Piensa, Prensa y Pega.

23 de septiembre de 2009

Reflexiones y Precisiones

Por toda la información conocida, más lo observado y trascendido aquí en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, bien podría afirmarse que el 16 de septiembre fue utilizado para realizar ejercicios militares por todo el territorio nacional, acciones que cuando menos iniciaron ocho días antes, donde la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina de México, tomaron el control de todas las ciudades importantes del país.

Todo, bien da para pensar que al comandante supremo de las Fuerzas Armadas de México, Felipe Calderón Hinojosa, le recomendaron aprovechar el día de la Independencia de México para enviar mensajes adicionales, a la delincuencia organizada con la cual no ha podido, pero además, aprovechar el viaje para también mandar una señal nada sutil a todos los movimientos y organizaciones sociales mexicanas, por aquello de la gravedad de la crisis y radicalización de la lucha social que puede sobrevenir.

Pareciera pues que Felipe Calderón, con sus fuerzas armadas, utilizó el 16 de septiembre para intentar hacer una de “tres bandas”: tratar de espantar y ahuyentar a la delincuencia organizada; disuadir a los movimientos, organizaciones y luchadores sociales, y de pasada cumplir aunque sea apresuradamente, con el ritual anual de la Independencia de México.

Una independencia mexicana que, por más que se le busque no se le encuentra y a cada paso la dependencia azteca se ahonda y amaciza hacia el exterior. Así se demuestra en la economía, la salud, alimentación, tecnología y educación, entre otros aspectos decisivos para la vida digna y plena del mexicano.

El pueblo de México no solamente no es independiente, en sentido estricto, sino que además su dependencia cada día se vuelve más esclavizante y peligrosa, en grados tal vez peores que antes: persisten todo tipo de condicionamientos externos; continuamos tributando vía el capital financiero internacional; subsiste el apetito insaciable por nuestros recursos naturales y por las condiciones configuradas, nos “hincan” cuando se les antoja. ¿Cuál independencia?, ¿dónde está? y ¿a quién beneficia?.

Por todo lo que se conoció durante “las fiestas patrias”, puede afirmarse que existió la orden suprema deliberada para efectuar ejercicios militares en todo el país, tomando como pretexto el 16 de septiembre. El asunto no es menor y debe mover a la reflexión, más, si lo observamos a la luz de la crítica realidad social mexicana, y a las posibles decisiones económicas que incrementarían la miseria y el hambre en millones de ciudadanos, con las consecuentes manifestaciones sociales cada vez más radicales, menos manipulables, más organizadas y menos vulnerables.

Durante el desfile militar en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, ahora sí, todo estuvo como para desfile: Hummers con llantas nuevas que olían a recién lavados, sopleteados, engrasados, pulidos y encerados; banda de guerra cuyo sonido especial e inigualable, parecía intentar acariciar la piel y los sentimientos, y armas, equipos y municiones, cuidadosamente preparadas y presentadas como buscando “disimular” que pueden servir para matarse entre hermanos y para aplastar inconformidades sociales, cuantas sean y donde se presenten.

En el desfile también quedó demostrado que las fuerzas armadas por sus características físicas, sus filas surgen y se nutren de las capas más necesitadas del pueblo mexicano, también son pueblo y su origen es humilde, aunque muchos de ellos con frecuencia lo olvidan: no se ve a adultos o niños de Polanco, Las Lomas o El Pedregal; no hay güeritos, ojos claros o azules, de los que parecen hablar con papa en la boca, o de genuflexión calculada. Abundan los negritos, chaparritos y de evidente cabello rebelde.

Por la forma en que se utilizó la celebración del 16 de septiembre, el Presidente Felipe Calderón asomó atrincherado con uniforme militar que parece disfrutar, y todo indica que está decidido a tomar decisiones extremas que acarrearán mayores injusticias y sufrimientos al pueblo de México. Ojalá alguien le alcance a decir y entienda que, la leña es alimento del fuego, que la gasolina es flamable y que nunca jamás, el garrote podrá sustituir a la lengua y el cerebro.

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