Resultados
de impacto, a casi un año de gobierno de Manuel Velasco Coello. La
administración del “güero” Velasco
anda muy urgida, buscando hechos importantes qué informar, y en este esfuerzo,
hace unos días se le dio por difundir que la deuda pública de Chiapas ya se redujo en un 0.8%; el equivalente a
132.3 mdp, según datos proporcionados por la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público. Nada dijo Velasco Coello, sobre
los más de 6 mil millones de pesos que él ya ha solicitado y ejercido, quién
sabe cómo, en sus primeros meses de gobierno. Curiosamente, tampoco informa
sobre la deuda privada y el resto de
adeudos –que juntos son más que la deuda pública- que la administración
pasada dejó como herencia a la administración Güerista. NADA DICE el gobernador de Chiapas
sobre la magnitud total del endeudamiento y el costo mensual que representa
para los recursos públicos, que debieran utilizarse en promover desarrollo
social verdadero. La información que el gobierno publica, resulta
intrascendente; lo importante sería conocer lo que ocultan, ¿cuánto cuesta toda la deuda, incluyendo los más de seis mil
millones que él ha solicitado, y dónde se aplicaron esos recursos? Importante
sí sería, que informara que ya ha recuperado las decenas de miles de millones
de pesos, que hurtó Juan Sabines
Guerrero, y que éste ya ha sido sometido a proceso judicial.
¿Gobierno
responsable o irresponsable? A diez días de que la administración pública
del güero Velasco cumpla un año de
haber iniciado, se puede afirmar que éste no ha sabido ser un gobierno
responsable; que por acción u omisión, más parece un gobierno irresponsable,
ante las pillerías cometidas por el ex gobernador Juan José Sabines Guerrero. Un gobierno responsable es el que
transparenta lo importante, no el que publicita nimiedades; un gobierno
responsable es el que con su práctica, sabe priorizar una realidad lastimosa;
un gobierno responsable es el que no incluye frivolidades en su comportamiento
diario. Un gobierno responsable es el que en doce meses, recupera los miles de
millones de pesos sustraídos de los recursos del pueblo.
Un
gobierno irresponsable. Gobierno irresponsable es aquél que
encuentra indicios de malversación de recursos públicos destinados al campo y,
en un año, hace nada por recuperarlos; un gobierno irresponsable es aquél que
encuentra evidencias de corrupciones en los ayuntamientos y hace nada por
investigarlos, deslindar responsabilidades y aplicar castigo; un gobierno irresponsable
es aquél que sabe de saqueos en el sector salud y en 355 días, nada ha hecho
por aplicar la ley; un gobierno irresponsable es aquél que bien conoce de todos
los negocios habidos en el ejercicio de la obra pública, adquisiciones,
arrendamientos, y a casi un año, si han existido investigaciones, no se han
deslindado responsabilidades y menos se han aplicado castigos. Un gobierno
cómplice es el que aún mantiene como colaboradores al titular del Órgano de
Fiscalización Superior del Congreso, Humberto
Blanco Pedrero, al Secretario de Educación Ricardo Aguilar Gordillo y a la Consejera General del Instituto de
Acceso a la Información Pública, Ana
Elisa López Coello, y a otros que huelen a cinismo, tienen sabor a
corrupción y son inocultables sus debilidades por lo ajeno. Todo esto es una
pequeña muestra de las conductas de los gobiernos cómplices, esos que nada les
cuesta simular, traicionar y apostarle a que el tiempo pronto atraerá olvido e
impunidad, hacía aquellos y aquellas que de la noche a la mañana se volvieron
inmensamente ricos, y hoy, en público o privado, cerca o a distancia prudente,
departen con Velasco Coello, su mamá
o ambos.
“FUERZA
CIUDADANA”.
El 15 de noviembre, en la última reunión del Consejo Estatal de Seguridad
Pública, el gobernador de Chiapas dio a conocer la creación de la “Policía Fuerza Ciudadana”, que dijo,
estaría conformada por tres unidades: la de inteligencia, la de investigación y
la de operación. Manuel Velasco Coello
aseguró que este modelo es similar al de la Policía Federal y que por su nivel de estudios y capacitación
recibida en siete meses, promete mucho a favor de Chiapas. En los términos que
se anunció, suena muy bonito, pero al gobernador Velasco Coello se le olvidó explicar, de forma convincente, ¿cómo garantizan
que “Fuerza Ciudadana” no se volverá
cómplice de la delincuencia organizada, de los narcopolíticos y, en general, de
todos los enemigos de la sociedad chiapaneca?; como aun con todo lo alegre, ya
han resultado no pocos policías federales recientemente desempacados. Policías federales, con maestrías,
formación policial y adiestramiento, que han resultado más útiles a los
delincuentes que a los ciudadanos, los que en el último año no han visto mermar
la violencia y los niveles de criminalidad. ¡Felicidades!, el nombre Fuerza
Ciudadana, supieron escogerlo políticamente atractivo, pero esto no
garantiza nada y resulta insuficiente para lo que se necesita.
“Lázaro” se levantó y habló. Como “Lázaro”, un subsecretario del gobierno
de Chiapas, Mario Carlos Culebro Velasco,
después de varios meses de no hacer ruido, asomó hace unos días reflexionando
sobre la cuestión magisterial; hizo un muy ligero “diagnóstico”, y no olvidó
precisiones, recomendaciones, ofrecimientos y piropos a su gobernador. Desde luego, debe entenderse que esas
fueron las instrucciones que recibió de sus superiores; le ordenaron cuándo
hablar y qué decir. Como en otro momento, seguramente, le “sugirieron” callar. Aquí lo importante sería decirle a él y que le
diga a sus jefes que si todo lo han tenido tan claro y no desconocen las
capacidades propias y ajenas, ¿por qué no supieron prever escenarios?, ¿por qué
dejaron a los ciudadanos en medio de las presiones y confrontación?, ¿por qué
no asumieron una actitud realmente responsable durante las negociaciones con
los maestros? y ¿por qué a los funcionarios del gobernador –empezando con el
Secretario General de Gobierno-, en el asunto magisterial, les preocupó más
cuidar su futuro político, antes que ocuparse diligentemente de la responsabilidad
que les corresponde? Aprovechando la interlocución con Mario Carlos Culebro Velasco, habría que preguntarle: ¿el cargo de Subsecretario General de Gobierno, con
el que se presenta y firma, existe formalmente? En la Ley Orgánica de la
Administración Pública, no se encuentra.
Gobernador,
póngale bozal. El 19 de noviembre, la Consejera General del Instituto
de Acceso a la Información Pública (IAIP) de Chiapas, Ana Elisa López Coello, amaneció haciendo mancuerna con María Marván Laborde, consejera del
IFE, ponderando asuntos de transparencia
y acceso a la información en los tres poderes de la unión; como si los
chiapanecos ya se hubieran olvidado que ella se desempeñó en la total opacidad,
durante su cargo como diputada local, cuando ocultaba las leyes porque así
convenían al ex gobernador Sabines
Guerrero; cuando negaba que ella y sus compañeros hacían hasta lo imposible
para reelegirse; cuando escondía las acciones legislativas que conducirían a
mayores endeudamientos, entre otras conductas contrarias a la transparencia. La
ex diputada López improvisa “cátedra” de honestidad, cuando le sobran antecedentes para estar en casa o
en la cárcel, y no como colaboradora cercana de Manuel Velasco Coello.