Piensa, Prensa y Pega.

28 de septiembre de 2011

Reflexiones y Precisiones

Más allá de las verdades oficiales, en todos los aspectos, la realidad chiapaneca es preocupante y se agrava aún más, cuando en los 118 “gobiernos municipales” no se asumen estrictamente las obligaciones constitucionales que les corresponden. En mayor o menor medida, los ayuntamientos sólo están dedicados a las pachangas y a los negocios con el cargo; ninguno se preocupa por darle puntual congruencia a las promesas de candidato; abundan los alcaldes que continúan en abierta campaña política, con recursos públicos; y no son pocos los que a diario amanecen invirtiendo en los medios de comunicación para presentarse y promocionarse como cumplidores, humildes y honrados, aunque su comportamiento demuestre lo contrario.



Sin exageraciones, si hacemos un recuento rápido del desempeño y los resultados de 9 meses de gobierno y administración a los 118 ayuntamientos chiapanecos de lo que públicamente se conoce –en ocasiones hasta oficialmente-, el de San Cristóbal de Las Casas podría ser uno de los peores, hoy por hoy y en los últimos 18 años. Su incapacidad para programar el gasto y ejercer con disciplina sus recursos, ya lo tienen en franca quiebra económica; su inexperiencia en administración pública y desorganización oficializada, lo hacen proporcionar los peores servicios públicos; la anarquía que se presenta en el “gobierno y administración” municipal, reproducida con facilidad, los tiene desintegrados como Ayuntamiento, los atora, les cultiva ineficiencia e ineficacia y les garantiza un desastre final de enormes proporciones, con muy probables sorpresas penales; y por si faltara, sus relaciones con el gobernador Sabines, son las de patrón y empleado, y de las peores.



Problemas abiertos o dificultades mayores en gestación: las finanzas públicas en desastrosas condiciones; la opacidad del manejo de los recursos relacionados con el gasto corriente y el de inversión; la recolección, manejo y disposición final de los residuos sólidos municipales; el sistema de agua potable y alcantarillado; los proveedores de bienes y servicios; el rastro municipal; los mercados; las condiciones de las calles; la policía, por la retención que les hicieron de los recursos federales y por la grave penetración de la delincuencia organizada que los exhibió; la denuncia y reclamaciones, públicos, que hizo el Comité de Consulta y Participación Ciudadana Municipal, que representa formalmente a más de 40 barrios y colonias; el paro laboral de alrededor de 400 trabajadores sindicalizados, exigiendo el cumplimiento de sus derechos contractuales, entre otros problemas.



Por si se necesitara amarrar bien todos los detalles generales y particulares de desgobierno, desastre, desgracias y decepciones que se padecen y lamentan en el municipio coleto, recientemente, 9 regidores de los 16 miembros del Ayuntamiento, primero, declararon públicamente que este es el Ayuntamiento de los acuerdos que no se cumplen, y luego decidieron que, en lo sucesivo, sesionarían y acordarían, con o sin la presencia de la presidenta municipal. Así lo hicieron ya en dos ocasiones, en un escenario con un cuerpo edilicio de 9 contra 7 y así se tomarán las decisiones que habrán de incidir en más de 200 mil habitantes. Grave y preocupante.



Algunos testimonios gráficos obtenidos en el mes de la patria, que hoy se publican, dan cuenta cabal de lo que el Ayuntamiento coleto hace en público y muestra para imaginar lo que sucede en privado. Si una regidora es capaz de dormirse en un acto oficial, cínicamente y sin rubor alguno, en lo oscurito qué tanto no hará; si de 16 personas del Ayuntamiento, a las ceremonias oficiales apenas llegan 4 ó 5 y tienen que llenar espacios jalando a la mamá de la presidenta, es evidente que el fracaso ya es mayoría, y que el relajamiento institucional, los desórdenes y fruslerías que se avecinan, podrían ser mayúsculas y de consecuencias sociales desestabilizadoras.







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