Piensa, Prensa y Pega.

4 de junio de 2014

Reflexiones y Precisiones


Nuevamente en Chiapas: el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, demostrando que crece y se fortalece; y los gobiernos, minimizando, confundiendo o administrando.

 

Algo sobre la reciente aparición del Ejército Zapatista deLiberación Nacional, el 24 de mayo.

Resulta increíble que a 20 años de la aparición pública del EZLN, hay quienes todavía se niegaa aceptar que son una realidad en este país. No son pocos los que no aceptan que en el estado de Chiapas existe un grupo armado que, desde hace 20 años, le declaró la guerra al gobierno federal y a sus instituciones, y que siempre ha dejado claro que nació para combatir este sistema injusto y opresor. Aua 20 años de existir públicamente, el EZLN no ha dejado de emitir señales contundentes de que existe, trabaja y se reproduce, no son pocos los que piensan y afirman que se trata de una comedia; de una guerrita por la internet; o de un ruido incómodo que en malos momentos se le ocurre aparecer. A 20 años de existir, hay políticos que creen que, en cualquier momento, Los Zapatistas van convertirse en un partido político. Todos ellos  han de imaginarse a los principales líderes Zapatistas; de regidores, síndicos, presidentes municipales, diputados o senadores de la república, al servicio de los gobiernos injustos, a los pies del gran capital nacional e internacional: ayudando a explotar, a reprimir, a simular y a mentir. A 20 años de existencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, hay quienes todavía no comprenden que al EZLN lo parieron las injusticias sociales, que ellas son la madre del movimiento armado y que mientras exista madre, el movimiento social con su brazo político y militar, tiene garantizada vida eterna. Les guste o disguste a los que hoy mandan en este país.

 

Algo sobre la reciente aparición pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Indudablemente, ninguno de los gobiernos esperaba que el EZLN apareciera en las condiciones que sucedió; sorpresivamente, con varios miles, con el contenido del discurso emitido y con el Subcomandante Insurgente Marcos a la cabeza. Seguro, ningún gobierno se esperaba esto, y menos cuando la economía del país da evidentes muestras de empeorar; la política nacional se presenta descontrolada y enrarecida; la violencia se incrementa y reproduce por todas partes, y cuando ya el gobierno de Enrique Peña Nieto demostró que podrá ser capaz de todo, menos de contribuir, a fondo, a superar las condiciones de miseria e injusticias sociales que vienen padeciendo y soportando más de 50 millones de habitantes de este país. Por cómo reaccionaron posteriormente, es imposible creer que los gobiernos se imaginaran que el asesinato del insurgente Galeano, fuera suficiente para hacer reaccionar, en la forma que lo hiciera el EZLN. Después de 20 años, donde los gobiernos han sido promotores o protagonistas de recurrentes desapariciones o asesinatos por todo el territorio nacional, sin ninguna o muy poca exigencia enérgica de justicia, piensan ellos que el pueblo ya se acostumbró, que ya se resignó a su suerte terrenal y que está dispuesto a esperar el castigo divino para los criminales o cómplices. Ojalá entiendan este nítido y fresco ejemplo: si la muerte del insurgente Galeano bastó para movilizar a variosmiles del EZLN, ¿qué sucedería si el gobierno ordenara o permitiera, la muerte de 10 Galeanos?

 

Algo sobre la reciente aparición pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Es inconcebible el nivel de complicidad hacia los gobiernos, observado ahora cuando la aparición del EZLN: organizaciones de izquierda aparente, guardando silencio; científicos sociales, como se hacen llamar, escondidos en sus cubículos; autollamadas ONGs, estudiando cómo sacarle mejor provecho a la situación; autoridades menores, esperando instrucciones; otros, guardando distancia con las partes, para intentar cosecharle a todas; y medios de comunicación y comunicadores -graduados y empíricos- en silencio complaciente o expresando frases cómplices. Los diferentes actores, los de siempre, ayudando con todo a las autoridades, para que éstas  oculten su irresponsabilidad social, su incumplimiento a las leyes, su traición a los intereses de la colectividad, que sólo sabe de miserias, atropellos y ofrecimientos incumplidos. En pocas ocasiones, se puede observar, tan claramente, el dominio apabullante de los gobiernos hacia aquellos que no lo son, pero que de una u otra forma, guardan estrecha dependencia con el estado. Nada ayuda socialmente que el estado mexicano ordene o sugieraesconder las inconformidades sociales; nada bueno hay que esperar de tantas necesidades insatisfechas; nada bueno auguran tantos rencores acumulados; y ninguna problemática social se supera, escondiéndola , disfrazándola, minimizándola o, únicamente, administrándola.

 

Algo sobre la reciente aparición pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

La cuidadosa y calibrada reacción del EZLN ante el asesinato de uno de sus milicianos, deja ver cuando menos, que la problemática ya está demasiada tensa; que las decisiones institucionales implementadas para superar la situación de emergencia, surgida hace 20 años, han sido incorrectas; que el Estado Mexicano, irresponsablemente, ha desaprovechado los 20 años transcurridos; que el fenómeno social aparecido hace 20 años ni siquiera se ha desdibujado, al contrario, se ha recrudecido y amenaza con salirse de control en cualquier momento, pudiendo muy bien ocasionar daños con repercusiones internas e internacionales. Es extremadamente urgente que al Movimiento Social Zapatista, todos, Gobierno y Sociedad, lo tomemos con seriedad y busquemos hasta encontrar las mejores formas para, unos, cumplir como sociedad consciente de su realidad y responsabilidades; y los otros, asumirse como gobierno verdaderamente al servicio de las mayorías empobrecidas de este país. Ya no hay de otra y no es temprano.

 

Posterior a los primeros días del año 1994, cuando recién apareció el Movimiento Social Zapatista, en el contexto de losDiálogos para La Paz", dio la impresión de que las partes iban a dar todo para buscar soluciones de fondo a las condiciones reales que habían dado motivo al surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, a 20 años de aquello y ante las evidencias recientes, solamente existe algo bien claro: sólo es cuestión de tiempo para que la situación explote y quien crea que puede escapar a la confrontación y sus repercusiones, está totalmente equivocado. A unos se les contabilizará dentro de las víctimas directas; y a muchos otros, dentro de los daños colaterales, como acostumbran, elegantemente, llamarlo las autoridades.

A lo anterior, habría que agregarle que todo tenderá a contaminarse y dificultarse aún más, en la medida que estén más próximos los procesos electorales federal, del estado y municipales. Coyuntura donde a falta de experiencia administrativa y oficio político del actual gobierno del estado, la anarquía prevalecerá, y el mínimo de los problemas bien puede convertirse en una potente y mortífera bomba, suficiente para cimbrar y sacudir a Chiapas y al gobierno de la república.

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