Piensa, Prensa y Pega.

30 de septiembre de 2009

Reflexiones y Precisiones

El 7 de octubre se festejará en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, el día de la “libertad de expresión”. En esta fecha acordaron celebrarla y por ello, ya las autoridades municipales se preparan para “homenajear”, a quienes ellos consideran con suficientes méritos para recibir un reconocimiento. Todo, adornado con un “jurado”, donde el Ayuntamiento termina decidiendo todos los resultados.

En San Cristóbal, es el gobierno municipal quien arma y decora la celebración, y como siempre, seguro, repartirá “recuerditos y atenciones” que en el fondo buscan amansar y acercar, por primera vez o un poco más, a la autoridad y sus intereses.

Frases y oraciones huecas, abrazos hipócritas y “regalos” en busca de complicidad, comúnmente aderezan y dan colorido a este tipo de ambientes. En fecha como ésta, nadie acostumbra decir la verdad y menos hacer uso pleno de la “libertad de expresión” para exigir, denunciar y demandar respeto y seguridad para este oficio y sus consecuencias.

El día de la “libertad de expresión”, cualquiera que sea en nuestro país, es costumbre que se transforme en el día del “coqueteo mutuo”, del cariño fingido y el momento de las solicitudes atrevidas y descaradas: “si me das te doy”, “como me des, te lo regreso” y “yo te dejo hacer, si tu me dejas crecer”. Uno, no hace ver y respetar su función, y el otro, abusa de su posición.

El 7 de octubre, día de la “libertad de expresión” en los Altos de Chiapas, no existen motivos para festejarlo, aplaudirlo o agradecerlo: sí los hay para recordarlo, reflexionarlo y sobre todo, para comprometerse en su ejercicio.

Habría que evocarlo ejerciéndolo sin miedos, sin autocensuras y sin “discretas” complicidades, donde se cobra por callar y para hablar. Negocio redondo.

Este 7 de octubre en la celebración, desde donde sea, habría que participar practicándola, exponiendo todo aquello que nos gusta o disgusta de las autoridades: exigiendo tolerancia y garantías para el ejercicio de este derecho constitucional, con esto sería suficiente, aunque faltaran los chilaquiles, frijoles, plátanos, jugos, panes, diplomas, computadoras y sobres. Con que se promueva y provoque que unos hablen con franqueza y los otros escuchen con responsabilidad, sería suficiente y así el festejo se volvería productivo y algo digno de recordarse anualmente.

La fiesta de este 7 de octubre en San Cristóbal, bien puede aprovecharse para enviarles algunos mensajes puntuales al presidente de México Felipe Calderón Hinojosa, al gobernador Juan Sabines Guerrero y al Ayuntamiento que encabeza Mariano Díaz Ochoa.

Al panista Felipe Calderón, decirle que tenemos claro todos sus ofrecimientos de cuando candidato, y que en tres años sólo le hemos observado y cosechado, fracasos en todos los frentes, simulaciones con bastante naturalidad, ingobernabilidad y decepciones generalizadas.

A Calderón Hinojosa, se debería mandar a decirle que ya hizo lo suficiente, que el deterioro y padecimiento social ya es enorme, casi incalculable y seguro para varias décadas: que si todavía le queda algo de vergüenza, ética y valor, debe declararse enfermo de algo terminal, renunciar y desaparecer del escenario nacional.

Al perredista Juan Sabines Guerrero, durante los festejos de la “libertad de expresión”, habría que enviarle oportunos llamados de alerta, decirle que el “son hechos, no palabras”, se lo están inflando; que “la unidad siempre da buenos resultados” es cierto, pero cuando se establece entre leales, responsables y honestos; que no debe permitir que le cultiven la soberbia, la ceguera y la sordera; que aleje a sus “colaboradores de incienso”, y que debe escapar del secuestro en que lo tienen sus más íntimos.

Ya encarrerados en la fiesta de la “libertad de expresión”, mandar a decirle a Don Juan Sabines, que los logros que le hacen presumir, no son ciertos; que Chiapas no es referente positivo en el planeta, y que si ordenara una ligera evaluación profesional a sus tres años de administración, los resultados bien darían para correr a casi todo su gabinete legal y ampliado, y quién sabe si él no moriría de tristeza, coraje o frustración.

Aprovechando el día de la “libertad de expresión”, también decirle al Ayuntamiento coleto que encabeza el priista Mariano Díaz Ochoa, que ya pueden darse por satisfechos: peor gobierno difícilmente se podrá constituir; autoridad más gris será casi imposible alcanzar, y cuerpo edilicio más desintegrado, menos comprometido, menos transparente, más cínico y con mayor analfabetismo político, no será fácil conformar. Por momentos, ya hasta parecen castigo divino o maldición generacional.

No hay comentarios: