Piensa, Prensa y Pega.

18 de junio de 2014

Reflexiones y Precisiones



Él me mintió. Poco antes de que tomara posesión del cargo el gobernador Manuel Velasco Coello, una persona mayor, cercana, pero muy cercana a él, me buscó para confiarme y convencerme de que su pariente sería un gobernante diferente. Por supuesto, en ningún momento le creí, y ahora le creo menos. En aquél entonces, me platicó que su familiar había padecido hasta lo inconfesable, en aquel entonces del gobernador Juan José Sabines Guerrero. Muchos detalles narró al respecto. También platicó bastante de cuando a su pariente lo iniciaron como presidente estatal del Partido Verde Ecologista de México, pasando por las diputaciones local y federal, hasta llegar a la senaduría, de la cual saltaría a la gubernatura. Daba pormenores de cómo su “Güero” sería mucho muy diferente a Sabines Guerrero; confiaba” cómo el futuro gobernador integraría su equipo de trabajo más cercano; hablaba sobre que Velasco Coello haría un gobierno profesional, honesto, humano, sensible a los problemas sociales y de oídos y puertas abiertas. También, en voz baja, confiaba que el gabinete de Sabines, en su oportunidad, adornaría las cárceles de Chiapas, y alguno por ahí, algún penal federal de máxima seguridad.

Él me mintió. De la Ciudad de México a San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, viajó en varias ocasiones el señor de avanzada edad, para confiar valoraciones, diagnósticos,  proyectos, estimaciones, pronósticos, claros negocios y hasta cosas de familia; siempre con la invitación de sumarse al gobierno de jóvenes que estaba por llegar. Probó por todos lados para convencer o cuando menos, ganarse la amistad y confianza -de todos aquellos con los cuales se entrevistaba, me enteré después-, estas últimas cuestiones, las pidió directo y abiertamente. A más de 20 meses de todo esto, nada de todas aquellas pláticas han sido ciertas: el gobierno de Manuel Velasco Coello ha resultado idéntico al de los últimos 36 años, cuando menos. Muy prematuramente, ha demostrado ser insensible a los sufrimientos de la mayoría del pueblo chiapaneco, que suma poco más de 4 millones de habitantes. Nada lo conmueve, más que en apariencia y en casi 20 meses, no se ha decidido por entrarle, en serio, a investigar y promover castigo a toda la corrupción que rodeó y hasta decoró el gobierno y administración pública de Juan José Sabines Guerrero.

Él me mintió. A casi 20 meses de que Manuel Velasco Coello iniciara como gobernador del estado de Chiapas, lamentablemente, no ha demostrado ser un gobierno profesional, aunque en su momento haya anunciado un Programa Estatal de Desarrollo, que ya de por sí es de puro gabinete, adoleciendo de un serio trabajo de campo. No es lo mismo hacer trabajo de campo para elaborar un Programa de Desarrollo, que ir a los pueblos a preguntar y ofrecer, con tal de conseguir votos. No es igual estimular la participación ciudadana con el objetivo de hacerlos partícipes en la formulación, ejecución, evaluación y control de propuestas, proyectos y programas de gobierno, que simularles consulta y una muy pobre y limitada participación en un mero teatro oficial. Hoy, con Manuel Velasco  Coello, como ha sucedido en las últimas cuatro décadas, por lo que sea, el ejercicio de gobierno se ocupa de invertirle más a las apariencias, antes que a la lastimosa realidad social. Le ocupa, mayormente, verse bonito y lleno de falsas virtudes, antes que orientar y aplicar toda clase de recursos hacia el campo y las ciudades de Chiapas, que aunque están ya en el año 2014, sus condiciones productivas y sociales en general, son propias de finales del siglo XVIII y de principios del siglo XIX, con todo lo que ello conlleva y significa.

Él me mintió. Hace poco más de 20 meses, el muy querido familiar del gobernador de Chiapas, adelantaba que la administración del “Güero” sería honesta, pero hasta ahora solamente se ha visto que son los “políticos” de siempre o sus familiares -los que han contaminado, podrido y prostituido a otros gobiernos-, que le rodean. Los mismos grupos de poder económico, los que le han nublado la vista y llenado las bolsas a otros gobernadores y a sus funcionarios, ahora atienden también al Güero” y seguro lo empujarán a desempeñarse y concluir. Aunque viéndolo bien, con el material humano que trae, en un descuido supera a su antecesor y hunde más profundamente a los millones de chiapanecos. Me mintió. Insistía convencido, el familiar de Manuel Velasco Coello, de que su pariente sería sensible a la problemática socioeconómica de la entidad -igual o más que su abuelo el ex gobernador de Chiapas-, sin embargo, en casi 20 meses de ejercicio gubernamental, absolutamente nada de esto se ha observado: resultó indiferente al sufrimiento humano; más de apariencias que de realidades; más frívolo que responsable; muy dado a repartir “analgésicos” y no urgido por aplicar los fuertes “antibióticos" que la realidad social exige. Velasco Coello es proclive a atender y entretener a “Los de arriba" y a ocuparse, sólo en apariencia, de “Los de abajo". En casi 20 meses de administración “Güerista”, nada realmente trascendente se ha iniciado y mucho menos se ha concluido. Es evidente que los problemas en el campo y las ciudades se han agudizado, como igualmente es obvio que medio se ocupa en buscar salidas y no soluciones a la complicada realidad social. Patológicamente insensible y amañado resultó el gobierno del “Güero”.

Él me mintió. El familiar, muy cercano, del gobernador Manuel Velasco Coello, hasta presumía que su descendiente haría un gobierno de oídos y puertas abiertas, donde quien hablara o lo visitara se sentiría satisfecho. Llevan casi 20 meses, en las áreas urbanas y rurales de la entidad, exponiendo problemas, urgiendo atención y ofreciendo elementos de conocimiento para atender, correctamente, cada situación específica, sin embargo, TODOS OYEN PERO NO ESCUCHAN. ¿De qué sirve que el gobernador o sus colaboradores, dejen las puertas abiertas y hagan como que escuchan, si lo que posteriormente disponen no mejora la problemática existente? ¿De qué sirve que tengan las puertas abiertas, si adentro es como si no estuvieran, se comportan como ausentes? ¿De qué sirve que aparenten escuchar, si ellos están pensando en su futuro político y no en sus responsabilidades inmediatas y constitucionales, las que ellos juraron cumplir leal y patrióticamente? ÉL ME MINTIÓ, YO NUNCA LE CREÍ.

No hay comentarios: