31 de Octubre del 2008.

Enorme escándalo han armado muchos, ahora que se dió a conocer que la SIEDO de la Procuraduría General de la República, había sido infiltrada por la delincuencia organizada del país.

Más se calentó el ambiente cuando el mismo ruido también alcanzó a la Embajada de los Estados Unidos, exponiéndose pormenores que dejaron claro cómo la Embajada gringa tampoco se escapa de la penetración del crimen organizado, particularmente la de los narcos.

Nada nuevo ha sucedido y no existen motivos como para asombrarse, más si recordamos que:

*En el Gobierno de Fox y la señora Martha, se descubrió que la oficina de giras presidenciales, tenía relaciones estrechas con narcotraficantes.

*En recientes Gobiernos de la República, han descubierto y encarcelado a encumbrados Militares, con estrellas completas de las que portan y presumen los Generales.

*De diversas maneras y no pocas ocasiones, los Medios han dado cuenta puntual de la forma en que se coluden Jueces Federales y “connotados” delincuentes.

*No escasean los señalamientos, serios y públicos, de la manera en que se relacionan y trabajan, delincuentes y Presidentes Municipales, Legisladores, Gobernadores y Secretarios de Estado.

*Por si hiciera falta, es “cuestión normal” que, terminados los períodos Gubernamentales, se conoce información que relaciona a la familia presidencial con delincuentes de todo tipo y tamaño.

28 de Octubre del 2008.

Desempleados “Alboristas” acusan a Pablo Salazar de delincuente y exigen a Sabines Guerrero, justicia.

Narran usos y abusos de Salazar Mendiguchía e intentan venderse como buen Gobierno en aquellos tiempos.

¡CÍNICOS!

¿Quién no recuerda que en tiempos de ellos la Comisión Nacional de Derechos Humanos recibió amplios y serios testimonios de barbaridades en contra de campesinos?.

¿Quién no recuerda la soberbia, el autoritarismo y la corrupción de esos tiempos?.

¿Quién no recuerda a estos Alboristas empujando la guerra de baja intensidad en contra del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional y sus bases de apoyo?.

¿Quién no recuerda que, uno de ellos fue el “Procurador de Justicia” que encabezó todos los atropellos en contra de Municipios Autónomos Zapatistas?.

Albores y Salazar son de lo mismo y Sabines Guerrero no define suficientemente con quien le conviene acomodarse. Los “jaloneos y choques” terminarán cuando Sabines se acomode a uno de ellos, pero, lástima que después todo continuará igual o peor.

26 de Octubre del 2008.

Vale la pena recordar algo del pasado reciente, vale la pena para no dejarse confundir, manosear y mucho menos engañar.

Hace unas semanas hicieron su aparición conocidos empleados del Gobierno de Roberto Albores Guillén, demandando justicia para ellos y castigo ejemplar para Pablo Salazar y miembros de la Administración Publica que él representó.

Los hasta hoy, empleados Alboristas, le exigen al gobierno de Sabines Guerrero, justicia para el grupo “Albores Guillén” y castigo ejemplar a Pablo y Mariano Herrán: les documentan abuso de poder, asociación delictuosa y en general, se esmeran en configurarles delitos de Lesa humanidad.

Seguramente, en todo esto, bastante razón tienen los empleados de Roberto Albores, pero, no tienen derecho a intentar engañar al pueblo, aparentando que el Gobierno de Albores Guillén fue diferente al que acusan, nó, fue igual o peor al de Salazar Mendiguchía y quien dude, que revise la información generada en esos tiempos, la de los Medios no alineados que dan cuenta cómo el Gobierno de Roberto Albores fue represor, corrupto, sordo, autoritario y déspota.

Las demandas de los empleados de Albores Guillen, se explican en el contexto del Proceso Electoral Federal que se avecina, por ello aparecen exigiendo “justicia”, exhibiendo e intentando arrinconar a Salazar Mendiguchia, para que después ellos y Sabines Guerrero se repartan el poder en Chiapas y continúen con los saqueos y abusos de siempre, ni más ni menos.

23 de Octubre del 2008.

El Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Manlio Fabio Beltrones, cuestionó la propuesta del Presidente Felipe Calderón, donde se promueve la creación de una policía federal.

El Senador Beltrones expresó que, “nunca ha sido lo más conveniente poner todo el producto en una sola canasta”.

Beltrones tendría razón, si se estuvieran valorando huevos, pero, resulta incorrecta su expresión, cuando los mexicanos no observan huevos en la ofensiva de las Autoridades hacia los delincuentes.

Por supuesto, la inseguridad en México no es un asunto de huevos: no lo empeora su ausencia, ni lo soluciona su presencia.

21 de Octubre del 2008.

Hace meses, cuando ya se veía venir la crisis Americana, el Presidente de México Felipe Calderón, decía que la realidad Mexicana estaba blindada y que no había de que preocuparse.

Hace algunas semanas, cuando inició la crisis en los Estados Unidos de Norte America, el Secretario de Hacienda Agustín Carstens, declaró en ingles, que el blindaje económico mexicano estaba preparado para soportar cualquier “pulmonía financiera” de los gringos.

En plena zarandeada a la economía Yanqui, los Secretarios de Gobernación, Desarrollo Social y del Trabajo, Mexicanos, presumían a gritos una sobrada fortaleza en la economía mexicana, agregando que era producto de un blindaje responsable.

Frente al impacto a la economía gringa y ante las sacudidas que ya padecían los países más ricos del mundo, los Políticos mexicanos ilustraban alegremente sobre un supuesto blindaje Azteca.

Sin embargo, los críticos sucesos económicos agudizados en los últimos días por todo el territorio mexicano, han demostrado a todos, cuando menos, tres cuestiones: que el famoso blindaje que pregonaban, como merolicos de pueblo, resultó “patito”; que lo único blindado que tienen es el cerebro, por eso no les entra la miserable y triste realidad mexicana; y, que urge se blinden la lengua, para que les deje de salir las incoherencias y porquerías que les abunda y escurre.

20 de octubre del 2008.

“Hechos, no palabras”, acostumbra como desquiciado expresar el Gobierno de Chiapas, aunque su práctica lo exhiba como asesino de campesinos; como irresponsable en el ejercicio del poder público; y, como ciego y torpe para conducir el destino de los chiapanecos, sobradamente olvidados y vejados por todos los Gobiernos, de ahora y de siempre.

La sociedad chiapaneca, de diversas maneras y desde hace mucho tiempo viene exigiendo; justicia social, libertades plenas, democracia, congruencia entre el decir y el hacer y, sobre todo: no más discursos huecos, no más dolores, no más impunidades, nunca más olvidos y ya no más desprecios.

Los hechos del 3 de octubre en la comunidad Miguel Hidalgo, del Municipio de la Trinitaria, Chiapas, de donde surgieron golpeados, encarcelados y muertos, no fue un incidente menor y casual, según los hechos, demuestran premeditación, alevosía y ventaja, que nadie ha mostrado verdadero interés por investigar y castigar.

La “investigación” parece ordenada para desorientar, encubrir y proteger, no para descubrir y castigar: sólo falta que al final, el gobierno nos salga con que, fue un enfrentamiento entre campesinos, donde ellos salieron maltratados por que se pusieron en medio, en un esfuerzo por conciliarlos.

Hace 40 años cuando la matanza de estudiantes, en Tlatelolco, el culpable fue el Gobierno y jamás se hizo justicia; hace 11 años cuando la masacre de indígenas en Acteal, el responsable también fue el Gobierno y todavía no se hace justicia; y, de los abusos, atropellos y asesinatos del 3 de octubre, el culpable otra vez es el Gobierno y los resultados que ya aparecen, se orientan en la dirección de siempre: engaño, burla y desprecio.

Los actos criminales sucedidos el 3 de octubre en Chiapas, juzgados a la luz de los hechos y dichos: no son investigados con profesionalismo, no los guía el interés de hacer Justicia y por todos lados huele a encubrimiento y complicidades.

¿Quién va a creerles que los verdaderos responsables sólo son algunos policías?.

Los culpables, sin duda, están bien dibujados y pueden ser dos Secretarios y un Ministro, y si no corrigen el rumbo y el paso, los muertos bien podrían ser suficientes hasta para empujar y arrastrar a un Gobernador.