Piensa, Prensa y Pega.

21 de abril de 2010

Reflexiones y Precisiones

Sin lugar a equivocaciones, se puede afirmar que a la par del narcotráfico, el tráfico de personas, el contrabando de armas y el macro negocio de la prostitución, casi a este mismo nivel de impactos negativos, destrucción y ganancias, se encuentra el negocio de la política en México.

Desde el más pequeño de los ayuntamientos de Chiapas, desde el cargo de regidor hasta la “Residencia Oficial de Los Pinos” en México, se la disputan con todo porque son buenos negocios, ni más ni menos, así lo demuestran las transacciones diarias de los gobernantes, así dejan constancia todos los días. Sus actos comprueban que no les preocupa el bien común o el malestar generalizado, y que de la problemática social, sólo aprovechan los negocios que se pueden hacer con ella, en el terreno político y en el plano económico.

Desde hace mucho, por todos lados y en los diversos niveles de gobierno, resulta sencillo encontrar presidentes municipales -con sus ayuntamientos completos-, desbocados por los negocios; gobernadores torpemente metidos en prácticas comerciales que benefician a él y sus familiares; y presidentes de la república medio atendiendo el bienestar social del país, pero eso sí, ocupados de tiempo completo en los negocios, lícitos e ilícitos, que pueden hacer en el presente y todos aquellos que pueden proyectar para el futuro.

Los gobernantes de las últimas décadas, incluyendo los actuales, para eso han buscado el poder, para ello han invertido cualquier cantidad de recursos y eso explica bastante las confrontaciones con sus escandalosos niveles de descomposición y asco, que han alcanzado la política y los políticos mexicanos en nuestros días.

Actualmente en Chiapas, con motivo de los relevos en los 118 ayuntamientos y las 40 diputaciones locales, se pueden observar con claridad las “pasiones y emociones” desbordadas por hacerse de alguno de esos negocios; porque un diputado en Chiapas, antes que iniciar y hacer leyes, inicia y hace negocios; porque un ayuntamiento en Chiapas, antes que promover y provocar desarrollo social, promueve y cosecha negocios. El dinero y los negocios, alimentan y mueven la política y los políticos de Chiapas, no esa frase devaluada e hipócrita, “quiero servir a mi pueblo”.

En Chiapas y seguramente mucho en México, los enfrentamientos políticos estériles, socialmente dejarán de existir y reproducirse, cuando la política se le conciba y ejerza, no como negocio, sino como un servicio social noble que demanda suficiente capacidad, honestidad, compromiso y dignidad.

En el caso del “Congreso” chiapaneco, uno de los muchos ejemplos de negocios, político- económicos, que periódicamente acostumbran hacer los diputados chiapanecos, anualmente, y más cuando se avecinan los procesos electorales, es el que se refiere a “recordarles” a los ayuntamientos que tienen un plazo para entregar la cuenta pública, y que el no hacerlo les puede acarrear implicaciones “molestas”; de las sencillas hasta las más severas, incluyendo la cárcel, por supuesto. Este “recordatorio”, chantaje, es sólo uno de los grandes negocios de los “legisladores”, particularmente de la “Comisión de Hacienda”, de su presidente y el diputado Local que corresponda al municipio objeto de “ordeña”.

Esta maniobra de “asustar e intimidar” a presidentes municipales, ahora en su calidad de presidenta de la Comisión de Hacienda del Congreso de Chiapas, ya lo viene haciendo la devaluada diputada panista, Ana Elisa López Coello, y en estos tiempos electorales bien le puede constituir una atractiva estrategia que manejada como acostumbran, les puede redituar amplias ganancias económicas y políticas; les puede posibilitar arrinconar y someter a los presidentes municipales que deseen o necesiten; los coloca en condiciones de poder ordenar, para qué candidatos hay que “trabajar”; pueden, ellos, sugerir los apoyos, de todo tipo, para que gane el candidato del “señor”; si consideran necesario los amenazan con el “cooperas o cuello”; y es un secreto a voces que nunca faltan las “oportunidades y formas” para que los presidentes municipales se sientan obligados a “cooperar para los indirectos” de la Comisión de Hacienda del “H” Congreso del estado y el “legislador ” de su distrito.

La ya desgastada, pero muy útil, “estrategia de convencimiento”, cuando se juzga conveniente, inicia metiendo a la cárcel a alguna autoridad municipal, en ocasiones los más bandidos, en otras, los más tontos, y al final del proceso electoral, legislativo y ejecutivo se ponen de acuerdo para encarcelar a los que no cumplieron; echan a andar “la justicia” para que sirva de lección, que afloje y disuada para lo que a futuro se ofrezca. Así es y funciona uno de los negocios político-económico, y para eso son autoridad.

En los gobiernos locales, el negocio para los ayuntamientos inicia desde su constitución y campaña. En el proceso de su configuración, acostumbran “subastar” los espacios y durante la campaña “peinan” a quien se deje, entre los que destacan: constructores, proveedores de bienes y servicios, dueños de centros de prostitución, antros regularizados y tolerados, apellidos “ilustres” y personajes de bajo y alto perfil, con riquezas explicables en privado e inexplicables en público.

Así inician los negocios en los municipios, luego, cuando ya son gobierno, profundizan en las relaciones y los trafiques, con cualquiera, incrementan sus ganancias y se demuestra por qué es un buen negocio la política y cómo los ayuntamientos constituyen un excelente espacio para comerciar de todo, porque la política y los cargos se entienden y desempeñan como negocios prometedores, entre otros aspectos con “sabrosura y relax”, por eso se presentan tantas “pasiones” y confrontaciones en los procesos electorales actuales.

No hay comentarios: