Saludar a Tony Garza, pasear a Josefina Vázquez, aplaudir en el puerto, darle algunas monedas a los viejitos, caminar tras el secretario de gobernación, ponerse flojito ante Felipe Calderón, simular intenso trabajo en las “relaciones internacionales”, invocar a los muertos, despertar al CODECOA y CODECOM, volver al viejo, en sus acentos y actitudes, todo, es absolutamente insuficiente para sacar a los chiapanecos de su crónica marginación, de la eterna pesadilla y de absurdas e irracionales injusticias.
Empujar un desarrollo social justo para los chiapanecos, pasa por ciudadanizar el ejercicio de gobierno y los trabajos propios de la administración pública, desde abajo y no a la inversa, escuchando y hablando con todos, no sólo con los “líderes” de siempre, los charlatanes de la política, los políticos de cartón, los de precio y no principios, los que el diez de mayo, por más que le buscan, no encuentran a quien celebrar.
Urge que el actual gobierno rompa con la “camisa de fuerza” que le impusieron, que haga a un lado la silla de ruedas en la cual lo desplazan, que se quite los lentes que le colocaron, que haga a un lado el “guión” al que lo ataron desde el principio, que se sacuda a los “asesores” que actúan como bufones, que les de “marcaje personal” a los niños de papá que más trabajan ya para el próximo sexenio, que para la actual responsabilidad, y se busque colaboradores capaces, responsables y leales, con lealtad a principios sociales, antes que a personas, que lo ayuden a ver y salir no a confundirse, hundirse y ahogarnos.
Se tiene que entender que, el responsable de los resultados de esta administración, es el actual ejecutivo, no el que se fue, y que es un “descuido fatal” confiar observación, análisis, decisiones y acciones a, ojos, cerebro, corazón, hígado, brazos, piernas y pulso del que “se fue”, de esta manera al final, los aciertos se explicarán por el pasado y, los errores serán los únicos frutos del presente. Con valor y firmeza se debe dejar claro ya que, un sexenio acaba con seis años y que no es sano cobrar con un hombre y, servirle pensar y suspirarle al otro. No deben olvidar esa canción que dice: “si hasta en mi propia cara coqueteabas mi vida…”
Cien días ya gastó el actual gobierno del estado, y como todavía los planes y programas aún no se conocen y formalizan, bien se puede afirmar que todas las acciones, hasta hoy, han nacido de la ocurrencia, se orientan al tanteo y se alimentan con la música agradable y tranquilizadora que emiten los medios; los que medio se leen, los que medio hablan, medio muestran y medio cobran, bueno, algunos cobran de más porque le hacen creer a dios, le mienten al diablo, duermen con ambos y les cobran a los dos.
En estos primeros cien días donde, igual daño han hecho los que cobran por callar, por hablar, o por ayudar a que otros no hablen, mucho se ha dicho que el actual ejecutivo tiene voluntad, se esfuerza, no descansa, que platica con todos, que vive en la gestión permanente y que a diario arranca proyectos de impacto; pero se han olvidado mencionar que la voluntad debe ir acompañada de convicciones, conocimientos y equipo de trabajo propio; que todo esfuerzo, para que sea útil, debe ser ordenado y orientado con planes, programas, proyectos y acciones, nacidas y controladas, verdaderamente, desde abajo; que es necesario platicar y acordar más allá de los partidos políticos, de los vividores de la política y de los grupos que actúan para cuidar sus parcelas de poder, “olvidan” decirle al ejecutivo, que debe intentar “tocar fondo y meter ruido”, para que verdaderamente aprenda y actúe, empuje e impacte; los medios olvidan decir al ejecutivo, que los buenos resultados de las gestiones y magnitud de los beneficios, se miden en el bienestar social objetivo, no con el aroma del incienso y variedad de las imágenes en los medios, y; se han olvidado decirle al actual gobernante chiapaneco que, no es necesario dejar de descansar o simular insomnio para poder avanzar, que no dormir por los demás, es un grave trastorno de conducta, que acaba terminando con el que lo padece y haciendo ningún bien a los demás, han olvidado decirle que, es suficiente con imprimirle responsabilidad social a todo el quehacer gubernamental, poniendo al servicio de los no gobierno, la política y el gobierno, el pensar y el hacer, el decir y el quehacer.
Si en cien días en Chiapas, la federación no ha pasado, lo suficiente, del discurso a la práctica; si en cien días, se ha profundizado el descontrol en la frontera sur; si a cien días, el que se fue todavía no entrega la silla y quienes quedaron sirven más al pasado gobernador que al actual; si a cien días, los “colaboradores” aún no concluyen los planes y programas de gobierno; si a cien días, los grupos de poder no se terminan de acomodar; si a cien días se desconoce cómo, cuándo y con quiénes se trabajará en las nueve regiones económicas de Chiapas; si a cien días, preocupan más los medios que los males; si a cien días, los padecimientos de los ciudadanos son unos y las preocupaciones de los gobiernos son otras; unos se mueven sólo arriba, mientras otros caminan, solos, abajo, este capítulo bien se le puede llamar, cien días de soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario