Piensa, Prensa y Pega.

27 de enero de 2010

Reflexiones y Precisiones

Lo que se ha documentado que existe y sucede en el CBTIS 92 de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, constituye una muestra bastante representativa de la realidad que se presenta por toda la entidad en el aspecto educativo, en todos sus niveles.

En el CBTIS 92 encontramos infraestructura física con preocupantes deterioros, insuficiente y en grave abandono; “discreción” con rasgos de corrupción en el manejo de los recursos económicos aportados “voluntariamente” cada semestre por los padres y madres de familia; reprobables “usos y costumbres” en el renglón académico y administrativo; equipamiento rezagado y obsoleto; notoria desorganización interna; grupos de poder que obstaculizan el buen desempeño y desarrollo del proceso educativo; apatía en grados patológicos en directivos y no pocos docentes; y demasiadas “mañas y maldades”, como instrumentos de uso cotidiano, para que todo permanezca igual y continúe alimentando y moviendo el estado de vicios, irresponsabilidades y deshonestidades, que producen y reproducen una educación deficiente, no crítica, al servicio del poder y alejada de compromisos sociales.

El esfuerzo periodístico realizado por el comunicador Rodolfo Flores, la semana anterior, fue importante, sin embargo, existe mucho más que precisar y reflexionar, en el ánimo de fortalecer una denuncia que estimule y haga voltear a la autoridad, que razone y resuelva las condiciones deplorables en que tienen a la educación en el CBTIS 92 y en Chiapas, una actividad que al parecer no entienden lo suficiente, su valor y trascendencia para el desarrollo socialmente justo; o entienden muy bien la importancia que tiene para los gobiernos y poderosos en general, un pueblo analfabeta, preparado con limitaciones o formados sólo para reproducir y garantizar las condiciones sociales injustas que se padecen desde hace mucho.

Si observamos, detenida y fríamente, todas las cuestiones de infraestructura y equipamiento del CBTIS 92, no cuesta calcular que su rezago lleva no menos de 25 años y el abandono casi absoluto, no tiene menos de 10. En 33 años no han podido construir la barda perimetral adecuada que de seguridad suficiente a los estudiantes, trabajadores y patrimonio de la Institución; son visibles los daños estructurales al edificio; las instalaciones eléctricas e hidráulicas están cercanas al desastre; los módulos de baños para mujeres y hombres seguramente “lucen” peor que un reclusorio de tercera; el mobiliario en aulas y talleres, guarda bastante parecido con lo que se ve hoy en Haití, después del desastre natural; existe dejadez en el transporte y el manejo y disposición final de los residuos sólidos generados en el plantel, es bastante primitivo y riesgoso para la salud de los 105 trabajadores, 1577 alumnos y los cientos de padres y madres que con frecuencia ocurren al CBTIS 92.

El equipo existente en las áreas administrativas y los talleres, en su mayoría presentan pronunciados deterioros o ya han concluido su vida útil, inclusive, no pocos podrían ser piezas importantes en algún museo, o de gran valor para algún coleccionista de antigüedades relacionadas con la educación tecnológica, industrial o de servicios.

El concreto hidráulico que hay por todas partes, por las serias cuarteaduras y hundimientos que presenta, parece que ha sido bombardeado o que ha estado expuesto a sismos de gran intensidad.

En general, éstas son sólo algunas de las características más deplorables y lamentables que se presentan en el CBTIS 92, en lo relativo a su aspecto físico, lo que se puede ver y calificar con facilidad e inmediatamente; lo académico, que está íntimamente relacionado con toda la infraestructura física y equipamiento, ya en lo sucesivo habrá tiempo y espacio para tratarlo como se debe y merece.

Del abandono, olvido, irresponsabilidades y probables corrupciones que se presentan en el CBTIS 92, son responsables no sólo Alonso Lujambio, Secretario de Educación en el país; Miguel A. Martínez, Sub Secretario de Educación Media y Superior; Julio C. Santos Poun, representante de la subsecretaría de Educación Media y Superior en Chiapas; Heberto Villatoro Culebro, Director de enlace operativo de la DGETI en Chiapas, y algunas autoridades internas, sino también los padres y madres de familia que no asumen sus obligaciones y derechos en el desarrollo integral de sus hijos e hijas.

Ninguna “reforma educativa” logrará su objetivo, si las madres y padres de familia no se incorporan a ella con su análisis crítico y sus propuestas comprometidas, aún con los riesgos que ello implique, incluida la represión o la desgastante indiferencia.

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