El Ayuntamiento que presidirá Victoria Cecilia Flores Pérez, a partir del primero de enero del 2011, que ofreció el “Cambio”, podría ya estar emitiendo las primeras señales de que todo continuará igual; que el “Cambio” sólo será de tallas, nombres, manos y sexos; que servirá al “empresario” marrullero de siempre, gurú actual y dueño de la casa de campaña de Ceci; que las maneras de gobernar, en el fondo, serán las mismas; que los estilos apenas pasarán de masculinos a femeninos; y que en general, si otra cosa no sucede, se avecinan 20 meses de “gobierno”, donde ni siquiera sabrán intentar medio aprender, medio improvisar, medio experimentar o medio cumplir. El único “logro” completo y notorio que podrán alcanzar y ostentar, inmediatamente, serán los jugosos salarios que oportunamente cobrarán, sin necesidad de devengar.
Debe puntualizarse desde ahora que, las decisiones ya tomadas, las acciones en que ya participan y los resultados que se obtengan, en el camino y al final, son responsabilidad no solamente de Victoria Cecilia, en tanto ejecutiva del Ayuntamiento, sino también e igualmente, de Fabiola Ricci Diestel, Irma Pérez Luna, Janet Ovando Reazola, Patricia Vargas Blanco, Rodolfo Samayoa Zepeda, Javier Trejo Gómez, Sebastián Patishtán Méndez, Martha Alvarado Viñada, de aquellos que los partidos políticos perdedores designen; y de los ciudadanos que con su participación abierta o su silencio discreto, lo propicien o toleren.
Iguales actitudes y resultados, éxitos a medias o fracasos completos, será responsabilidad de todos, no sólo de Victoria Cecilia, y por lo tanto, estamos obligados a participar con críticas fundamentadas, reflexiones razonadas, propuestas que dibujen responsabilidad social y preocupaciones energizadas desde el bien común; no deben tener cabida las ambiciones partidistas, los intereses familiares, el hambre canina del “empresario” vividor de siempre, el adulador que maniobra en su provecho; se deben rechazar y aislar, a todos aquellos que presumen “sangre y apellidos” con derecho a todo y obligación a nada.
La oferta y compromiso político de Victoria Cecilia, con mayor peso y posible trascendencia social, lo constituyó el ofrecimiento de “ciudadanizar todo ejercicio de gobierno y administración pública”; acercar el gobierno al ciudadano para que proponga, decida, se comprometa, mande, cuide y obedezca; no acercarlo para que le acomoden más carga fiscal o para su más económico y fácil manoseo.
Si el Ayuntamiento que “estrenaremos” pronto no mintió en campaña, ya debería de estar dando muestras claras de que es congruente con sus ofrecimientos y no lo está haciendo, al contrario, ya empezó con reuniones en lo oscurito, caricias bajo la luna, más divisiones y enfrentamientos internos, ásperas resistencias al trabajo en equipo, debilidades ante las presiones y chantajes externos, y lo más preocupante, ya tomó acuerdos sumamente importantes y olvidó a los ciudadanos, con quienes se comprometió “ciudadanizar” todo.
Sin consultar a los ciudadanos e informar con oportunidad, nombró y oficializó la “Comisión Municipal para la Transmisión del Mando Gubernamental”, el equipo que se encargará de la “entrega-recepción” institucional; aquellos quienes empezarán a familiarizarse con la situación que guarda el gobierno y la administración pública municipal actual: los que en su momento ocuparán los principales puestos de mando dentro de la administración local.
En otras palabras, aún cuando en tiempo y forma todavía otorgarán los nombramientos oficiales necesarios, ya está decidido quiénes desempeñarán los cargos de Secretario del Ayuntamiento; Secretario Técnico; Tesorero; Director de Obras Públicas y Desarrollo Urbano; Oficial Mayor; Director de la Policía, Tránsito y Protección Civil; Contralor y Secretario Particular, entre otros funcionarios que deben coadyuvar en el cumplimiento estricto de las obligaciones institucionales.
Iguales actitudes y resultados, éxitos a medias o fracasos completos, será responsabilidad de todos, no sólo de Victoria Cecilia, y por lo tanto, estamos obligados a participar con críticas fundamentadas, reflexiones razonadas, propuestas que dibujen responsabilidad social y preocupaciones energizadas desde el bien común; no deben tener cabida las ambiciones partidistas, los intereses familiares, el hambre canina del “empresario” vividor de siempre, el adulador que maniobra en su provecho; se deben rechazar y aislar, a todos aquellos que presumen “sangre y apellidos” con derecho a todo y obligación a nada.
La oferta y compromiso político de Victoria Cecilia, con mayor peso y posible trascendencia social, lo constituyó el ofrecimiento de “ciudadanizar todo ejercicio de gobierno y administración pública”; acercar el gobierno al ciudadano para que proponga, decida, se comprometa, mande, cuide y obedezca; no acercarlo para que le acomoden más carga fiscal o para su más económico y fácil manoseo.
Si el Ayuntamiento que “estrenaremos” pronto no mintió en campaña, ya debería de estar dando muestras claras de que es congruente con sus ofrecimientos y no lo está haciendo, al contrario, ya empezó con reuniones en lo oscurito, caricias bajo la luna, más divisiones y enfrentamientos internos, ásperas resistencias al trabajo en equipo, debilidades ante las presiones y chantajes externos, y lo más preocupante, ya tomó acuerdos sumamente importantes y olvidó a los ciudadanos, con quienes se comprometió “ciudadanizar” todo.
Sin consultar a los ciudadanos e informar con oportunidad, nombró y oficializó la “Comisión Municipal para la Transmisión del Mando Gubernamental”, el equipo que se encargará de la “entrega-recepción” institucional; aquellos quienes empezarán a familiarizarse con la situación que guarda el gobierno y la administración pública municipal actual: los que en su momento ocuparán los principales puestos de mando dentro de la administración local.
En otras palabras, aún cuando en tiempo y forma todavía otorgarán los nombramientos oficiales necesarios, ya está decidido quiénes desempeñarán los cargos de Secretario del Ayuntamiento; Secretario Técnico; Tesorero; Director de Obras Públicas y Desarrollo Urbano; Oficial Mayor; Director de la Policía, Tránsito y Protección Civil; Contralor y Secretario Particular, entre otros funcionarios que deben coadyuvar en el cumplimiento estricto de las obligaciones institucionales.
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