Piensa, Prensa y Pega.

1 de julio de 2009

REFLEXIONES Y PRECISIONES

Los bueyes, en las labores del campo cumplen una función importante: le aligeran el trabajo y la vida diaria al campesino, coadyuvan en la producción de alimentos, mueven la carreta para transportar carga y personas, constituyen en suma, un elemento importante en toda área rural, donde los campesinos todavía van de pobres a miserables y su situación empeora todos los días.

Un payaso, en cualquier núcleo social, es alguien a quien todos quieren y respetan, no es cierto que sólo los niños: entretiene, hace reír, distrae, conmueve, en ocasiones llega a provocar hasta llantos y siempre deja claro que lo que cobra lo trabaja.

Los minusválidos, o como elegantemente le llaman los gobiernos neoliberales, “personas con capacidades diferentes”, casi siempre, de alguna manera resuelven su vida cotidiana: sin robarle a los demás, sin subirse al lomo de otro y sin engañar a nadie, generalmente.

El zángano, en la literatura apícola nos enseñan que es el macho de la abeja maestra o reina y que por lo tanto, desempeña un papel decisivo en la producción de miel de abeja, tan deliciosa e importante por su valor nutritivo.

Los delincuentes, organizados o desorganizados, en algún momento se juegan su libertad, la vida y conciente o inconcientemente, exponen la seguridad y bienestar de sus familiares. Tienen un objetivo y sin ignorar los costos, de todo tipo, lamentablemente para la sociedad, se deciden por sus actividades.

¿Por qué hoy reflexiono y preciso sobre bueyes, payasos, minusválidos, zánganos y delincuentes?, por la inspiración que me nace del proceso electoral que ahora trae loco a medio mundo, de dónde habrán de salir “representantes populares”, los políticos vividores de siempre, que llevan décadas flagelando a los mexicanos, sumiéndolos en miserias mayores, provocándoles injusticias, cultivando procesos antidemocráticos, propiciándoles inseguridades de todo tipo y limitándoles sus libertades sociales, entre otras desgracias que como maldiciones, en lugar de superarse se profundizan.

Los políticos de hoy, sin duda, están mejor acabados que los de hace 50 años: han transformado la política en un negocio más redituable, han logrado perfeccionar el “arte” de la simulación y han acentuado más, el divorcio entre sociedad y gobiernos.

Así también, cada día hacen más tangible que los intereses de los gobiernos y sus políticos, son unos y las necesidades de los pueblos, son otras.

Los políticos, siempre perfeccionando sus arbitrariedades y saqueos, mientras los ciudadanos, diariamente cargan con los abusos y las injusticias sociales de todo calibre y color.

Las descripciones y precisiones iniciales nacen para establecer que: el trabajo de los bueyes, valorado socialmente, puede resultar de mayor impacto que el de los políticos de hoy; el oficio de los payasos, puede ser más digno y productivo que el de casi todos los políticos, y el esfuerzo de los minusválidos, puede valer y ser más trascendente que los resultados de los actuales “representantes populares”.

De la misma manera, el producto que logran los zánganos y las abejas reinas, puede ser de mayor utilidad que lo producido por casi todos los políticos de los diferentes partidos, y se exponen más y logran menos los delincuentes, que los políticos mexicanos.

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