Decepciones y desconfianzas se cultivan en cada sesión del Cabildo
del nuevo Ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas; del que,
formalmente, es presidente Francisco
José Martínez Pedrero, pero donde el que pone y dispone es el síndico Roberto Morales Ortega. Mientras, el
próximo gobierno del estado en el que deberá desempeñarse como gobernador Manuel Velasco Coello, a 30 días de
tomar posesión del cargo, no da señales de estar vivo y mucho menos, ocupado en
prepararse para tomar las riendas, política y administrativamente de una
entidad que le entregarán en total
desgracia; llena de ofrecimientos, atropellos, fracasos, frustraciones y
farsas. Con una clase política incrustada en los congresos, del Estado y de la
Unión, totalmente ajena y despreocupada de la problemática de fondo que amenaza
seriamente con sacudir y desestabilizar la aparente y frágil paz social chiapaneca: la falsa armonía, desarrollo y felicidad que
durante casi 6 años han construido y presumido los medios de comunicación y
comunicadores, locales y nacionales, al servicio del gobernador Juan José Sabines
Guerrero.
SOBRE LA CUESTIÓN MUNICIPAL. En San Cristóbal de Las Casas, considerando
los 38 días que las autoridades locales llevan en el cargo y las 7 funciones públicas del Cabildo
realizadas, bien observadas en su forma y escudriñadas en su contenido,
solamente dan para alimentar desilusiones,
tristezas, preocupaciones y sospechas. En ninguna de las actividades
desarrolladas hasta ahora por los regidores, síndico y presidente municipal, se
ha observado algo de profesionalismo, ética, moral y deseos de servir con
honestidad y prontitud; se conducen como en un circo o teatro, como si jugaran, y se mueven como lo hacen los juguetes de cuerda. Lo más preocupante
es que nada parece casual y sí, todo bien da para pensar que hasta el mínimo
detalle lo tienen previamente conocido, analizado, calculado y ensayado a favor
de ellos, con un sólo objetivo, exprimir al máximo y en su beneficio personal,
el cargo que hoy ostentan. La vergüenza,
el decoro y la honradez, en 38 días, ya han dado excesivas muestras de no
conocerlas e interesarles.
En 38 días de ejercicio
político y administrativo del nuevo
gobierno municipal coleto, está más que claro que quien la hace de presidente
municipal es el Síndico; quienes encuerdan
a todos -menos al Síndico que se encuerda
sólo-, son “Los Asesores” a la antigüita, con vicios viejos y nuevos. Aun con
todo hay que reconocer los enormes esfuerzos que hace Francisco José Martínez Pedrero con tal de parecer presidente
municipal, sin que hasta ahora pueda lograrlo. En esto de adquirir para parecer presidente municipal,
empalagosamente le invierten a diario
por la radio XEWM. Ojalá Martínez Pedrero logre entender a tiempo que la
responsabilidad que le confiaron, no se trata de invertir para parecer, sino de trabajar
para ser. Hasta hoy, pareciera que todos los actores municipales -politiqueros, autoridades y “empresarios”- tienen un sólo objetivo: buscar
la mejor manera de manipular la
inmadurez y aprovechar la inexperiencia política y administrativa de Francisco José Martínez Pedrero, a fin
de obtener más poder, hacer más dinero o ambas cuestiones, aunque para ello
tengan que recurrir a prácticas humanas indignas, al manoseo de sentimientos
personales, al chantaje o al engaño descarado, aderezados con cariños fingidos
que parecen ya gustarle al presidente municipal coleto. De los aspectos
sociales sustantivos, todos los involucrados parecen no darse cuenta o
ignorarlos a propósito, irresponsablemente.
Francisco José Martínez Pedrero inició mal, continúa peor y no da
señales de que le interese corregir sus errores, ordenar su administración y
organizar el gobierno; imprimirle y garantizarle organización y método al trabajo que pretende desarrollar durante
su gestión política y
administrativa. Como va y anuncia que
irá, Francisco José Martínez Pedrero
sólo está asegurando peores fracasos institucionales -como anteriores
gobiernos-, más desilusiones para los ciudadanos y condiciones más deplorables
en los niveles de bienestar social, que los habitantes de la municipalidad
habrán de afrontar en su momento. Los únicos que ganarán, como siempre, serán
los “políticos” marrulleros, las autoridades corruptas y los “empresarios” que
viven y se enriquecen cada día más, tejiendo oscuros acuerdos con los gobiernos
del momento. Francisco José Martínez
Pedrero, como va,
administrativamente, ya se está hundiendo;
políticamente, ya inició su
suicidio; y socialmente, nada de trascendencia les espera a los
habitantes del municipio coleto. Francisco
José todavía está a tiempo de corregir y, por el bien de todos, ojalá
voltee al lado correcto, razone y reaccione juiciosamente, sacudiéndose lo
podrido, repudiando lo falso, desechando lo putrefacto, eliminando lo oneroso,
y haciendo a un lado lo inútil.
Para ejemplificar que el
Ayuntamiento coleto nació discapacitado,
viciado y con claras tendencias a la perversión, suficientes para no
esperar algo bueno de ellos, sólo basta con señalar: “las comisiones” del
Ayuntamiento continúan sin programas de trabajo soportados en
diagnósticos, pronósticos, objetivos,
metas y estrategias confiables, creíbles y posibles, aprobadas en sesión del Cabildo;
contraviniendo leyes, están contratando
como empleados municipales a familiares de miembros del Ayuntamiento; están
arrendando propiedades que pertenecen a familiares de las autoridades; están
adquiriendo, simulando cumplir con la ley; han otorgado nombramientos
“descuidando” groseramente el perfil profesional y su congruencia con la
función a desempeñar; no han cumplido en
publicar, cada principio de mes, como establece la ley, la nómina completa de
los trabajadores municipales; el reglamento del Comité Interno para la Contratación de la Obra Pública, que
aprobaron y esconden a los ciudadanos, en su esencia violenta la Ley de Obra
Pública vigente en el estado de Chiapas;
pidieron un mes para resolver el asunto de la basura -para empezar,
dejar de llevarla a la capital del estado-, y todo continúa igual; y, entre
otros, por todas las áreas de la administración municipal abundan las personas
que llegaron con el nuevo gobierno, que quién sabe de dónde obtendrán los
recursos económicos para cubrirles los salarios. Anarquía, ignorancia, corrupción, ausencia de profesionalismo,
inexperiencias y simulación, prevalecen y hasta fanfarronean en el nuevo
Ayuntamiento del municipio de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
Ya en el municipio de San
Cristóbal, por el lado que se le vea, la cuestión es sumamente preocupante. El
panorama empeora aún más, si intentamos conocer lo que viene sucediendo en el
estado de Chiapas, donde observamos que a 30 días de que el gobernador electo, Manuel Velasco Coello, tome posesión
del cargo, pareciera que no habrá cambio de gobernador, de secretarios de
estado, de programas de gobierno y de formas de esconder los desaciertos,
ocultar los abusos, minimizar los atropellos, disfrazar los saqueos y exagerar los avances. Se sabe nada del poder ejecutivo que habrá de llegar en 30 días; se sabe nada sobre las serias y necesarias reuniones de trabajo,
previas, interinstitucionales y multidisciplinarias, municipales, regionales y
estatales; se sabe nada de los programas y proyectos que deben llegar con el nuevo gobernador, elaborados
en Chiapas y por personas nacidas o establecidas aquí; se
sabe nada sobre las imposiciones, de
todo tipo, que le harán los grupos
políticos y económicos, locales y nacionales; se sabe nada sobre los hombres y mujeres que él escogerá para gobernar
y administrar las riquezas y miserias de Chiapas. Desde hace más de cuatro meses, se sabe
nada importante del gobernador electo, Manuel
Velasco Coello, y todo esto, en principio, no presagia nada bueno para los
chiapanecos.
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