Piensa, Prensa y Pega.

16 de septiembre de 2009

Reflexiones y Precisiones

Sin duda, lo que más viene llamando la atención en los últimos meses, es el tema de la crisis económica que se vive y viene profundizándose desde hace años, y que todo hace suponer empeorará, alimentada por las decisiones insensibles de los actuales gobernantes.

Es responsabilidad de los gobiernos evitarle sufrimientos al pueblo, y también empujar siempre hacia la construcción de una sociedad satisfecha en todo; donde la armonía sea como un sello y la paz permanente como una firma donde disfruten todos.

Cuando los gobiernos fracasan, como ha venido sucediendo con los nuestros, todos, -desde hace décadas-, es su obligación, cuando menos, hacer lo debido para que el escenario crítico sea corto, que los estragos no sean demasiados, que en la crisis cada uno cargue según los beneficios que obtiene y sus posibilidades, y debe buscarse soluciones, no salidas temporales, que sólo alargan la agonía y martirizan aún más al ciudadano.

En las propuestas que para superar la crisis ha presentado Felipe Calderón Hinojosa, no se aprecian soluciones de fondo, abundan las salidas débiles y destacan las recurrentes maniobras de distracción, donde otra vez se protege al que más tiene, y de nueva cuenta se busca acomodarle más carga a los millones de mexicanos que durante toda su vida sólo han sabido de crisis y jamás de verdaderas alegrías.

La “novedosa” propuesta económica del presidente de México, es más de lo mismo hacia una realidad social en deterioro constante; es una propuesta que de aprobarse, sólo servirá temporalmente para cuadrarle los números al gobierno panista, no tocará y menos resolverá cuestiones estructurales y problemas de fondo, no porque sólo se ocupa, otra vez, de las pestañas, las uñas, el vestuario y el peinado de este podrido sistema al que urge desde hace mucho cambiarle la sangre, los huesos, el sentido y los sentimientos, figurativamente hablando.

Si la propuesta económica de Felipe Calderón y su “desmejorado” Agustín Carstens fuera conciente y seria, debería empezar diciendo claramente que, los millones de mexicanos pobres, esta ocasión no cargarán un sólo gramo de la crisis, y que por primera vez, la crisis económica la cargarán las transnacionales; los grandes empresarios beneficiados siempre por los gobiernos; los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, de la Federación y los Estados; los Gobiernos Municipales; los partidos políticos en todos sus niveles y todo organismo que maneje recursos públicos. Así podría iniciar su discurso y práctica.

No se necesitan grados de “doctor” o estudios en el extranjero, para visualizar y proponer algunos rumbos correctos y resultados inmediatos, donde por supuesto la corrupción, impunidad o simulación, habría que castigarlas casi con pena de muerte, o castigos divinos, de esos que también enriquecen a pocos y espantan a muchos. Podría iniciarse excomulgando.

A esa “gran propuesta económica” de Don Felipe Calderón y su “anoréxico” Secretario de Hacienda, que se ocupó más del impacto mediático, antes que de profesionales propuestas económicas, con serias preocupaciones sociales, se le pueden hacer muchas observaciones e interrogantes que lo desnudan y exhiben como lo que es, irresponsable, mediocre, mañoso y mentiroso.

Va un ejemplo, en su lógica de entretenimiento y búsqueda de “soluciones”, el Gobierno de la República ofrece “sacrificarse” desapareciendo secretarías, y luego anuncia que estas estructuras y funciones se le sumarán a otras, seguro, todo se reducirá a cambio de nombre de algunas dependencias y al nombramiento de “asesores personales”, a los Secretarios sin Secretarías.

Si ante la crisis actual, el presidente de México desea aportar aunque sea poco y que se note, cómo es que a sus “posgraduados” en el extranjero no se les ocurrió anunciar algo “fácil”, donde Don Felipe de Jesús apareciera anunciando, en cadena nacional, que su salario no sería mayor a 2 mil pesos diarios, que todos sus gastos propios y familiares los cubriría con eso, que nadie cobraría más que él y que convencería a los Gobernadores y Presidentes Municipales a imitarlo proporcionalmente.

Pudo haber dicho también que, promovería lo necesario y suficiente para que los cargos a Síndicos, Regidores, Diputados Locales, Federales y Senadores, se conviertan en un servicio social con el que se premiaría a los ciudadanos más distinguidos por su preparación, honestidad y vocación de servicio, ¿Cómo fue que no se les ocurrió a los casi “sabios Doctores y Consultores”?, por aquí pudieron haber empezado y de mantenerse en esa dirección, con ese pulso y esa visión, ahora sí los resultados podrían ser positivos e inmediatamente visibles.

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