Piensa, Prensa y Pega.

14 de abril de 2010

Reflexiones y Precisiones

La encuesta es un instrumento que puede resultar valioso y de gran utilidad para conocer aspectos generales o particulares de determinada realidad social, sin embargo, implica riesgos cuando su aplicación no es profesional; por limitaciones formativas o arreglos económicos. Así, encontramos encuestas gubernamentales, de la iniciativa privada, de instituciones educativas o particulares, que buscan conocer y medir cuestiones relacionadas con la economía, la política u opiniones sobre situaciones sociales específicas o generales.

En los últimos tiempos en México, son los gobiernos quienes más se apoyan y hasta abusan de estos instrumentos de investigación, conocimientos y medición para autocomplacerse, tergiversar lo existente o alegrar la realidad con el objetivo de promoverse y venderse políticamente, por supuesto, de manera fraudulenta.

En los gobiernos federal y de los estados, se ha vuelto una práctica bastante común que encarguen y compren “encuestas a modo”, con las que autoridades impopulares, las vuelven populares; corruptos, los transforman en honrados; irresponsables, los hacen responsables; arbitrarios y déspotas, los aparecen justos y atentos; y los enemigos de la democracia, los convierten y ofrecen como amigos del ejercicio democrático. Todo, como lo ordena el que paga, como lo pide el que manda; en “tiempo y forma”, como dirían los abogados.

En el nivel municipal y particularmente en los gobiernos locales, en el caso Chiapas, que se sepa, muy poco o casi nada se les ha ocurrido echar mano de las encuestas para ocultar lo que son o destacar lo que están lejos de ser. Los ayuntamientos chiapanecos, antes que las encuestas, acostumbran más invertir apoyados en los medios de comunicación a su alcance, para construirse la imagen que necesitan o desean, y que con su trabajo no pueden alcanzar por ineptitud, corrupción o desmedida ambición.

En México, si revisamos los últimos 25 años, cuando menos, se ha vuelto más evidente el uso cada vez más frecuente y abusivo de apelar a las encuestas para intentar alterar la realidad, inducir decisiones o forzar tramposas conclusiones. Ha resultado tan útil y prometedora esta “nueva” y próspera actividad comercial, que en poco tiempo han proliferado por todo el país empresas de esta naturaleza; y las hay para “conocer, decorar o empujar” cualquier situación, con precios al alcance de todos, y para las necesidades más exigentes.

En el caso de las encuestas con gran provecho para la previsión o manipulación política, abundan y se acentúan más, cuando se avecinan los procesos electorales federales, estatales o municipales. Actualmente, las encuestas ya no sólo son valiosas para los gobiernos durante los procesos electorales, sino que también después las continúan utilizando para demostrar lo inexistente, “resultados prometidos” y mandarse a confeccionar las opiniones agradables con los tonos dulzones que necesitan escuchar, para garantizarse seguir haciendo lo mismo, aprovecharse de todo y enraizarse tramposamente en los cargos públicos.

Según documento completo en poder de “Reflexiones y Precisiones”, la actividad comercial de las encuestas mañosas ya llegó a los gobiernos municipales chiapanecos, y están iniciando por los municipios con población y autoridades indígenas perredistas. Se deja entrever que el gran patrocinador y padre de la “novedad” es el PRD, que en el mes de diciembre del 2009, apoyado por afiliados o simpatizantes, abiertos o encubiertos, algunos, maestros y estudiantes del área de Ciencias Sociales de la UNACH, aplicaron una “encuesta sobre el desempeño del H. Ayuntamiento de Huixtán”, donde por supuesto, “encontraron” que las autoridades municipales se están desempeñando bien y que sus “políticas sociales” gozan de amplia aceptación.

A este esfuerzo de perredistas hacia un gobierno perredista, para beneficiar a perredistas e intentar engañar a la opinión pública, se le debe observar y recordar, como cortesía de “Reflexiones y Precisiones”, algunos aspectos técnicos y metodológicos bastante elementales en estas tareas:

a).- La muestra seleccionada debe ser representativa del universo, en este caso los habitantes del municipio de Huixtán, de manera que los resultados sean lo más cercano al comportamiento de toda la población que constituye el universo de la encuesta.

b).- En Huixtán, aunque las encuestas, aparentemente, fueron aplicadas a personas de la mayoría de las comunidades que conforman este municipio, las circunstancias que reunieron a este grupo, la ceremonia oficial del informe de gobierno del presidente municipal, nos alertan de entrada sobre la seguridad de sesgo en la muestra. En primer lugar, asistieron las autoridades comunitarias que trabajan en armonía con el presidente municipal, los militantes del partido gobernante, los grupos y organizaciones simpatizantes de la gestión municipal o favorecidos por ésta, los empleados del Ayuntamiento y seguro, los clásicos “acarreados” que acostumbran todos los partidos políticos, entre otros.

c).- Se debe considerar que el ambiente de “festejo” que rodea a un acto de esta naturaleza, no es el más indicado para indagar sobre la aceptación de que goza la administración del actual gobierno municipal.

d).-En resumen, el sector de la población que esté en desacuerdo con el desempeño del Ayuntamiento de Huixtán, es poco probable que haya asistido al “informe de gobierno” y aquellos participantes que pudieran tener objeciones difícilmente las expresarían en estas circunstancias, por lo que sus opiniones no están reflejadas en los resultados que arroja la encuesta, lo que la descalifica como indicador confiable de la aceptación o rechazo existente entre la población del municipio de Huixtán.

e).-Se presentan también algunas imprecisiones y varias curiosidades en nombres y apellidos del equipo de trabajo, que si fuera necesario, ya en su momento se hablaría de ellas.

Guardando las proporciones, lo de Huixtán sería tanto como intentar medir la aceptación de Vicente Fernández con los asistentes y durante el acto donde se presentó recientemente; ¿Quién opinaría que no le agradó?.

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