Piensa, Prensa y Pega.

27 de marzo de 2007

LOS AYUNTAMIENTOS Y SU PROSTITUCIÓN.

Cuando se olvida que, el poder emana del pueblo y se debe a él;

se prostituye, extravía el rumbo y se le vuelve inútil.

En Chiapas es una constante observar, escuchar y leer, cómo los ayuntamientos se prostituyen con facilidad y esmero, les atrae y satisface sobremanera deshonrarse recibiendo dádivas por hacer favores a otros. Casi todos los presidentes municipales, síndicos y regidores, viven del goce y disfrute de la prostitución en el ejercicio del poder, esta práctica los mantiene despiertos, les alimenta, desarrolla y estimula su apetito insaciable. Así ha sido casi siempre, y lo seguirá siendo mientras los gobernados lo permitamos con nuestra desorganización, silencio y apatía.

Si nos detenemos en los actuales ayuntamientos, que están por cumplir 27 meses en el poder, y nos documentamos sobre cada uno, los analizamos y valoramos, casi todos, cuando bien han trabajado, no han ido más allá de ser regulares prestadores de servicios públicos municipales, ninguno de los ayuntamientos se ocupa verdaderamente del desarrollo económico, de promover justicia social, de provocar democracia, de buscar incidir en la educación, salud y el bienestar social en general que, por ley los ayuntamientos tienen la responsabilidad de ocuparse y cumplir plenamente.

Da la impresión de que los ayuntamientos, por el sólo hecho de los “homenajes de los lunes” sienten hacer lo suficiente en cuestión educativa, que por tener un botiquín en palacio y cooperarle a la cruz roja, sienten estar trabajando sobradamente en salud, y que al promover ferias, organizar concursos de tamales, marimbas, dulces, “día del taco”, sopas, carros alegóricos, comidas del recuerdo, corridas de toros y charreadas, sienten con todo esto estar ocupados del bienestar social de los gobernados.

De este tamaño y color, es el extravío, ignorancia e irresponsabilidad conque se conducen los ayuntamientos chiapanecos, y por si hiciera falta, es costumbre arraigada en ellos, asociar la lealtad a la complicidad; el oportunismo a la capacidad; la simulación a la política; la obediencia ciega al jefe, a la madurez, y; la adulación, la relacionan con visión, sensibilidad y enorme habilidad para construirse buen futuro para ellos y sus familias, quienes por lo general, van detrás imitando y aprendiendo; pero bueno, es imposible que algún día veamos y escuchemos a un asno tocar flauta, a un cerdo asear su espacio o al diablo oficiar misa.

Los 118 ayuntamientos de Chiapas, están a nueve meses de concluir. Ninguno en campaña, que se recuerde, ofreció corrupción e irresponsabilidad y, en mayor o menor medida, es de lo que más se han ocupado; todos con familiares en las nóminas; todos malversando recursos públicos; todos ayudando en el tráfico de la obra pública; todos explorando las formas más seguras para incursionar en la delincuencia organizada; todos, incorporados al atractivo negocio de los fraccionamientos; todos unidos recuperando los gastos de campaña y, acumulando lo suficiente para la que se avecina; todos, como deporte, violentando las leyes; todos buscando la manera de imponer sucesor; todos confiados en que sabrán vender su “experiencia” al que viene; todos como locos, dormidos y despiertos, soñando con poder y dinero; poder para servirse, usar y abusar de los demás y, dinero, por si algo hiciera falta comprar o prostituir.

Hoy, la mayoría de los presidentes municipales chiapanecos, hacen y deshacen en sus municipios, con o sin anuencia de síndicos y regidores, igual les da, y esto se vuelve insoportable y casi una tortura, para todos. Si en la pasada campaña, los presidentes le invirtieron al hoy gobernador, se sienten intocables, se conducen como iluminados, se sienten sobrados, exigen trato de sagrados y rituales de dioses, empezando por obligar a los demás a llamarles “señor” o “don”. En ellos se vuelven frases frecuentes el; “me llamó Juan, comí con Juan, me consultó Juan y, salí con Juan”, entre otras expresiones que, antes de reflejar una verdadera relación, recurren a ellas para disfrazar inmadurez, mediocridad, inseguridad y, a la mejor hasta reflejos de conducta explicables por abusos sexuales en la niñez.

En 109 días de gobierno estatal, muchos presidentes municipales le han mentido y tienen sorprendido al nuevo gobernador, se le han colado y han logrado venderse como “responsables, honrados y visionarios” alcaldes, mientras en sus municipios, los ayuntamientos conviven divididos, lejos de sus obligaciones y en la práctica permanente de corrupciones.

Por estos días, a los presidentes municipales los mueven sólo tres preocupaciones; cómo terminar de saquear, en el menor tiempo, los recursos públicos; quién puede ser y cómo imponer un sucesor dócil, ignorante y dependiente, y; de qué manera asegurarse un espacio en el poder legislativo, en algún partido político o ya de perdida, en el ejecutivo, que les dé impunidad, les permita seguir viviendo de lo ajeno, y desde luego, por encima de los demás. De lo que protestaron cumplir y hacer cumplir, cuando tomaron posesión de su cargo, se han olvidado y lo han enterrado, han perdido la cabeza y el corazón, rumbo y razón, valor y vergüenza.

De nueva cuenta, como cada tres años, los ayuntamientos han sustraído los recursos públicos hasta agotarlos, han usado, abusado y disfrutado del poder, como nunca lo habían imaginado; unos, acostumbrados a dormir en posadas, ahora lo hacen en hoteles cinco estrellas; otros, que se movían en transporte público, ahora se mueven en coche y con chofer; quienes comían en mercados y fondas, ya saben pronunciar “Mc Donald’s, Kentucky, Samborns, o Vip’s”, ya hablan de casa chica y grande, y; se han desviado de tal forma que, algunos han perdido el gusto por las mujeres y, otras lo han perdido por los hombres.

En Chiapas, el órgano de “fiscalización” del poder legislativo y la “contraloría” del ejecutivo, hasta hoy, parece que no les interesa poner orden y aplicar la ley en los ayuntamientos, no hay autoridad que los obligue a cumplir todo el marco legal, que les exija honradez, que les recuerde que administran recursos públicos no privados, que están al frente de un gobierno y no de un rancho, y que están obligados a construir y conducir buenos gobiernos locales y, no desastrosos infiernos municipales.

Sólo falta que después de la coyuntura política que se avecina, regidores(as) deshonestos(as) e irresponsables, los(as) encontremos premiados(as) como presidentes(as) municipales interinos(as), y presidentes municipales ignorantes y bandidos, los lleven a despachar como secretarios de estado, diputados o líderes de partido, y todo, en la inercia de pagar facturas de campaña, simular amores imposibles o para sellar pactos endiablados.

Si un ayuntamiento, no camina con sus gobernados, trafica con todo, no transparenta sus funciones, vive atropellando las leyes, se esconde en la simulación, oye pero no escucha, se distrae organizando reconocimientos, concursos y ferias, y olvida su función social, estamos ante un ayuntamiento prostituido.

Algún día Chiapas será otro, cuando los gobernados tengamos la capacidad, el valor y la fuerza para poner a nuestros ayuntamientos, 118 buenos gobiernos, concientes de las necesidades, limitaciones y capacidades, ocupados en la solución de necesidades sociales y la consecución de bien común y, alejados para siempre de corrupciones y toda prostitución en el ejercicio del poder.

Documento publicado originalmente en el períodico "La Foja Coleta"

el 27 de marzo del 2007.

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