Enorme escándalo han armado muchos, ahora que se dió a conocer que la SIEDO de la Procuraduría General de la República, había sido infiltrada por la delincuencia organizada del país.
Más se calentó el ambiente cuando el mismo ruido también alcanzó a la Embajada de los Estados Unidos, exponiéndose pormenores que dejaron claro cómo la Embajada gringa tampoco se escapa de la penetración del crimen organizado, particularmente la de los narcos.
Nada nuevo ha sucedido y no existen motivos como para asombrarse, más si recordamos que:
*En el Gobierno de Fox y la señora Martha, se descubrió que la oficina de giras presidenciales, tenía relaciones estrechas con narcotraficantes.
*En recientes Gobiernos de la República, han descubierto y encarcelado a encumbrados Militares, con estrellas completas de las que portan y presumen los Generales.
*De diversas maneras y no pocas ocasiones, los Medios han dado cuenta puntual de la forma en que se coluden Jueces Federales y “connotados” delincuentes.
*No escasean los señalamientos, serios y públicos, de la manera en que se relacionan y trabajan, delincuentes y Presidentes Municipales, Legisladores, Gobernadores y Secretarios de Estado.
*Por si hiciera falta, es “cuestión normal” que, terminados los períodos Gubernamentales, se conoce información que relaciona a la familia presidencial con delincuentes de todo tipo y tamaño.
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