Piensa, Prensa y Pega.

27 de enero de 2010

El Machucón

Alguien debería recomendarle a Alejandro Encinas, coordinador de la bancada del PRD en el Congreso de la Unión, que no ande adoptando costumbres tan parecidas a los “cárteles norteños”; un día de estos pueden confundirlo y darle un susto o algo mucho más grave.

El viernes 15, cuando arribó a San Cristóbal de las Casas, Chiapas, para empujar la permanente campaña política del PRD por todo el país, lo hizo a la manera de los grandes capos de Sinaloa, Durango, Michoacán, Tamaulipas o Chihuahua: llegó transportado en una caravana de tres lujosas camionetas negras, totalmente polarizadas y una sin placas; una Lincoln, otra “Tundra” Toyota, que hasta parecía blindada y una Ford más discreta, pero no de lujo menor.

Los miembros de la comisión de recepción para Alejandro Encinas, que con jaloneo discreto se disputaban el primer sitio para recibirle y tomarle del brazo, la integraban: Pedro Olvera Rojas, ex empleado de Sabines; Juan González Esponda, ex funcionario de Pablo Salazar y Sabines; y Carlos “Perola” Burguete, del PRD de Sabines, que afirman fue quien trajo hace poco a René Bejarano, “el señor de las ligas”.

Engalanaron el presídium de Encinas: el presidente municipal perredista de Chicomuselo, “facilitador” de la criminal minera Canadiense; el “controvertido” Bertoni Unda; él, en su tiempo, aplaudidor de Pablo Salazar y ahora de Sabines, Rutilio Escandón; el amigo, en su momento, de Salazar Mendiguchía y hoy de Sabines, Fernel Gálvez y otros de parecido calado y calibre.

EL PELLISCO:

El acto del PRD se percibía tan “pesado y de perrones” que, no hacía recomendable quedarse a esperar los resultados ya previsibles, cocinados seguramente con las mismas “especias y ablandadores” de siempre.

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