Hechos violentos y graves presiones hacía autoridades federales, estatales y
municipales, en los estados de Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Zacatecas, Sonora,
Chiapas, el Distrito Federal, entre otros, se conocen todos los días a través
de los medios de comunicación, incluidos los que alimenta y controla el estado
mexicano. Diariamente, se sabe de manifestaciones en contra de los gobiernos,
porque han tomado decisiones en contra de los intereses de la colectividad,
porque pretenden modificaciones retrogradas a la Constitución General de la
República, porque se niegan a consultar al pueblo de México, porque intentan aplicar
normas jurídicas en contra de los
trabajadores, porque los ciudadanos ya no soportan tanta violencia y exigen
seguridad, porque demandan ser atendidos pronto y con justicia, porque el
pueblo ya no aguanta tanta indiferencia oficial, porque ya no aguantan más.
Parece ser que quienes gobiernan
este país, desde los
ayuntamientos hasta las autoridades federales, no entienden el significado de las
manifestaciones de inconformidad social en su contra, y el riesgo que se corre
al tener siempre tensas las relaciones y la comunicación entre gobierno y
sociedad. Si las autoridades se niegan a comprender y corregir los hechos que
se vienen denunciando mediante marchas, plantones, bloqueos carreteros, huelgas
de hambre y organizaciones comunitarias armadas -aunque parezca catastrófico-
tal vez más que nunca esté en riesgo la paz social, la gobernabilidad y el
futuro próspero y en armonía del pueblo
de México. ¿El gobierno no entiende todo lo que viene aconteciendo, o bien
comprende y por ello se comporta como lo hace, buscando encontrar el pretexto suficiente
para desatar una represión generalizada que quite las cabezas visibles a todos
los movimientos sociales justos? Como sea, de lo que venga, el gobierno será el
responsable.
Transparencia simulada. Esta es la actitud que la administración de Enrique Peña Nieto adopta todos los
días, este es el comportamiento que el gobierno de Manuel Velasco Coello no puede ocultar diariamente, y esta es la
conducta que el ayuntamiento del municipio de San Cristóbal de Las Casas,
Chiapas, adopta como política de gobierno,
constantemente. No hay día que no se
conozca sobre comportamientos de simulación en todos los niveles de gobierno:
violan leyes que están obligados a cumplir y se comportan como si las
estuvieran cumpliendo; se ve claramente que están incurriendo en corrupciones y
hasta escriben que están siendo honrados; es notorio que se están enriqueciendo
traficando con el poder y se atreven a gritar que tienen las manos limpias,
aunque lo sucio se les vea hasta en la lengua. Urgentemente, esta sociedad y
sus organizaciones sociales honestas, tienen que buscar hasta encontrar, la
forma pacífica para hacerse escuchar e incidir decisivamente en el estado de
injusticias y sufrimientos que más de 50 millones de mexicanos ya no soportan más. Los riesgos son muy
graves y reales, están a la vista y amenazan la vida de los que nada tienen, y de
los que todo poseen y han perdido la sensibilidad, las neuronas y la vergüenza;
desde el palacio de gobierno municipal coleto, hasta la Residencia Oficial de
los Pinos, pasando por la casa de gobierno del Ejecutivo Estatal, Manuel Velasco Coello, quien aprende
rápido a no escuchar, no ver, simular y a entretener.
Transparencia de lengua. En ocasiones, hasta medio ronco se le
escucha al presidente Enrique Peña Nieto
de tanto pregonar y presumir que su gobierno busca ser del todo transparente,
sin embargo, se comprueba lo contrario cuando se publica que su propuesta de
contenido para dar cuerpo y forma al Instituto
Federal de Acceso a la Información Pública, limita groseramente el derecho
que los mexicanos tienen de conocer todo lo que sus autoridades disponen, hacen
y obtienen como resultado de su desempeño. Aunque en la ley no se considera, ya
de por sí el gobierno venía reservando
información a los ciudadanos, ahora, apoyados y escudándose en absurdas
cuestiones de “seguridad”, solamente harán público lo que les dé la gana, lo
que no ponga en riesgo los grandes negocios, las corruptelas o las
disposiciones que bien podrían tipificarse como traición a la patria.
Transparencia verde. Con este grado de madurez está, de este
color es la transparencia que ya practica imitando al ejecutivo federal, y verde
es el actuar del gobierno chiapaneco. Si Enrique
Peña Nieto, por “cuestiones de seguridad”, ya decidió esconderle más
información al pueblo mexicano, de este argumento se agarrará Manuel Velasco Coello para ocultarle
más información a la sociedad chiapaneca. Sin lugar a dudas, ha sido Manuel Velasco Coello quien ha
dispuesto que se esconda, lo más posible, todo lo que guarde relación con el
mal gobierno y administración de Juan
José Sabines Guerrero, su compadre. Indudablemente, ha sido el gobernador Manuel Velasco Coello, quien ha
ordenado, como sea, desaparecer los “Institutos”, “Fideicomisos”, “Secretarías”
incómodas y organismos e instancias diversas, para dificultar, más, encontrar
los movimientos y cifras que pondrían en riesgos mayores la libertad del ex
gobernador Sabines Guerrero. Más
allá de todo esto, la secrecía que ya
dispuso y practica “El güero” Velasco,
ahora, ayuda al pasado corrupto de Juan
Sabines, pero, al mismo tiempo, también ya le prepara el camino a la actual
administración, para cuando a ellos les toque irse.
Transparencia coleta. Esta es la que defiende, promueve y provoca
el ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, que bastante bien imita
el doble discurso de Peña y Velasco,
pero esmerándose en las torpezas y cinismos. Vociferan que es un gobierno
transparente y el alcalde Francisco José
Martínez Pedrero, frente a todos, en
las sesiones públicas del cabildo, solicita
omitir la lectura de las actas
respectivas (existen videograbaciones), ocultando de esta manera, sus
negocios, ineptitudes y abusos de poder; dificultándole a los ciudadanos, conocer lo que acuerdan en
privado, donde se atropellan leyes y reglamentos. El gobierno coleto presume un
“Portal” y éste nunca ha cumplido
con lo que la Ley de Transparencia establece. Elaboraron una publicación a la
que les dio por llamarla “Gaceta” y
ésta para nada da cumplimiento a lo que en materia de transparencia la obliga
el artículo 37 de la Ley Orgánica Municipal. El ayuntamiento coleto está a poco
menos de 40 días de cumplir un año desde que tomó posesión, y sobran los hechos
para comprobarle que mucho se ha preocupado en ocultar y para nada se ha
ocupado de transparentar, verdaderamente, sus responsabilidades, como es su
obligación.
Manuel Velasco Coello está
rodeado de traidores o torpes.
En este México de politiquería pecho a
tierra, donde se ve que se arrastran los políticos de medio pelo y hasta aquellos que se sienten de pelo entero, entienden -si desean
larga vida- que a todas horas y en cada
movimiento, hay que imitar al jefe.
Así lo hacen síndicos y regidores ante su presidente municipal; así se
comportan los alcaldes ante su gobernador; y así se conducen los gobernadores
ante el presidente de la república. Hoy en México, hasta los más revolucionarios por sus discursos de
izquierda (solo por eso), se hincan en privado y pierden la compostura y
dignidad cuando el titular del ejecutivo federal les “apaga la luz”. Si en
México hacer política es fingir, imitar, mentir y comportarse sumisos, cómo
explicarse y entender que Manuel Velasco
Coello, el gobernador chiapaneco, tan dado a agradar a sus superiores, se
animó a desafiar al presidente Enrique
Peña Nieto y al Secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, otorgándole nombramiento de Subsecretario de Planeación Educativa en
Chiapas, a Eduardo Campos Martínez, persona
muy cercana a la ex lideresa magisterial caída en desgracia, Elba Esther Gordillo Morales. Gobernador,
en este país, si se desea cultivar y cuidar el cariño del jefe, está usted obligado a “cómo
va el son va el zapateado”; ser cuidadoso en las decisiones de ese tamaño, so
pena de perder el cariño y las caricias. ¿Quién no consultó u “olvidó” la ficha
personal de Eduardo Campos Martínez,
la que registra “Plataforma México” y lo que todo mundo sabe de él?