Piensa, Prensa y Pega.

27 de junio de 2012

Reflexiones y Precisiones


Estamos a pocas horas de que se lleven a cabo las elecciones, federal, estatal y municipales. En menos de una semana, quedará definido el color del partido político que “gobernará” este país. Para el caso del próximo gobernador de Chiapas, las elecciones solamente serán de puro trámite, “para taparle el ojo al macho”; siempre han estado visibles la mano y los pies, “convincentes”, de Juan José Sabines Guerrero, antes y durante el proceso electoral. El primero de julio sólo le servirá a Sabines para amarrar y formalizar todo lo que ha venido conviniendo con el resto de las “fuerzas” políticas, para imponer sucesor y solapador, aunque sólo sea de manera inicial, temporal y con más riesgos que seguridad. A Juan Sabines, al final, en el proceso sucesorio, no le quedó de otra, le agarró la tarde, no supo prever inteligentemente, se le achicó el juego, se quedó sin cartas, sus verdaderas piezas no dieron cara y color, y al final, únicamente le quedó “El Güero”, que no es del todo suyo, a quien terminó por apostarle todo, en un acto de desesperación, urgencias y angustias que algún día lamentará.

Las elecciones del primero de julio en el municipio de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, sólo serán útiles para “legitimar”, al igual que para gobernador del estado, lo que ya previamente ordenó el Ejecutivo Estatal. El próximo gobernador de Chiapas y presidente municipal coleto, al igual que en todo el estado, por supuesto, no surgirán de un proceso democrático a concluir con las votaciones que vienen, no; ya están definidos y los dispuso Juan Sabines, el que hasta hoy ha hecho y deshecho a placer desde el poder ejecutivo; con los actores nacionales, con los poderes Legislativo y Judicial, con los institutos políticos, con la clase empresarial, con casi todos los medios de comunicación y con todos los que bien podrían hacer mucho para limitar sus excesos, meterle freno y amarrarle pies y manos a Sabines, a quien muy poco le falta para que le empiecen a asomar, públicamente, sus malas decisiones, fracasos, improvisaciones, debilidades, disparates, abusos y “pecados”, que seguro “El Güero”, en su momento, alimentará discretamente, dejará hacer y permitirá pasar, para desmarcarse y tomar distancia prudente y productiva de Sabines.

Los partidos políticos y los nombres y apellidos que surgirán con posterioridad a las elecciones, quienes sean, nada bueno, de fondo e impacto, garantizan al municipio de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, y al pueblo mexicano, y menos beneficios aportarán, si continúa la apatía y desorganización de los ciudadanos; la falta de participación y compromiso permanente y profundo. Para el municipio de San Cristóbal, ya se deja ver muy claro el Ayuntamiento que se avecina; una mezcla absurda de colores, sabores, malos olores y mañas que sólo garantizan cegueras, sorderas, falta de brújula, negocios desde el poder, ocurrencias, torpezas y la continuación de una muy miserable atención a las necesidades sociales. Si bien va, el nuevo Ayuntamiento coleto, apenas si llegará a ser un regular prestador de servicios públicos; nada de desarrollo y bienestar social con fondo firme y macizo, de resultados trascendentes y amplio horizonte.

Al estado de Chiapas, otra vez, le espera un sexenio de maquillajes, arreglos “faciales”, niñerías y frivolidades en el ejercicio del poder, que sin exagerar, ya se verá, pondrán en grave riesgo la relativa estabilidad y paz social de los chiapanecos, las que hoy se encuentran acomodadas en una silla y mesa de dos patas, a la intemperie, soportando excesos de sol, sereno, lluvias, frío y calores. Esta situación algún día todos la habremos de lamentar y más los que más tienen y disfrutan, sin esfuerzos. Al país, sea quien fuere el próximo presidente, solamente le pueden esperar tres escenarios: que todo continúe descomponiéndose en la misma dirección y a mayor velocidad; que todo siga de forma parecida, pero con “discreción”, menores ruidos y rezos; o que se intente sacudir todo para que caiga lo podrido, pero únicamente para esperar la nueva cosecha de frutos podridos, sin darse cuenta que lo que se necesita es arrancar al árbol con todo y raíces, para sembrar uno nuevo, plantado y cuidado entre todos.

La próxima semana, a muchos en este país les volverá la tranquilidad: a unos porque ya sabrán en qué posición colocarse para poder seguir disfrutando de los beneficios de siempre; a otros, se les clarificará el panorama adverso, ante el cual, ellos bien saben les queda todavía el recurso de siempre, la entrega pactada según sus fortalezas y capacidades para el regateo y los arreglos obscuros y malolientes, los que les pueden permitir continuar cogobernando y beneficiándose, aunque con límites y siempre subordinados al ganador. Y a otros más, las mayorías, los millones de empobrecidos y marginados de las áreas urbanas y rurales de México, a ellos les volverá la “tranquilidad” que les han arrebatado, porque cesarán los bombardeos y sus sonidos ensordecedores, permanentes, desde todos los medios de comunicación, que los partidos políticos emiten en su desesperación por tratar de posicionar y vender a sus candidatos, los productos chatarra que ellos presentan como originales, nuevos y hasta milagrosos.

En cuestión de horas se conocerá formalmente a quienes habrán de tomar las riendas del gobierno federal, estatal y municipal, de Chiapas. Para los casos del Ejecutivo Federal y del Ayuntamiento coleto, les arreciarán las preocupaciones y angustias, y respecto al gobierno de la entidad, por ahora, a Sabines Guerrero ya se le verá satisfecho, tranquilo y confiado, conteniéndose las ganas de gritar como en su momento lo hacia el ex gobernador Pablo Salazar, el que durante meses se la pasó soltando ¡Que venga el futuro! Después del primero de julio, al gobernador Sabines se le observará conducirse con la seguridad que le da el saber que el “Güero” Velasco él lo adoptó, él lo dejó pasar, él lo “creció”, él le acomodó todo para que pudiera subirse, pararse y desplazarse sin apuros, sin sorpresas y con “rivales” de su medida. Contendientes débiles en todos los aspectos, escasos de imaginación, extremadamente limitados en ideas, vacios, muy pobres en conocimientos y compromiso social; permanentemente dispuestos para la comparsa, pero sobre todo, incondicionales a las órdenes del gobernador Sabines, quien concibió, ordenó y opera una elección con todo el poder del Estado, avasallando y sometiendo, descaradamente, sin siquiera cuidar las formas más elementales, necesarias en una relación responsable, respetuosa y civilizada de gobierno y sociedad.

La próxima semana, todo volverá a la “normalidad”. Continuarán, más notoriamente, con mayor claridad y volumen, los fracasos del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, en lo económico, social y político. En Chiapas, por todos los medios de comunicación al alcance del gobierno del estado, seguirán y se multiplicarán los auto reconocimientos y alabanzas -con facturas cargadas a los recursos públicos-, al “excelente” gobierno y administración de Sabines Guerrero; vendrán meses de inauguraciones, fiestas, cuentas y cuentos alegres por todo Chiapas; la despedida de “Don Juan” organizada por él mismo, el que a solas, desde el 2 de julio empezará a ver y padecer cómo se le va diluyendo el poder, cómo muchos, incluidos sus más cercanos, van tomando distancia de él y sin pudor alguno, presentándose en condiciones indignas ante “El Güero”, y que si bien les va, sólo los manoseará, los utilizará, les hará creer, mientras él posiciona y consolida su propio equipo, que como siempre sucede, el más cercano será de fuera y ajeno a los intereses de Chiapas.

En el caso del municipio de San Cristóbal de Las Casas, no hay ya mucho qué decir; posterior al primero de julio, continuará hasta el último minuto con su mal gobierno y empeorará la pésima administración pública que ha caracterizado al Ayuntamiento de Victoria Cecilia Flores Pérez. Incumplimientos, mentiras, confrontaciones internas, soberbias, arrebatos, desorganización y deshonestidades que a Flores Pérez, su síndico, algún regidor, tesorero, director de obras públicas y oficial mayor, entre otros “funcionarios”, bien pudiera conducirlos a prolongados meses de insomnio o a algunos años en la cárcel.

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