Piensa, Prensa y Pega.

14 de febrero de 2007

CHIAPAS SOLIDARIO O SOLITARIO.

¿Solidario con quien?, con los que siempre han sufrido de todo, o con los que han gozado por todo.

Si se continúa en la relación del “por favor”, y no se afianza un trato justo con la federación; de seguir sin comprender y menos practicar una real división de poderes en el estado; de continuar un ejercicio gubernamental, lejos de una verdadera ciudadanización del quehacer público; de empecinarse en la costumbre de construir “realidades y gobernabilidad” desde los medios, y; preocuparse más por la presencia y relación amistosa con el centro del país, antes que por la atención a la realidad chiapaneca de las ciudades y el campo, el estado seguirá como un Chiapas solitario. Cuando el ejecutivo se ocupe oportuna, profesional y socialmente a fondo, de las áreas urbanas y rurales; cuando el legislativo entienda su función social, la haga valer y profesionalice su trabajo; cuando el poder judicial se olvide de complacencias, subordinaciones y cumpla coadyuvando en la procuración e impartición de justicia social; cuando los 118 ayuntamientos den muestras de que comprenden su realidad y asumen su responsabilidad, y; cuando los gobernantes logren estimular la suficiente participación ciudadana, alejadas de lideres de cartón, capaz de configurar la unidad y trabajo impostergable entre gobierno y gobernados; sólo entonces habrán condiciones suficientes para hablar y presumir de un Chiapas solidario. Chiapas solidario, cuando algún día se alcance, será logro y patrimonio de los chiapanecos, solidaridad que al concretarse debe ser útil para identificar realidades, acordar acciones, organizar esfuerzos, operar planes y programas y evaluar resultados. Así pues, una solidaridad entendida y practicada como una conducta cotidiana y necesaria para avanzar en sociedad, donde la responsabilidad compartida se vuelva fuerza, y las actitudes propositivas, rumbo. Fuerza y rumbo, necesitan definir y construir los chiapanecos y, esta es una obligación de gobierno y sociedad, cada uno con sus recursos, todos desde sus espacios y nadie intentando aprovecharse de los demás. Cómo hablar de un Chiapas solidario, cuando los chiapanecos son testigos, todos los días, de cómo los gobiernos municipales, casi todos, abusan del poder y violentan la ley orgánica municipal hasta el cansancio; cómo hablar de un Chiapas solidario cuando, los diputados más se les observa como socios de los presidentes municipales, antes que promotores de los derechos ciudadanos y defensores de los recursos públicos. Hoy no son pocos los presidentes municipales que se sienten intocables, que mal entienden y presumen su relación con el ejecutivo, que menosprecian la opinión de los habitantes, que hacen y deshacen con los recursos públicos, que les preocupa más el cariño del ejecutivo en turno, antes que el cumplimiento hacia su pueblo, que están más pendientes de los gestos del ejecutivo, que de las penurias de sus electores; en estas condiciones, cómo hablar de Chiapas solidario, cuando cada uno jala para su rumbo y trabaja para su bolsa. Chiapas solidario, exige trabajo compartido y comprometido socialmente por parte del ejecutivo, legislativo, judicial, los 118 ayuntamientos y ciudadanos en general, todos para el mismo rumbo, con el mismo fin, sin reparar en los medios y, siempre estimulados y guiados por realidades sociales, no por intereses personales, de grupos o partidistas. Mientras en Chiapas, para un lado jalen los que mandan y, por otro caminen los que obedecen, los fracasos están asegurados. Cuando se logre que todos caminen juntos, los que mandan obedezcan y, los que obedecen también manden, sólo entonces, habrán razones para empezar a hablar de posibles buenos futuros, mientras tanto, cualquier otra cuestión, no dejará de ser una “ingeniosa” campaña, un esfuerzo nacido muerto, muchos vivos peleándose por los muertos y, muertos que al rato arrastrarán a los vivos. Chiapas solidario, sólo cuando todos aprendamos a ocuparnos de todos. Chiapas s o l i t a r i o, si se continua permitiendo la injusta relación entre federación y estado; Chiapas solitario, si no se valora, define y defiende una real división y equilibrio de poderes en la entidad; Chiapas solitario, si la autonomía municipal, responsable, continúa más como una dádiva antes que como un derecho; Chiapas solitario, en tanto se continúe el saqueo de recursos públicos desde la mayoría de los ayuntamientos, se tolere a “legisladores de bolsillo”, se cultive el tráfico de influencias, el nepotismo y se permita la violación a la Ley Orgánica Municipal y la de Obra Pública, entre muchas otras cuestiones, casi como deporte. Chiapas solitario; cuando muchos ofrecen y pocos cumplen, donde todos hablan y nadie escucha, donde todos mandan y nadie obedece, cuando todos roban y nadie cuida… donde se sienten dioses y no mortales. Chiapas solitario, no s o l i d a r i o, si abundan los discursos con buenos deseos, y escasean la salud, vivienda, educación, empleo, libertades plenas, democracia y justicia social. Ojala algún día, para bien de todos, Chiapas solidario, y nunca más un pueblo solitario.

Documento publicado originalmente en el periódico "la Foja Coleta" el 14 de febrero del 2007.

7 de febrero de 2007

MAÍZ, MISERIA, SOBERANÍA Y SEGURIDAD NACIONAL.

Cuando una sociedad es incapaz de producir lo que consume,

se exhibe el fracaso de gobiernos y gobernados,

y su condena a eternos subordinados de los países ricos.

Desde mediados del mes de enero, se presenta en todo el territorio nacional algo que bien representa una problemática social, que se expresa en un alza generalizada, irracional y abusiva en el precio de la tortilla, alimento básico de los mexicanos, desde siempre. Esta crisis, dejó al descubierto muchas cuestiones, que bien vale la pena destacar.

Los mexicanos, gobierno y sociedad, no hemos sabido prever y construir nuestra soberanía alimentaria, y lo que está sucediendo bien puede ser apenas una pequeña muestra y adelanto, de muchas otras crisis que podrían sobrevenirse, dentro de los alimentos básicos de los mexicanos.

Con la crisis del maíz, ha quedado claro que dependemos del exterior y, lo más triste y preocupante es que, el gobierno antes de revisar, recurrir y disponer medidas enérgicas hacia el interior del país, directamente relacionadas con el campo mexicano, se fue al exterior a buscar resolver lo interno con lo que otros países producen y les sobra, porque han sabido pensar y prever la seguridad alimentaria de sus pueblos, donde no solo son capaces de producir lo que necesitan, sino además logran obtener excedentes que comercializan y llegan a significar ingresos y mejor nivel de vida para quienes lo producen.

Si solo la crisis del maíz, que no está resuelta, fue capaz de sacudir a todo el gabinete económico del gobierno, obligó a gobernadores y presidentes municipales del país a promover “acuerdos” y, zarandeó a la mayoría de los mexicanos reduciéndoles tortillas e incrementándoles precios en todos los derivados del maíz, ¿qué pasaría si a la par de lo que hoy sucede con el maíz, los países dueños del mundo, decidieran alguna travesura para hacernos sentir su poder, simulando crisis en productos básicos para los mexicanos, como el azúcar, frijol, arroz, huevos, aceite, jabón, leche, carnes, gas, gasolinas, medicinas, etc.?, de seguro hacen con nosotros lo que se les antoje, podrían desestabilizar, crear ingobernabilidad y hasta cambiar al gobierno cuando lo necesiten o se les antoje.

Es en estas condiciones cuando, ya bien se puede decir que, estamos ante un problema de seguridad nacional, donde cualquier país poderoso puede someternos a su voluntad, sin necesidad de mover a sus ejércitos, invadirnos o tomar palacio nacional.

Este sometimiento a las naciones pobres, que se practica en el mundo entero, vía generación de dependencia en todos los órdenes, por parte de los países dueños del dinero, lo tejen desde los planos socioeconómicos y políticos de cada nación que se les antoja conquistar, para saquearlo y ponerlo a su servicio. En todo este proceso, resultan culpables los gobiernos por no cumplir su función social y, responsables también los gobernados, por tolerar acciones de gobierno apartadas de sus necesidades y por dejar de cumplir con la determinante participación social a que están obligados.

Ojala, cuando menos, esta sacudida no resuelta, sirva a gobierno y sociedad para asumir la responsabilidad que les corresponde y se aprenda por fin que, una sociedad que no es capaz de producir lo que consume, esta condenada a padecer los antojos y humillaciones de cualquier país rico y que en tanto no resolvamos las cuestiones estructurales y de fondo, siempre seremos peligrosamente vulnerables y, jamás estaremos en condiciones reales para hablar y menos festejar, soberanía e independencia nacional, ¿cual independencia en una sociedad que no produce lo que consume?. Así la situación, habría que ir pensando en suspender las fiestas patrias, dejando sólo algunas actividades para consumo y distracción de los turistas.

Lo que viene sucediendo con la crisis del maíz, seguramente, después despertará reacciones similares en otros productos y servicios básicos, y esto, si algo ya aprendimos debe llevarnos a gobierno y sociedad, no a correr al exterior, para tratar de encontrarle salida, sino buscar solución entre los mexicanos, donde la sociedad, estimulada ella misma, toda, dé origen a una gran movilización nacional, donde se libere toda la energía social adormecida que los mexicanos poseen, que lo lleven a ser capaces de diagnosticar y valorar sus potencialidades, revisar sus capacidades y definir con certeza y compromiso social, qué hacer con el medio rural abandonado, que sobradamente explica la crisis del maíz y muchas otras que podrían sobrevenir en cascada, con el mismo origen y por las mismas irresponsabilidades.

Ya lo he dicho en otras ocasiones, los funcionarios y políticos, tienen ya que aprender a agarrar juicio no solo dinero, tienen que meterle todo al campo, pero no al campo de golf, si no al campo mexicano, al que sólo visitan en las campañas electorales, y que ya casi solo produce abundantes pobres, problemas, tristeza y lástima, ese campo que en otros tiempos fue capaz de producir lo que se necesitaba para vivir y desarrollarse como sociedad, que daba para comer y vender, y hacernos sentir fuertes y orgullosos ante nosotros mismos y el extranjero.

En Chiapas, apenas arrancó un nuevo sexenio, no gobierno, por que la mayor parte de los apellidos que van a decidir y mandar, son casi los mismos, los que siempre han disfrutado de los recursos públicos desde hace tiempo, y que sus “usos y costumbres”, en principio, no garantizan resultados del tamaño de las necesidades. Sin embargo, si en el campo mexicano se agudizan los problemas sociales y sus manifestaciones, el estado, ante la necesidad de “seguridad partidista”, e inseguridad nacional, que pudiera llegar a sentir y padecer, cabe la posibilidad de que, éste “convenza” al gobierno chiapaneco de entrarle con mayor decisión y compromiso a su medio rural, estimulándolo, siguiéndolo, previéndole los recursos y las suficientes acciones para la promoción de esfuerzos serios y sustantivos que vayan más allá de alegres reuniones municipales, regionales y estatales, para suscribir “acuerdos”, entregar implementos agrícolas, ganaderos, semillas, “procampos”, “pronasoles”, “oportunidades”, “amaneceres” y algunas otras “novedades” que, ya en otros tiempos han probado que sólo sirven para crear y desarrollar vicios, enriquecer a comerciantes, volver ricos y locos a “líderes campesinos”, económica y políticamente poderosos a los directores de los programas, y que, para nada inciden directa y verdaderamente en la cantidad y calidad de lo que se necesita desarrollar y producir.

Las condiciones que subsisten en el campo mexicano y chiapaneco, particularmente, son desoladoras, deprimentes, llenas de injusticias y, sólo podrían tener algo de remedio; cuando se empiece por aprender a reconocer errores, a convocar e incluir a todos los que saben y los que ignoran, cuando se enseñe a caminar con responsabilidad y juntos, y sobre todo, cuando se aprenda a trabajar e incorporar a ciudadanos más allá de la “familia revolucionaria”, la que encontramos por todas partes, los que fueron originalmente tricolores y ahora los encontramos de los más diversos colores, ya hasta los hay amarillos, azules, verdes y abundantes grises, que es su identidad madre… grises.

Documento publicado originalmente en el períodico "La Foja Coleta" el 7 de febrero del 2007.