Piensa, Prensa y Pega.

6 de noviembre de 2008

6 de Noviembre del 2008.

Si revisamos y asociamos las acciones de la delincuencia organizada en México, en los últimos meses; si hacemos un recuento de todas las provocaciones y enfrentamientos en los años recientes; si contabilizáramos el número de “levantones”, desaparecidos, muertos y heridos; si valoramos los niveles de infiltración y corrupción, presentados en las instituciones relacionadas con la seguridad y el combate a la delincuencia; si repasamos los atentados evitados, cometidos y conocidos; y, si concluimos que, hasta hoy, el crimen organizado en México no ha mermado, se ha multiplicado, fortalecido y radicalizado, entonces, queda claro que los criminales cuentan con los recursos y relaciones suficientes, no sólo para “bajar” a un pequeño jet con un Secretario de Estado y un Asesor en Seguridad, seguramente también tienen las capacidades para simular “accidentes” en aeronaves de mayor tamaño, incluidas las presidenciales.

La información conocida, sobre el peso y los alcances de la delincuencia organizada actual, basta y sobra para suponer que el jet de Juan Camilo Muriño, no se accidentó, si no que pudo haber sufrido un atentado.

No hay que olvidar que, al principio de su gestión, el Presidente Felipe Calderón confesó públicamente amenazas hacia su persona, es necesario recordarlo y dimensionarlo adecuadamente, después, bien podría resultar la conclusión de que el jet de Gobernación no sufrió un accidente, si no que “lo bajaron”.

¿Porqué las prisas del Secretario Luis Telles en declararlo accidente, cuando las investigaciones ni siquiera habían iniciado?.

Para tranquilidad de todos, las investigaciones tienen que conducirse con profesionalismo; dedicarse a buscar y encontrar la verdad y, evitar sólo ocuparse en construir la conclusión que más conviene en la coyuntura actual y a la imagen del Gobierno en turno.

En lo sucesivo habría que extremar precauciones, bien se sabe que la primera ocasión, se piensa y cuesta, después corre el riesgo de volverse rutina.

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