Piensa, Prensa y Pega.

23 de octubre de 2013

Reflexiones y Precisiones



Maestros rabiosos. En estos términos, se refirió a los profesores de Chiapas, el Secretario de Educación del gobierno de Manuel Velasco Coello. El 15 de octubre, por la radio XEWM, se reprodujo una entrevista que concediera Ricardo Aguilar Gordillo a un canal de televisión nacional, y por lo expresado, dejó suficientemente claro, cuál es la opinión que al gobierno de “El güero” Velasco le merece el movimiento magisterial que está por cumplir dos meses.

El secretario rabioso de Manuel Velasco Coello, Ricardo Aguilar Gordillo, trató a los mentores chiapanecos con desdén, enojo y claramente sin ningún ánimo conciliatorio, que acerque, armonice y mucho menos que contribuya a resolver los problemas surgidos con  los trabajadores de la educación. Aguilar Gordillo siempre mantuvo una posición provocativa, amenazante, de achicamiento y de desprecio hacia las demandas que dieron origen y mantienen en pie el movimiento del magisterio.

EL RABIOSO. Ricardo Aguilar Gordillo, el rabioso Secretario de Estado, en entrevista por televisión nacional, irresponsable y torpemente, dijo que los maestros “en paro” son unos cientos y en ocasiones decenas; cuando los chiapanecos diariamente ven que son miles los trabajadores en conflicto. El rabioso Secretario expresó que los maestros inconformes con “La reforma” son un puñado y, al mismo tiempo, hizo público que les habían descontado  su salario por no presentarse a laborar, a 28 mil maestros de Chiapas. El rabioso Ricardo Aguilar Gordillo, pariente e “hijo adoptivo” de la ex lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo Morales, hoy en la cárcel por corrupta, expresó que “La reforma educativa” es para mejorar la educación de los mexicanos, pero en ningún momento se le ocurrió explicar por qué y cómo habría de ser. Da la impresión de que al Secretario del gobernador Manuel Velasco Coello, la rabia no le permite ver y pensar correctamente.

Muy peligroso, un Secretario Rabioso. Si la información y postura manifestada por Ricardo Aguilar Gordillo, la comparte también el gobernador de Chiapas, la cuestión es grave; y si lo expresado en televisión nacional por el Secretario de “El güero” Velasco, no la comparte el gobernador, no se entiende por qué después de diez días de pronunciados estos calificativos desafortunados, todavía no se le ha ocurrido cesar de sus funciones a su colaborador que despacha como Secretario de Educación Pública en el gabinete del gobierno estatal. Por la forma rabiosa con que el Secretario del gobernador se refirió a los docentes, es seguro que para ellos ya no resulta un interlocutor válido –si alguna vez lo fue-, y deja muy claro que él no está en condiciones físicas y mentales para contribuir a resolver este enorme problema creado por el Ejecutivo Federal y el Congreso de la Unión. Cuando las condiciones del conflicto magisterial vienen exigiendo prudencia, tolerancia, diálogo, sapiencia y respeto mutuo, resultó que el Secretario de Educación de Chiapas hizo su aparición de manera rabiosa, imprudente y provocativa, como un vulgar fajador de cuadrilátero o peleador de barrio.

CIUDADES RURALES”. Por los medios de comunicación al servicio del estado, el 11 de octubre se dio a conocer que en el Congreso de Chiapas nuevamente había aparecido el tema “Ciudades rurales”, aquel programa que el ex gobernador Juan José Sabines Guerrero presentó como un “Producto milagro”, que surgía para hacer frente y vencer la marginación, pobreza y dispersión de decenas de miles de comunidades chiapanecas, que sobreviven en miseria extrema y menospreciadas por las autoridades. En su momento, el programa “Ciudades rurales” fue aplaudido por los poderes Ejecutivo y Legislativo, locales; por el ex presidente de México, Felipe Calderón; por los legisladores federales que es su costumbre aplaudir y lamer de todo; por organismos internacionales y personeros de la Organización de las Naciones Unidas; y hasta llegó a decirse que eran varios los países que visitaban Chiapas, interesados en conocer y replicar el producto mágico llamado “Ciudades Rurales”. Todo resultó una farsa, un fracaso, una absurda ocurrencia surgida por la locura que origina el poder en los ignorantes, o la irresponsabilidad y abuso en el ejercicio de los recursos del pueblo. Nada se logró en el “combate frontal” a la marginación y miseria, y solamente resultó útil para alimentar más la corrupción de los funcionarios públicos. Las decenas de miles de comunidades rurales continúan en las mismas o peores condiciones de “bienestar social”.

“Iniciativa de decreto por la que se crean las ciudades rurales de Ixhuatán y Jaltenango la Paz”. Si está más que claro que el producto milagro “Ciudades Rurales”, sólo sirvió para enriquecer a funcionarios públicos y manosear más a los olvidados de siempre, ¿por qué continuar con el tema? Resulta una evidente estupidez ocuparse en discutir cómo formalizar la cuestión. Hoy, cuando la Procuraduría General de “Justicia”, debiera ya tener compareciendo o en la cárcel a los principales directivos del ex Instituto Ciudades Rurales, los diputados locales se prestan o rentan para intentar revivir, enderezar o resarcir lo podrido. Los “Legisladores”, entretenidos, buscando cómo formalizar el nombre del niño, como si el pequeño hubiera nacido vivo. Qué torpes.

Magdy Martínez Solimán. En tiempos del ex gobernador Juan José Sabines Guerrero, cuando se reconocían y festejaban sus programas, Chiapas Solidario, Biocombustibles, Ciudades Rurales y todos aquellos que se sellaban con “Son hechos, no palabras”, que sirvieron para nada socialmente, uno de los grandes beneficiados fue Magdy Martínez Solimán, el funcionario de la ONU a quien fácilmente le podrían encontrar suficientes elementos constitutivos de delitos del fuero común y federal, sin embargo, empezando por el gobernador de Chiapas, el Órgano de Fiscalización Superior del Congreso Local y las instancias federales responsables de “seguir, evaluar y controlar el gasto público”, todos se comportan como cómplices y nadie ha hecho algo por investigar, deslindar responsabilidades y aplicar castigo ejemplar en éste y otros muchos casos. En pleno siglo XXI, los “Gachupines” nos siguen “conquistando” y saqueando, pero ahora con la complicidad abierta de las instituciones de los tres niveles de gobierno.

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