Piensa, Prensa y Pega.

13 de noviembre de 2013

Reflexiones y Precisiones


Patishtán, Patishtán, Patishtán. En los últimos días de octubre y los primeros de noviembre, por todos lados, a todas horas y diariamente, se escuchó hablar sobre el indulto de Alberto Patishtán; presentando al presidente de México, Enrique Peña Nieto, y al gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, como los grandes promotores de justicia “pronta y expedita”. Nadie dijo y mucho menos explicaron, que ellos se han visto obligados a actuar así, empujados por la sociedad mexicana e internacional, no porque estén convencidos de que es su obligación constitucional promover, prioritariamente, justicia a quienes vienen siendo atropellados en sus derechos desde hace décadas o siglos. Lo sucedido con el indulto a Patishtán, al final, lo convirtieron más en una cuestión política, antes que jurídica, como debiera ser y no lo es.

La justicia y Patishtán. Si en el asunto de Alberto Patishtán y su indulto, se estuviera ante un hecho de verdadera justicia, paralelamente a su liberación, debieran ser llevados ante las autoridades todos aquellos implicados en este hecho que por varios años llamó la atención de la comunidad nacional y mundial. Si realmente se desea hacer justicia en el caso Patishtán, deben aceptar que apenas inician y que falta mucho por hacer. Que ahora es necesario sentar en “El banquillo de los acusados” a policías, ministerios públicos, procuradores de justicia, jueces y a un ex gobernador que en ese entonces se desempeñaba como el gran desestabilizador en Chiapas, Roberto Albores Guillén, entre muchos otros, que hasta hoy para nada han sido mencionados.

Roberto Albores Guillén y Alberto Patishtán. Por años se ha omitido, deliberadamente, mencionar que la aprehensión y posterior encarcelamiento de Alberto Patishtán, se originó en el contexto de un clima de violencia y represión desatado por quien en ese tiempo fungía como gobernador de Chiapas, Roberto Albores Guillén, que se movía empecinado y casi enloquecido por desaparecer del territorio chiapaneco a los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas. En tiempos de Ernesto Zedillo, como presidente de México, cuando también ocurrió la masacre de Acteal, Roberto Albores Guillén se dedicó con todo el poder del estado, a intentar borrar de la entidad a todo aquello que significara Movimiento Insurgente Zapatista. Albores Guillén, al mismo tiempo que desmantelaba municipios autónomos, también montaba escenografías en diferentes lugares selváticos, en los que simulaba que los Zapatistas entregaban sus armas. Pura farsa de Albores que le servía para agradar a su patrón Zedillo, obtener mayores recursos económicos y saquear a Chiapas, como siempre, como ayer, como hoy. En este marco de violencia, persecuciones, represión, torturas y encarcelamientos injustos propiciados por Roberto Albores Guillén, fue que se originó la aprehensión de Alberto Patishtán; y a ese ex gobernador, su procurador de justicia, su secretario general de gobierno y su respectivo Presidente del Tribunal de “Justicia”, también habría que hacerlos comparecer ante la autoridad competente si realmente el asunto Patishtán lo movió la justicia y no la política.

¿”Cruzada sin hambre o cruzada sin hombre”? Chiapas avanza para dar cumplimiento a los objetivos de la Cruzada sin hambre. Se han creado sinergias que permiten mayor eficiencia en el aprovechamiento de los recursos en beneficio de quienes menos tienen”. En estos términos, se expresa Juan Carlos Gómez Aranda, Secretario de Planeación, Gestión Pública y Programa de Gobierno de Manuel Velasco Coello, intentando vender la idea de que en Chiapas todo camina de las mil maravillas, y que ahora sí se trabaja en serio para acabar con las miserias e injusticias sociales; como si los chiapanecos, todos, fueran analfabetas y además estuvieran ciegos, como para no darse cuenta de que la situación social y económica empeora diariamente, y que al actual gobierno de Chiapas “le quedó grande la yegua o el macho”. Solamente funcionarios (que no funcionan) como Juan Carlos Gómez Aranda, Eduardo Zenteno Núñez y Miguel Ángel Córdova Ochoa, principales protagonistas de la “Cruzada sin hambre”, son incapaces –por falta de conocimientos, conveniencia o irresponsabilidad social- de ver y comprender que en Chiapas, a un año de iniciado el gobierno güerista: las acciones sustantivas todavía no existen; el quehacer institucional responsable, no se les ve; la honestidad, aún no les asoma; y de oficio político y administrativo, adolecen en niveles muy preocupantes.

A Roberto Albores Gleason, lo hacen recular. Hasta ahora, no se ha dicho lo suficiente y a tiempo, sobre el hecho de que los “maestros en paro” lograron que el senador de la República Roberto Albores Gleason -en los últimos días de octubre- cancelara de última hora, una “Reunión de trabajo” impulsada por el regidor coleto, Fernando Pérez Jonapá. En ese acto, Albores Gleason disertaría sobre las bondades de las Reformas promovidas por Enrique Peña Nieto; como si la reforma hacendaria, educativa y energética, hubieran sido bien recibidas por los mexicanos, y las manifestaciones de rechazo que hoy se presentan por todo el país, fueran expresiones de apoyo y festejo. Lástima que Roberto Albores Gleason suspendió todo y salió huyendo de San Cristóbal de Las Casas, si no, hubiera resultado interesante ver y escuchar que llamaran traidor, sinvergüenza y cínico al hijo del ex gobernador Albores Guillén. Pensándolo bien, ¿no sería una trampa -por encargo- de Fernando Pérez Jonapá, en contra del senador Roberto Albores Gleason?

A Marco A. Cancino González también lo reculan. Poco antes de que huyera Roberto Albores Gleason, con un despliegue publicitario de futuro diputado federal o presidente municipal, “El legislador” local, Marco A. Cancino, dispuso todo para presentar “un informe” al pueblo, sobre su Trabajo Legislativo, pero entendió que mejor debería cancelar el acto y emprender la huida, seguramente, temiendo que los maestros lo increparan y lo llamaran por su nombre: sumiso, cobarde, farsante y palero del ejecutivo. ¿Será que en el informe intentado por Cancino González, hablaría sobre cómo los humillaba Juan Sabines, o cómo los inca Manuel Velasco Coello?¸ ¿Será que iba a informar, que son la legislatura que en menos tiempo, más ha endeudado a Chiapas?, ¿Será que iba a referirse, a que resultan la legislatura más improductiva y costosa en la historia de Chiapas?, ¿O únicamente iba a utilizar la reunión para endulzarles los oídos al gobernador y su mamá? Lamentablemente, el diputado Cancino González salió huyendo y las incógnitas, por hoy, quedan sin resolver.

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