A 110 días de que Enrique
Peña Nieto asumiera el cargo de
presidente de México, a 103 días de que Manuel
Velasco Coello tomara posesión como gobernador de Chiapas, y a 6 meses de
que Francisco José Martínez Pedrero iniciara como alcalde del municipio de San Cristóbal de las Casas,
Chiapas, nada verdaderamente importante,
de impacto, favorable socialmente, ha sucedido.
No se necesita ya de más tiempo
para poder afirmar, categóricamente, que durante este sexenio
político-administrativo, a los poderosos, como siempre, les irá mejor y a la
mayoría de millones de mexicanos, también, como siempre, se les agudizarán los
problemas sociales y con ello, los sufrimientos ancestrales; padecimientos y
rezagos, urgidos no de cambio de cara o de cosméticos, sino de músculos,
huesos, alma y sentimientos. Cambios estructurales, radicales y que incidan directa y urgentemente en el bienestar social
de los mexicanos.
El 21 de febrero dejó de aparecer esta columna
y no es casual que ahora vuelva el 21 de
marzo. En un mes de guardar silencio
formativo, se aprende mucho, y más cuando,
sobre demasiados hechos sucedidos por todos lados, por ignorancia o
conveniencia, se ha dicho nada, muy poco,
o se ha tratado de llamar la atención con cuestiones institucionales frívolas y
hasta chuscas. En un esfuerzo por dejar testimonio escrito de algo de todo
ello, hoy se intenta exponer una síntesis muy apretada sobre lo acontecido en
un mes, ofreciéndoles no por ello, como siempre, información, ironías y
reflexión, el color, aroma y sabor que
a algunos disgusta o arde, pero a la mayoría le gusta y llena. VA PUES ALGO DE LO QUE MUCHOS OMITIERON
DURANTE LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS.
Excesiva
ignorancia y mísera formación se le observó al presidente de la república, Enrique Peña Nieto, cuando por todos
los medios de comunicación del país y hasta en cadena nacional, lo hicieron
aparecer diciendo, “el éxito de la
reforma educativa se logra con los maestros”. Señor Enrique Peña Nieto, ¿y los alumnos y padres de familia? ¿Qué sus
asesores en materia educativa no le hicieron ver lo que los docentes de este
país consideran como estratégico y determinante en todo proceso de enseñanza-aprendizaje, que ellos llaman
“Trinomio Educativo”: estudiantes,
padres de familia y maestros, y que sin ellos y en equipo, todo esfuerzo de
reforma educativa termina abortando o, al final, fracasado?
Presidente Enrique
Peña Nieto, ahora con el encarcelamiento de “La Maestra” Elba
Esther Gordillo Morales –cuestión eminentemente política y no jurídica-, ilusamente, millones de personas
piensan que usted, con esto inicia, en serio, el combate a la enraizada corrupción en el sector magisterial
mexicano, que se presenta desde el nivel preescolar hasta en las instituciones
de educación superior; en los sistemas federal y de los estados, de los centros
educativos públicos y hasta los privados. Lamentablemente, millones de mexicanos no se dan cuenta de que
no se trata de combatir la corrupción que tanto daño hace a la educación
mexicana, sino únicamente, de cambiar o actualizar al “JEFE DE LA MAFIA”. La corrupción e impunidades continuarán en los
centros educativos mexicanos de todos los niveles, y para ello sólo basta
revisar el desempeño “profesional” y doméstico de los últimos 15 años –junto a Elba Esther Gordillo Morales- del nuevo
“líder magisterial”, impuesto por el gobierno de Enrique Peña Nieto, Juan Díaz de la Torre, quien hasta el último
día fue brazo derecho de “La Maestra” y que ahora servirá de pie, hincado, o
arrastrándose, según lo necesite el gobierno actual.
Aquí en Chiapas, algo de lo más grave es que, en 103
días, el gobernador Manuel Velasco
Coello, por sus hechos, da la
impresión de que aún no encuentra la manera de asumirse como cabal titular del
Ejecutivo; no ha podido terminar de nombrar a su gabinete legal y ampliado; se
lo han impedido o no se anima a incorporar a su gente de mayor confianza y muy
posibles “volantes, dirección, bujías y combustible” de su gestión
político-administrativa. Solamente de anarquía, chiquilladas, resbalones,
ofrecimientos minúsculos con apariencia de mayúsculos, desmayos, trastabilleos y de “vida light”, se
escucha hablar en todas las áreas de la administración pública de Manuel Velasco Coello, y por más que se
anuncien, periódicamente, millonadas de apoyos federales y programas
“novedosos” para Chiapas, en 103 días, nada serio e importante, socialmente ha
sucedido. Esto ya preocupa y más cuando
lo muestran como un gobernador que aún no sabe dónde queda su oficina, su escritorio y el sillón donde debe sentarse,
serenarse y ponerse a trabajar como gobernador. Sus electores no lo nombraron
representante para atletismo, actuación, charrería, o como director de turismo
para que ande de feria en feria, lo nombraron como gobernador de un estado
sumido en la miseria, corrupción institucionalizada, impunidad descarada y
olvido con color, aroma y sabor a desprecio oficial, que más de una vez,
presidentes municipales, diputados, senadores y hasta gobernadores, se lo
aplauden al presidente de la república en turno. En ocasiones, no solo lo
aplauden y festejan, sino hasta lo agradecen y publican en todos los medios de
comunicación a su servicio.
Gobernador
Manuel Velasco Coello, observe bien y razone correctamente cada uno de los pasos que el nuevo
gobernador del estado de Tabasco, Arturo
Núñez, su “gran amigo”, dice usted, viene haciendo con toda la corrupción
que hasta hoy ha descubierto, cometido por su antecesor en el cargo; investigaciones serias, ordenes de
presentación, demandas bien fundadas y promovidas, y hasta una formal querella
en contra del ex gobernador Granier Melo,
ya interpuso ante las autoridades competentes. Mientras tanto, aquí, usted,
gobernador Manuel Velasco Coello, ya
tiene en su poder suficientes evidencias de la corrupción, despilfarros y
abusos de poder del ex gobernador Juan
Sabines Guerrero, en las áreas de Salud, Comunicación Social,
Infraestructura, Secretaría del Transporte, SEDEPAS, Secretaría del Campo, etcétera,
y es tremendamente inexplicable su comportamiento; ¿gobernador, por qué ha
callado durante tanto tiempo sobre lo que ya encontró en la entrega-recepción?;
¿por qué calla y oculta sobre la totalidad de la “gran herencia” económica, política y social, que le echó encima su
compadre Juan José Sabines Guerrero?
Gobernador
Manuel Velasco Coello, los asesores que le aconsejan esperar un año para proceder, porque
suponen que todos los grupos se le echarían encima, están equivocados y podrían resultar hasta “agentes dobles”. Gobernador, la
especial coyuntura que se presenta con la detención de “La Maestra”, es una
gran oportunidad para usted, compréndalo bien: hoy, el Secretario de Gobernación, el Procurador
General de la República y el resto de los miembros del Consejo de Seguridad
Nacional, tienen en su poder todos los
expedientes negros y percudidos de los actores políticos y sociales de este
país; por municipios, regiones, estados, organizaciones, partidos políticos,
etcétera. Si es verdad que es su “gran
amigo” el presidente Enrique Peña Nieto,
todo está fácil; en cuestión de horas hincan y encarcelan a Juan Sabines Guerrero, en minutos
aquietan a “Los Albores”, en seco paran a “Los Pablistas”, con el puro susto se
frenan “Los de la Veguistas”, encabezados por “Katina” y el súper secretario
Juan Carlos Gómez Aranda. Gobernador Manuel
Velasco Coello, este es el momento,
o deja claro que está dispuesto a rescatar, defender y promover los
intereses de los chiapanecos o ya a
millones de ciudadanos les estará usted dejando claro que prefiere ser cómplice
de la Mafia Sabinista. Gobernador, enfríese, aquiétese y reúnase urgentemente con
las gentes de experiencia que usted bien
sabe -no con sus chamacos-, apenas y está a tiempo de enderezar el rumbo,
instalarle las bujías que necesita su “carreta” y esforzarse al máximo por
cumplir las “grandes promesas” que durante doce años hizo a los chiapanecos, y
que en 103 días da la impresión de que va en sentido contrario, sin luces
prendidas y con el motor en frio.
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