Piensa, Prensa y Pega.

16 de junio de 2005

SOBRE EL E.Z.L.N , ALERTA ROJA GENERAL Y OTROS.

No estaban muertos, ni andaban de parranda.

A unas horas de que se cumpla un mes, de que la comandancia general del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, emitiera un comunicado, decretando alerta roja general, en todo el territorio rebelde, resulta saludable rescatar algunos acontecimientos, que vale la pena tenerlos presente, algunos por anecdóticos y otros, los más, por trascendentes en la futura vida del país, y a la mejor para el mundo, con el tiempo.

De esto me ocuparé en las próximas “reflexiones y precisiones”, dejaré un poco en paz a los ayuntamientos, no vayan a pensar que busco molestarlos, o lo que es peor, desestabilizarlos. Ellos pueden solos.

Todas las reflexiones y puntualizaciones, que en lo sucesivo expondré, no son producto de información clandestina, clasificada o de “inteligencia”, no, es información al alcance y del conocimiento público, que se consigue en puestos de revistas y periódicos.

Hace casi un mes, nos amanecimos con la noticia de que los zapatistas habían decretado alerta roja general en todo el territorio rebelde, y como dice “el corrido”, se hizo la corredera de gente, unos por que daban por muertos a los zapatistas, otros por que los hacían de “mojados” en el extranjero, otros más por ya considerarlos derrotados “vía olvido y cansancio” y otros por “pensar” que con no escucharlos e ignorarlos era suficiente para aniquilarlos.

Pero resulta que no, vivían, sabían aparecer, demostrar mayor capacidad y madurez para convocar, mayor organización y sobre todo, traían consigo, intacto, su mejor armamento defensivo y ofensivo, la palabra sencilla.

Sólo con la palabra sencilla, en minutos, fueron capaces de sacudir partes sensibles de diversas estructuras de poder, político, económico y militar, del país, de nueva cuenta, estos pequeños grandes hombres y mujeres, dieron muestras de saberse conducir y administrar, ser pacientes, de tener una capacidad incalculable para resistir y de poseer sensibilidad y visión que les permite conocer los momentos y flancos de mayor vulnerabilidad del adversario.

Los zapatistas mexicanos, en casi 12 años, nunca han necesitado de “coches bomba”, “indígenas suicidas” o “aviones proyectiles”, para llamar la atención, “golpear”, avanzar hacia afuera en el convencimiento y compromiso hacia su causa y fortalecerse estratégicamente, hacia adentro, en las comunidades; han demostrado que les basta y sobra con la palabra sencilla, que en pocas horas hizo hablar a los que “preferían” no hacerlo, aunque no siempre responsablemente, y pusieron a “pensar” a los que les cuesta trabajo este ejercicio humano.

Hasta antes de la alerta roja general zapatista, en México sólo se observaba y escuchaban, los movimientos y ruidos propios de toda coyuntura vecina a los procesos electorales; bastantes ajustes de cuentas y cuentos; acomodos de nombres y apellidos; movimientos de fechas y “fichas”-en el sentido amplio del término- en el tablero electoral; ajustes “suaves” en el discurso de los que se van; ensayos de “aparentes expresiones fuertes y convincentes” en el lenguaje de los que añoran volver; plegarias indignas y humillantes de todos los que desean ser tomados en cuenta, y; un reguero de recursos “mal habidos” en campañas mediáticas, en todos los niveles, hacia todas las direcciones y desde todos los colores.

¡¡Ah!!, pero que de nueva cuenta, casi como en 1994, guardando las proporciones, hacen su aparición los “inesperados y traviesos” zapatistas, otra vez hablando de olvido, miseria, traición y abandono, y de nueva cuenta exigiendo democracia, libertad y justicia. ¡Qué inoportunos!, expresaron unos, ¡qué insensibles!, pensaron otros, ¿por qué no lo dejaron para otras fechas?, coincidían todos los beneficiarios de la política de ahora. Olvidándose que los zapatistas son “tercos”, no se cansan, que han dado sobradas muestras de que es cierto eso de que han aprendido a aprender, que les puede faltar todo,-incluido el pozol- menos dignidad y paciencia, y de que tienen sus propios tiempos, que son éstos los que estimulan y guían sus movimientos; movimientos donde ahora pretenden meter todo y a todos, más allá de lo indígena, beneficiar a todos construyendo condiciones y espacios, entre todos, para todos.

Pero bueno, a la mejor el “error – descuido” de los zapatistas, en su diálogo con los gobernantes, en estos casi 12 años, ha sido no hablarles, desde un principio, en puro inglés, que es el idioma que mejor entienden, al cual sirven y se rinden, con esmero y prontitud.

Ya conocida la “alerta roja general que se daba en todo el territorio rebelde”, con su llamado a consulta a sus tropas insurgentes, comandantes, responsables regionales, locales y a sus bases de apoyo, los “duros” del poder seguramente se frotaban las manos considerando que se acercaba el mejor momento para de una vez por todas írseles encima, aplastarlos y olvidarlos . Los “tibios” del poder, moviéndose en “su lógica”, con seguridad, se aventuraban a “pensar” que a la mejor, ahora sí de verdad los zapatistas habían decidido dejar de ser pobres y habían concluido ya, mejor volverse políticos, como ellos.

Los “duros, tibios y tontos”, estaban y continúan equivocados, los zapatistas no pretendían avanzar con armas de fuego y menos dedicarse a la política de ahora, que entretiene placenteramente a los partidos y vuelve cada vez más ricos a los políticos.

Por la forma en que reaccionaron los señores del poder y políticos en general, parecía que entendían que los zapatistas estaban de regreso, y no es cierto, los zapatistas no han regresado al “escenario mexicano”, aquí han permanecido, como mejor saben hacerlo, avanzando y fortaleciéndose en silencio, y más cuando han comprobado que con “diálogos y negociaciones oficiales” pierden tiempo, esperanzas, algo de paciencia y se exponen innecesariamente a contaminaciones mortales.

A casi un mes del decreto de “alerta roja general en todo el territorio rebelde”, y después de muchas y desatinadas especulaciones, a los gobernantes, de todos los niveles, les debe quedar claro que los zapatistas no estaban muertos ni andaban de parranda, que han permanecido callados, avanzando en silencio, madurando y construyéndose fortalezas hacia el exterior e interior de sus comunidades; que han decidido, de nueva cuenta, utilizar la palabra sencilla para explorar, buscar trabajar con sus iguales, más allá de lo puro indígena, con todos las personas y en todos los lugares, donde también se padecen carencias, injusticias y una ausencia preocupante de democracia y libertades.

En el contenido de sus comunicados, los zapatistas reiteran el compromiso, de cese al fuego ofensivo, de insistir en la vía de la lucha política, de no hacer ningún tipo de relación secreta con organizaciones político – militares nacionales o de otros países y manifiestan con claridad que lo que van a hacer en México y el mundo, lo van a hacer sin armas, con un movimiento civil y pacifico, y sin descuidar y dejar de apoyar a sus comunidades.

Claro, los zapatistas, en ningún momento expresan que sus tropas insurgentes entregaran sus armas, que hay que ir por ellas, y menos que utilizaran la palabra sencilla para buscar dialogar con partidos políticos, gobernantes y todos aquellos que funcionen como “fachadas” de los hombres en el poder.

Como dicen los zapatistas, ya es necesario ir más allá de la pura rezadera, y creo que el primer paso para todo mexicano que verdaderamente desee aportar algo, desde cualquier lugar y forma, a este abierto movimiento social, que está por cumplir 12 años, inicia con lecturas responsables y serias a todos los comunicados emitidos por los zapatistas, olvidarse de “leer” con la ligereza y frivolidad que normalmente se acostumbra con las revistas de “MEMIN PINGUIN”, “LAGRIMAS, RISAS Y AMOR”, y todas aquellas que sólo sirven para ocultar, aligerar o deformar realidades.

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