Piensa, Prensa y Pega.

17 de febrero de 2010

Reflexiones y Precisiones

Dentro de las conductas más reprobables, repudiables y asquerosas, en todo hombre o mujer, independientemente de su posición económica, credo u oficio, se encuentran la irresponsabilidad social, la incongruencia, la hipocresía y el cinismo.

Asco debe dar y desprecio merece, quien dice una cosa y hace otra; quien ofrece resolver y se dedica a complicar; quien presume academia montado en simulación con zalamería vieja y corriente; quien promete trabajar para todos y termina ocupado en su familia, amigos o partido político; y repudio debe cosechar, todo aquél que aprovechándose de las necesidades sociales e ignorancias, las manipula a su antojo y provecho, para llegar y eternizarse en los cargos públicos, apropiarse de lo ajeno, del bien común y de la riqueza social en todas sus formas.

En México, si la mentira y simulación en el ámbito político, se castigaran con pena de muerte, las viudas abundarían, los viudos no serían pocos, huérfanos estarían muchos; la práctica política tendría otra fisonomía, menor demanda y los resultados de los políticos arrojarían beneficio social verdadero.

Por supuesto, la propuesta no es implementar la pena de muerte, sino, para empezar, identificar, denunciar, exhibir y combatir a todos los incongruentes, simuladores e hipócritas que como plagas surgen, se desarrollan y desplazan por todo el territorio nacional, particularmente en Chiapas y específicamente en San Cristóbal de las Casas, donde ya existen hermosos ejemplares con logros económicos nada despreciables y discretos.

¿Por qué “Reflexiones y Precisiones” inicia así, seco y crudo, en este mes del “amor y la amistad”?, porque no se puede, ni se debe, reaccionar de otra manera después de haber escuchado la entrevista que hiciera el 11 de febrero, el periodista Hugo Isaac Robles Guillen, al Síndico Municipal Leobardo de Jesús Cancino Bermúdez, en el noticiario “Espacio Informativo” de radio 640 AM.

El tema de la entrevista fue el asunto del graffiti, que Leobardo de Jesús intentó aprovechar con lenguaje laberíntico, para tratar de convencer al auditorio de dos cuestiones: primero, que su formación académica es sólida y sobrada; y segundo, que él vive ocupado del bienestar social de los habitantes del municipio de San Cristóbal de las Casas. Todo su esfuerzo resulta inútil de antemano, pues en 26 meses, diariamente su comportamiento y frutos visibles, sólo han anidado desconfianzas, decepciones, fracasos completos, finales a medias y un ejercicio profesional público, pervertido y extraviado.

Dijo Leobardo de Jesús: “…estamos ante un problema de carácter sociológico que choca, desde luego, con el jurídico normativo…”, “…tenemos algo que nos distingue a los ciudadanos, por mucho tiempo, que es el sentido común…”. Lástima, “profundas conclusiones” que en 26 meses como Síndico le han servido de nada, y más todavía, a 10 meses de que concluya su cargo, ha contribuido grandemente a que este tema esté más caliente y enredado que cuando él inició. ¿Qué valor tienen los conocimientos, que presume y adorna, si es incapaz de utilizarlos en beneficio de la sociedad?.

Expresó Leobardo de Jesús: “…como representante de los intereses de la colectividad, de la gran mayoría, el Ayuntamiento y quien les habla como Síndico verdad, tengo la obligación inevitable de tener que cuidar, vigilar y obedecer a los intereses de la mayoría de la comunidad…”. Lo tiene bien claro y lo “recita” mejor, pero, en 26 meses ha hecho nada sustantivo y tangible en beneficio de los cientos de miles que habitan el municipio de San Cristóbal: seguridad; agua entubada; mercados; vialidades; rastro; desarrollo económico y social, verdadero; gobernabilidad, estabilidad y armonía interinstitucional, interna y externa, por ningún lado se ve que el Síndico sea congruente con lo que dice y presume saber. Si los tiene, ¿para qué sus conocimientos, dicción estudiada y oratoria sobreactuada?.

Señaló Leobardo de Jesús: “…bendita ciudad que a pesar de las vejaciones en todos los sentidos sigue todavía en pie…”. Cancino Bermúdez le atina otra vez, pues cuando menos, son 5 los gobiernos municipales que se han aprovechado de los recursos públicos, y todavía continúa siendo atractiva, económicamente, para las familias saqueadoras de siempre. En tres ocasiones pronunció “bendita ciudad”, casi con acento religioso.

Durante la entrevista del Síndico Leobardo de Jesús, en siete ocasiones se refirió a su preocupación por la “imagen urbana”, pobre visión, cuando durante 26 meses, él, si revisamos meticulosamente sus obligaciones constitucionales, sólo ha vivido entretenido y perdido en formas, imagen y banalidades, olvidado del fondo y trascendencia de su encargo, lo que deja huella, pero no de cómplices; lo que marca, pero no como insensible; lo que define, pero no como incongruente; lo que distingue, pero no como imprudente; y lo que honra el nombramiento de Síndico, no de cínico.

El maestro Leobardo de Jesús Cancino Bermúdez, Síndico del Ayuntamiento coleto, dijo muchas otras cosas, con el mismo tono y orientación, y como para despedirse e inmortalizarse, también expresó: “…nosotros como autoridades, quienes nos dan la gran oportunidad de representar la política del municipio es el pueblo y el pueblo debe ser, obviamente, atendido y escuchado en sus insatisfacciones y por qué no en sus satisfacciones…”. De esta “agua tibia” descubierta y presumida hasta con voz engolada, “Reflexiones y Precisiones” ya hablará en su momento.

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