Piensa, Prensa y Pega.

17 de noviembre de 2010

Reflexiones y Precisiones

Administrativa y políticamente, nada sucede en Chiapas si no es con la autorización, y de ser necesario, con la compañía del gobernador Juan Sabines Guerrero. Nadie nace y crece en el terreno político local si no está en el ánimo y a los pies del ejecutivo estatal, y los políticos están condenados al fracaso si descuidan su relación sumisa ante él. Entonces, el máximo jefe político en Chiapas es el gobernador Sabines, y según los hechos y evidencias, mantiene el control absoluto en todos los partidos políticos y los 3 poderes locales: pone, impone, premia, castiga, hace y deshace, así funciona y se reproduce la politiquería en Chiapas y, todos flojitos, a gusto y en paz.

En este contexto, la semana anterior, el gobernador Sabines le soltó la rienda al Senador Manuel Velasco Coello, el insuflado güero, pues corre el riesgo de “engüerarse” y no llegar como sucesor del actual gobernador, como muchos, por interés, lo desean y le acercan su veladora. Por lo que se observó, le prepararon todo oficialmente para que se viera bonito, impactara, trascendiera, se vendiera favorablemente y se lograra. Por todos los elementos políticos que se conjugaron, se puede afirmar que Velasco Coello, con autorización y padrinazgo oficial, tempranamente ya inició su campaña política para la gubernatura de Chiapas, y dio la impresión de que las principales “fuerzas y actores políticos” le ayudaron a colocar la primera piedra que podría acomodarlo en el proceso electoral del 2012. Aunque madrugar siempre implica “saltos mortales”.

El 10 de noviembre, en la ciudad de Comitán de Domínguez, montado en un “informe legislativo de senador”, donde fueron convocados y le arrimaron a los políticos de casi todos los niveles y partidos, ahí, el plurinominal Manuel Velasco Coello, seguramente “sobre pedido”, le hicieron sentirse con talla y tamaño para gobernar Chiapas, sin embargo, ya en su momento se verá que todo está construido muy artificialmente, con materiales flamables, que el escenario y personaje, desde hace casi 10 años, peligrosamente lo han venido inflando en demasía –puro cascarón, sin yema y clara-, y llegado el momento, seguro, le puede suceder lo mismo que a la espuma o al turrón.

Desde luego, tarde o temprano “el güerito” será desinflado, no como consecuencia de la politiquería actual, la de ellos, sino más como resultado de la problemática y manifestaciones sociales que habrán de recrudecerse y radicalizarse en Chiapas, motivadas y alimentadas por una realidad maltratada u olvidada, que aunque los gobiernos difundan lo contrario, cotidianamente empeora, y no falta mucho para que se vuelva del todo inmanejable e incontrolable, más ahora cuando todo lo buscan atajar con ocurrencias asistencialistas y cuando lo consideran necesario, con la criminalización de la protesta y la lucha social, la que en Chiapas ya ha iniciado y avanza como la necesitan.

Un día después de que el Senador de la república presentara su “informe legislativo” en Comitán, el 11 de noviembre, mandó a publicar con igual texto y fotografías, en los principales medios de comunicación estatales, que en su informe había dado cuenta de sus logros y beneficios -para él- hacia los chiapanecos y mexicanos: mujeres, niños, jóvenes, adultos mayores, discapacitados y medio ambiente.

El ahora Senador por Chiapas, ex diputado federal y local -nunca por medio de una elección, sólo por la vía plurinominal-, magnifica sus acciones, manipula sus resultados, es hábil para confundir, diestro para manejarse lejos de la verdad y sobredimensiona los alcances de sus tímidos esfuerzos con carga social. Sólo para ejemplificar que su gestión legislativa durante 10 años no ha sido exitosa, van algunas interrogantes o ejemplos:

Si es cierto que ha sabido promover y proteger el bienestar social de los chiapanecos, cómo es que, según información oficial, en los últimos 10 años ha crecido desmesuradamente la migración de la población estatal hacia los Estados Unidos de Norteamérica, compitiendo fuertemente con estados como Zacatecas y Guanajuato, entre otros; si en Chiapas se dieran las condiciones socioeconómicas para vivir bien, nadie se iría, y menos cuando saben bien que exponen su vida y que padecerán abusos y humillaciones.

Si el Senador Velasco Coello ha cumplido en velar por los intereses de los chiapanecos, cómo explicaría que el Consejo Nacional de Evaluación de Políticas Públicas, recientemente documentó y afirmó que la entidad chiapaneca, en la última década, ha empeorado dramáticamente su situación de pobreza extrema, y que las miserias que se padecen son equiparables a las que se soportan en países y comunidades africanas.

Velasco Coello, con excesivo y dadivoso entusiasmo, destaca y aplaude los logros de la administración Sabinista, como en su momento festejaba los “triunfos” del ex gobernador Pablo Salazar. Evidencias de todo tipo, bien soportadas, sobran y dejó por todos lados, ahí están. Cómo esta actitud, cuando todo el campo chiapaneco está en notorio abandono e incapacitado siquiera para producir los alimentos básicos para los habitantes de las ciudades y aquellos que necesitan los campesinos para sobrevivir; cómo explicaría el Senador que a Chiapas lleguen por mar, periódicamente, miles y miles de toneladas de maíz para medio alimentar a los chiapanecos, ¿a esto es correcto llamarle éxito de gobierno, cuando la población chiapaneca es incapaz de producir lo que necesita para medio malvivir?.

El Senador Velasco Coello acostumbra ponderar los “grandes” avances en Chiapas. Si está convencido y desea contagiar su satisfacción y alegría, está fácil, por qué no da números, por qué no confronta las cifras y detalles en salud hace 10 años y ahora; por qué no compara con nombres y números la cobertura y condiciones en la educación, hace una década y hoy; por qué no explica el ritmo creciente de la población chiapaneca y sus necesidades insatisfechas, contra los irracionales y ridículos montos de recursos económicos federales asignados a Chiapas; por qué no desmiente, con elementos tangibles, que hoy la tasa de desempleo en Chiapas, es mucho mayor que en el año 2000, que el subempleo es desastroso y que podrían, muy pronto, miles de chiapanecos, tener que escoger entre delinquir o morir de hambre, robar o fallecer por enfermedades curables, o irse a los Estados Unidos y exponerse a todo tipo de violaciones.

Si al oficio de “representante popular” por 10 años, de Manuel Velasco Coello, le colocamos todas las cifras reales del bienestar social chiapaneco, originadas en el mismo periodo, bastan y sobran para enterrarlo políticamente, y son suficientes para afirmar que no ha sabido cumplir, que le ha fallado a los ciudadanos, que si su abuelo viviera se avergonzaría de él y que ni de manera caricaturizada ha cumplido su función social.

Un legislador, responsable socialmente, después de 10 años le sobrarían las acciones y resultados concretos para ejemplificar su buen desempeño y “el güerito” no los tiene. Hoy en Chiapas la salud de sus habitantes no es mejor que hace 10 años; la cobertura en educación está en peores condiciones que hace una década; la vida en las ciudades es más difícil que hace 10 años; el hambre y todo tipo de dificultades sociales entre las mujeres y los hombres del campo, son mayores y peores después de una década; en resumen, la problemática socio política y económica en Chiapas se ha deteriorado más y rápidamente en los últimos 10 años, y podríamos estar expuestos y nada lejos de “sustos mayores”, como consecuencia de irresponsabilidades, corrupciones, impunidades, sorderas y cegueras institucionales.

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