Piensa, Prensa y Pega.

11 de junio de 2014

Reflexiones y Precisiones




¡Hablemos de trabajo¡ Esta es una expresión a la que con mucha frecuencia, por cualquier medio, recurre el presidente municipal de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, Francisco José Martínez Pedrero, en una actitud evidentemente retadora y cínica; en un intento por confundir y aparentar lo que nunca ha sido: responsable, profesional, congruente y honesto en el manejo de los recursos públicos. No ha sido responsable porque en 20 meses que lleva despachando como alcalde, no ha logrado concretar ninguna obra importante, en lo económico, social o político. No ha sido profesional porque las acciones institucionales que ha desarrollado durante 20 meses, no están guiadas por la ciencia o academia, sino por la costumbre u ocurrencia. No ha sido congruente porque en toda su campaña política para presidente municipal, ofreció ocuparse de los problemas importantes y comunes, y a la fecha, ningún problema toral, relacionado con el bienestar social de los ciudadanos, ha sido superado: persisten las dificultades con los servicios públicos; continúa la anarquía en el crecimiento de la ciudad; a los potenciales recursos turísticos, no se les considera y desarrolla en la dirección y dimensión correctas; la administración pública es de “usos y malas costumbres" y no de leyes, reglamentos y de una metodología apropiada al quehacer administrativo cotidiano. No ha sido honesto porque si algo lo ha caracterizado, es el abuso de poder y la violación sistemática a las leyes que protestó cumplir y hacer cumplir, con la intención de aprovecharse del cargo para hacerse más rico. El alcalde coleto lleva 20 meses de intrascendencias, frivolidades, engaños, deshonestidades e improvisaciones, para distraer al pueblo, y él, justificar enormes gastos y su existencia efímera.

¡Hablemos de trabajo¡ A 20 meses de haber asumido el cargo el Ayuntamiento actual, presidido por Francisco José Martínez Pedrero, ¿cuál es su resultado de mayor consideración?, ninguno. Presumir que, como nunca, hoy el gobernador en turno visita la ciudad de San Cristóbal de Las Casas hasta tres veces al día, sin concretar ningún beneficio social trascendente; anunciar que visitan otras ciudades, otros estados de la República y otros países, sin que se traduzca en experiencia para que aprendan a hacer buen gobierno; alardear con que saben organizar -sin ser cierto- ferias comerciales y culturales, alegradas con cantantes de narco corridos; jactarse de que cuentan con un Programa de Desarrollo Municipal encargado y comprado en el estado de Aguascalientes, que ellos por supuesto, no hicieron, no entienden y que tampoco guía el ejercicio de gobierno y administración pública; anunciar que tapan, “oportunamente", sus hoyos en las calles; fanfarronear con que atienden todo lo inmediato, así sea contabilizando el número de borrachos que levantan, las docenas de focos que cambian, las ocasiones que hacen antesala con algún funcionario menor del gobernador Manuel Velasco Coello, casi contar el número de veces que descuelgan el teléfono fijo y móvil; y hasta hacer bulla por cualquier malestar estomacal de alguno de los integrantes del cuerpo edilicio, no significa estar desempeñándose con responsabilidad social y para nada quiere decir que cumplen con la función de ser promotores de bienestar social, bien común y vida civilizada. SON RIDICULECES RURALES.

¡Hablemos de trabajo! El Ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, donde el presidente es Francisco José Martínez Pedrero, pero hace y deshace el síndico, Roberto Arturo Morales Ortega, en 20 meses, no ha sabido procurar ninguna acción verdaderamente importante en la ciudad y sus comunidades. ¿Dónde están las acciones de visible impacto social para la cabecera municipal?; las que debieran imprimirle características de ciudad y no fisonomía y fama de pueblote. Si se le promociona como “El pueblo más mágico de entre los pueblos mágicos", qué, ¿acaso a las autoridades no les da vergüenza los serios problemas con la recolección y disposición final de los residuos sólidos municipales, que a la ciudad le hace parecer comunidad rural? No le apena al Ayuntamiento coleto que a 20 meses de estar cobrando jugosos salarios y otras prestaciones, nada ha hecho por abordar, seriamente, los problemas, directos e indirectos, derivados de una insuficiente prestación del servicio de agua entubada (no es potable); un servicio con notorias deficiencias ante la demanda actual, y sin ninguna proyección que considere la demanda futura, cuando menos valorando un horizonte de entre 15 y 25 años. ¿Y dónde están las obras y servicios, logrados en 20 meses, que impacten, socialmente, en el bienestar de las comunidades? Nada con estas características han concretado. Son un fracaso muy bien consolidado, que a ellos les enorgullece, en público y privado.

¡Hablemos de trabajo¡ Así pide y ofrece, por la radio local, diariamente, el alcalde coleto. ¡Pues hablemos de trabajo!, ¿por qué en 20 meses que llevan viviendo, muy bien, de los recursos del pueblo, no han podido dar señales reales, de que se ocupan de resolver la situación delicada, originada con el servicio de Rastro Municipal, que por su forma de operar, amenaza con provocar un problema de salud pública en cualquier momento?; ¿por qué, como otros ayuntamientos, sobre el servicio de rastro, todo hasta hoy han sido proyectos, presunciones, promesas y agradecimientos por anticipado?

¡Hablemos de trabajo! ¿Por qué no han sabido o no se les ha ocurrido, resolver la anarquía, insalubridad e inseguridades de todo tipo, que prevalece desde hace mucho, en los mercados y centros de abasto del “Pueblo más Mágico". ¡Hablemos de trabajo! ¿Dónde están las diferencias importantes -entre este Ayuntamiento y otros- en la forma de concebir, capacitar, operar y “corregir", en la Dirección de Policía, Tránsito y Protección Civil?

¡Hablemos de trabajo!, en 20 meses, todo ha sido igual que con otras administraciones: los mismos vicios y triquiñuelas administrativas; las mismas violaciones a la Ley de Obra Pública, a la de fiscalización del estado, a la de adquisiciones y a la Ley Orgánica Municipal. El mismo tráfico de influencias; nepotismo semejante; las mismas mafias o grupos, con diferentes nombres; iguales “tarifas voluntarias" para que la autoridad asigne la obra o firme los contratos; muy escaso o ningún trabajo de inteligencia policial, que siempre aprehende “Charales" de la delincuencia y siempre solapa a los peces gordos. ¡HABLEMOS DE TRABAJO! Y NO DE PUBLICIDAD EMPÍRICA, DE ENGAÑABOBOS, con la que hacen soñar o suspirar a quienes dependen de los favores del Ayuntamiento.

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