Piensa, Prensa y Pega.

20 de enero de 2010

Reflexiones y Precisiones

A 37 meses del gobierno de Don Juan Sabines, el menor, puede afirmarse con propiedad que resultó incansable para promover leyes inicuas, afortunadamente con embriones muertos: leyes de “sí reelección”; normas contra los derechos fundamentales de las mujeres; ley, guaruras por 10 años; y, ahora la ley “municipalización” de los servicios de salud, entre otras, dan cuenta que el ejecutivo y legislativo de Chiapas, gozan de enorme creatividad para perder el tiempo, para intentar, y en ocasiones lograr, atropellar derechos universales de terceros, y para simular que son autoridades socialmente responsables, preocupadas del bienestar común, sin embargo, los hechos, manifestaciones y resultados verdaderos, demuestran lo contrario a lo publicitado y celebrado.

Si echamos mano a la literatura más inmediata producida por los expertos en materia de salud, con visión mundial, encontramos que en cuestiones de “sistemas de salud”, México es de los países más atrasados, que en salud pública es un desastre garantiza nada suficiente en este renglón; mantiene en condiciones sumamente críticas su atención a la población, acentuándose en los niños y los ancianos y por sus particularidades de todo tipo, cualquier “gripe política” es capaz de meterla en serios aprietos, sacudirla, exhibirla y colapsarla. Otra vez, triste todo.

Esto de que el gobierno de Chiapas pretenda “municipalizar”, en algunos casos, los servicios de salud en las municipalidades, bien pueden ser los inicios de un ensayo mayor e intento grave para desentenderse de sus responsabilidades de prever, atender y resolver, todo lo referente a la salud de la población chiapaneca, derecho universal de cualquier ciudadano y obligación irrenunciable de todo gobierno.

Explorar “municipalizar” la salud en Chiapas, puede obedecer a un experimento promovido por el gobierno federal, para primero, transferir estas obligaciones a los ayuntamientos, y después cuando truenen, empujarlo hacia una privatización gradual. El que particulares transformen en otro negocio más los servicios de salud, puede ser la bujía perversa que esté estimulando, alimentando y moviendo, la irresponsable calentura de “municipalizar” la salud, que otra vez, tarde o temprano seguro fracasará, y nuevamente dejará en ridículo al gobierno de Chiapas.

Afirmó el presidente de la Comisión de Salud del Congresito de Chiapas, Jesús Alfredo Molina Molina, que la “municipalización” de la salud permitirá mayor responsabilidad de los alcaldes en el funcionamiento básico de los 12 hospitales con 12 y 20 camas censables del segundo nivel de atención, hoy a cargo del Instituto de Salud; que los ayuntamientos se encarguen del mantenimiento de los inmuebles; que paguen los servicios de energía eléctrica, agua, teléfono y pintura y que las clínicas tengan mayor vigilancia y el personal contratado trabaje los 7 días de la semana.

En estos términos se conoce, hasta hoy la “novedosa” propuesta del ejecutivo estatal para “municipalizar” los servicios de salud del pueblo chiapaneco.

Primero, para suavizar los corajes que pudiera originar, pretender “municipalizar” los servicios de salud, habría que entender esta acción como una muestra de “grave calentura de invierno” originada por los pésimos servicios de salud en Chiapas, que resultarán enfriadas con las arrechas “calenturas políticas”, que están por iniciar formalmente.

Segundo, es una decisión absurda proponer dejar en manos de los ayuntamientos la delicada función que significan los servicios de salud, más todavía, cuando diariamente se conocen sobre sus incapacidades, irresponsabilidades, hambre canina por lo ajeno y tráficos de cualquier naturaleza y volumen.

Si hoy los gobiernos locales con sus presidentes municipales a la cabeza, no son capaces de atender apropiadamente asuntos de borrachos, alumbrado, limpia, agua, ambulantaje, mercados, rastros, calles, parques, jardines, desarrollo urbano, planeación, cultura, rumbo económico y bienestar social en general, que cotidianamente originan ruidosas muestras de inconformidad, denuncias y demandas insatisfechas, ¿qué pasará cuando a todo esto se le sume la atención a la salud?.

Si el gobernador Sabines y sus asesores no detienen está insensible propuesta, después, las consecuencias se las regresará en pedazos, pero con costos sociales, para entonces, lamentablemente ya irreversibles.

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