar, con urgencia, qué
facilidades puede ofrecerles su posible ocupación futura, para mejorar su vida
y sobrealimentar sus excesos, para promover
transacciones comerciales prometedoras, para multiplicar su patrimonio personal
y familiar, para politiquear e intentar
eternizarse en la política, en la administración o en ambas opciones combinadas, que les
garantice hacer negocios, dinero y afianzar y multiplicar el poder. También no
faltan, además, quienes aprovechan la transición sólo para ver si ahí pueden
encontrar pareja sentimental.
El proceso de entrega-recepción, en muy poco o casi
nada, se le aprovecha para lo que fue concebido originalmente: conocer el estado real que guarda la
administración y el gobierno que unos entregarán y otros recibirán y que
este conocimiento les ayude a prever con toda anticipación, profesionalismo y
sentido de responsabilidad social, un inicio sin pausa e improvisaciones y con
las acciones, proyectos, programas y planes de gobierno, urgentes, viables,
creíbles y posibles, alejados de frivolidades, sueños marcianos, antojos
suicidas, utopías o maniobras
deshonestas. Lamentablemente, hoy los procesos de entrega-recepción sólo sirven para confrontarse y humillar a los
que entregarán y para que quienes reciben la administración pública, presuman el tamaño de su arrogancia, la
magnitud de su despotismo y las particularidades de sus complejos, traumas y extravíos en su formación.
El proceso de entrega-recepción, en sentido estricto, debiera ser muy útil para
conocer por dentro y sin reservas, las capacidades y limitaciones de la
administración pública que se recepcionará y todas las necesidades y demandas
prioritarias del entorno social, responsabilidad del nivel de gobierno que se
trate: Federal, del Estado o Municipales. Tristemente, y más en los municipios
de Chiapas, esta estratégica oportunidad para conocer, razonar y prever
seriamente, se desperdicia, luego inician “patas para arriba” o dando “palos de
ciego” y no solamente eso, también
sirve para que el grupo que ya se va y
el equipo que llega, se midan, se presuman, se confronten, se juramenten
pleitos futuros y se prometan venganzas que incluyen sangre, desprestigios
personales, humillaciones y hasta cárcel; las que generalmente, de una u otra
forma, terminan cumpliendo, las que luego más tiempo les ocupa y desgasta y que
en nada contribuyen a resolver las necesidades
de la sociedad que debieran representar, cuidar y satisfacer.
En el municipio de San
Cristóbal de Las Casas, el presidente electo, Francisco Martínez Pedrero, no la
tiene “TRANQUILA Y TIERNA”: la
cuestión administrativa, política y social
que heredará, es un desastre; los rezagos en la atención a las
necesidades y problemática social, del
área urbana y rural, ya presentan una sintomatología de “añejamiento” e
“intoxicación”; le dejarán no pocas obras inconclusas, de mala calidad o con vicios ocultos que
pronto aflorarán, y acciones prometidas sin iniciar; le endosarán deudas
urgentes de solventar; recibirá muchas
presiones por parte de las personas que le apoyaron en su campaña política y
que él les insinuó u ofreció
abiertamente un empleo en su gobierno.
Francisco Martínez no la recibirá
“TRANQUILA Y TIERNA”, los
empresarios constructores, fraccionadores y de servicios, entre otros
“inversionistas” de campaña, que le aportaron
dinero, saliva o “cerebro”, en público o privado, como Don Paquito,
igualmente lo presionarán con los “cuidados” que ellos acostumbran, para que
les garantice su inversión con la atractiva ganancia; también y tal vez lo más urgente, sentirá la presión del cómo hacerle para darles gusto cabal y
puntual a “los mejores hombres y mujeres”
presentados y promovidos por el Diputado Sergio Lobato, Juan Carlos
Bonifaz, Rolando Villafuerte, Rosendo Santiago, César Lazos, entre otros, que
sienten y confían en tener méritos y
derechos sobrados para poder disponer y disfrutar en el próximo gobierno
municipal coleto. Por si faltara, Martínez Pedrero, igualmente, debe prepararse para darle gusto
completo y puntual al “Güero” y a sus
más cercanos, que de la misma manera les enviarán a sus recomendados. En estas
condiciones de realidad y compañías, hay que pensar bien si a Francisco
Martínez Pedrero se le felicita o se le compadece.