Piensa, Prensa y Pega.

10 de mayo de 2005

10 de mayo, Día de las madres.

¿De las madres o los comerciantes?

Hurgando un poco en información de principios del siglo pasado, se puede encontrar que la celebración del 10 de mayo en México, como día de las madres, se atribuye a Teodoro González Miranda, quien siendo jefe de Promoción y Publicidad del periódico “Excelsior” convenció a su empresa periodística para lanzar esta iniciativa, que siendo recogida y debidamente respaldada por la Cruz Roja, pronto fue aceptada en todo el territorio mexicano.

La propuesta de don Teodoro González Miranda, no fue el resultado de un sueño o profundas reflexiones, más bien obedeció a la influencia que él había recibido durante el tiempo que vivió en los Estados Unidos de Norteamérica.

A diferencia de los Estados Unidos de Norteamérica y España, donde el día de las madres se celebra el primer domingo de mayo y el 8 de diciembre, respectivamente, en México la “celebración” se efectúa el 10 de mayo, desde 1922, según información periodística de la época.

Fácil es entender las verdaderas intenciones que tuvo don Teodoro González Miranda, desde el área de Promoción y Publicidad de “Excelsior”, quien creo, antes que preocuparle reconocer la trascendencia de los esfuerzos de una “Madre”, más bien estaba esmerado en cumplir con su trabajo, el de Promover y Publicitar desde un medio de comunicación masivo. A juzgar por los resultados anuales, durante 83 años, en el 10 de mayo, día de las madres, don Teodoro González, encontró la fecha y el motivo para, en temporada mala, estimular el consumo en este país.

No pretendo decir que las “Madres” no merecen reconocimiento, claro que son dignas de ser reconocidas, lo que me parece injusto y absurdo es que para reconocer y agradecer su empeño, primero, sólo sea un día y segundo, se le asocie a la adquisición desenfrenada e irracional de mercancías.

El reconocimiento a la “Madre” debe efectuarse todos los días del año y no necesariamente deben mediar bienes materiales, donde pareciera ser que entre más grande y caro es el regalo, más inmenso y sincero es el reconocimiento y cariño por la “Madre”.

A la “Madre”, hay que reconocerle la misión de dar vida humana, que ella tiene, en la tierra no lo tiene nadie más. En el hogar, cualquiera, es el eje en torno al cuál gira todo y todos, aún cuando el padre se responsabilice de conseguir los recursos materiales para el buen funcionamiento del hogar, es la “Madre”, quien determina la mejor manera de utilizarlo, para que resulte suficiente y oportuno, por precario que éste sea.

La “Madre”, tiene el “Don” de volver suficiente lo escaso, superable lo preocupante, agradable lo amargo, y lleno de promesas, cuestiones que es evidente, sólo guardan falsas ilusiones. Es enorme e incalculable la creatividad y empeño de una “Madre”.

En las peores circunstancias de un hogar, la “Madre” resuelve qué se llevarán al estómago, con qué se cubrirán, cómo solucionarán las enfermedades, siempre busca y obtiene respuesta, aunque sea temporal, a todos los problemas domésticos, y además, como hacer frente a todo, el día siguiente.

La “Madre”, es fuente de inspiración para poetas, compositores, escultores, cuentistas, novelistas, cantantes y artistas en general. La “Madre”, es la única quien en verdad padece el dolor ajeno y oculta el propio. La “Madre”, y sólo ella, es quien ofrece y arriesga todo sin esperar nada y sin temor a nadie.

La primera escuela es el hogar y la primera maestra es la “Madre”, ella enseña respeto, dignidad, comprensión, paciencia, estímulo, tolerancia y perdón recíproco; como vestirse y desvestirse, comer, jugar, dormir, bañarse, peinarse, llorar, reír, y de pasada cuestiones elementales propias de las aulas.

La “Madre”, es el único trabajador en la tierra, que sin mediar “salario” alguno y sin reparar en horarios, da todo su esfuerzo e imprime toda su dedicación e imaginación en la tarea de construir un hogar, configurar una familia.

El trabajo de una “Madre”, define en gran medida las características de una familia, la solidez de los valores familiares, y con ello contribuye a la fortaleza de un pueblo, y a robustecer y darle principios a una nación. De este tamaño es la responsabilidad de una madre, de esta magnitud el esfuerzo que siempre ofrece y así de trascendente su empeño cotidiano.

Así las cosas, resulta injusto, ridículo y desproporcionado, por decir lo menos, que a la “Madre”, se le reconozca su trabajo y función social en general, solamente un día, y en él, lo único que encuentre sean flores, artículos para el hogar, música, comidas, vinos, lagrimas y abrazos, cuando bien va. Después de este día, los siguientes 364, la “Madre” continúa con su enorme, agotadora y estratégica responsabilidad, con la carga de siempre, nada pequeña, poca y equivocadamente valorada.

La función social de la “Madre” , si en verdad, se quiere reconocer, es necesario “celebrarlo” todos los días, con una conducta de hijos y padres que facilite la enorme responsabilidad de la “Madre”, no hace falta más...no debe pensarse en menos.

Pd. Por el enorme valor y significado que tiene una madre, es que seguramente, cuando los ciudadanos quieren expresarse adecuadamente sobre un Gobernante o Político deshonesto, irresponsable, sin dignidad e insensible, dicen que no tiene ni tuvo MADRE. No son excesos, es la figura y dimensión adecuada, a la mejor grosera, pero acertada.

Documento publicado originalmente en el períodico "La Foja Coleta" el 10 de mayo del 2005.