Cualquier impuesto a una sociedad jamás le traerá los beneficios que necesita, si se le aísla del conocimiento, análisis y decisiones.
Los irresponsables de hoy, bastante avanzarán cuando se olviden de los impuestos y den cabida a la cultura de las contribuciones sociales, aquellas que son dispuestas por los ciudadanos y que se calculan asociando correctamente necesidades y capacidades.
Nada justo puede resultar en una sociedad donde los de arriba disponen qué harán con los de abajo; qué no harán ellos, y; cómo permitirán acomodarse los de abajo a los de arriba.
Impuestos de arriba, no; contribuciones desde abajo, sí.
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