Patishtán,
Patishtán, Patishtán. En
los últimos días de octubre y los primeros de noviembre, por todos
lados, a todas horas y diariamente, se escuchó hablar sobre el
indulto de Alberto
Patishtán;
presentando al presidente de México, Enrique
Peña Nieto, y al
gobernador de Chiapas, Manuel
Velasco Coello, como
los grandes promotores de justicia “pronta
y expedita”. Nadie
dijo y mucho menos explicaron, que ellos se han visto obligados a
actuar así, empujados por la sociedad mexicana e internacional, no
porque estén convencidos de que es su obligación constitucional
promover, prioritariamente, justicia a quienes vienen siendo
atropellados en sus derechos desde hace décadas o siglos. Lo
sucedido con el indulto a Patishtán,
al final, lo convirtieron más en una cuestión política, antes que
jurídica, como debiera ser y no lo es.
La
justicia y Patishtán. Si
en el asunto de Alberto
Patishtán y su
indulto, se estuviera ante un hecho de verdadera
justicia,
paralelamente a su liberación, debieran ser llevados ante las
autoridades todos aquellos implicados en este hecho que por varios
años llamó la atención de la comunidad nacional y mundial. Si
realmente se desea hacer justicia en el caso
Patishtán, deben
aceptar que apenas inician y que falta mucho por hacer. Que ahora es
necesario sentar en “El
banquillo de los acusados” a
policías, ministerios
públicos, procuradores de justicia,
jueces y a un ex gobernador que en ese entonces se desempeñaba como
el gran desestabilizador en Chiapas, Roberto Albores Guillén,
entre muchos otros, que hasta hoy para nada han sido mencionados.
Roberto
Albores Guillén y Alberto Patishtán.
Por años se ha omitido, deliberadamente, mencionar que la
aprehensión y posterior encarcelamiento de Alberto
Patishtán, se
originó en el contexto de un clima de violencia y represión
desatado por quien en ese tiempo fungía como gobernador de Chiapas,
Roberto Albores
Guillén, que se
movía empecinado y casi enloquecido por desaparecer del territorio
chiapaneco a los Municipios
Autónomos Rebeldes Zapatistas.
En tiempos de Ernesto
Zedillo, como
presidente de México, cuando también ocurrió la
masacre de Acteal,
Roberto Albores
Guillén se dedicó
con todo el poder del estado, a intentar borrar de la entidad a todo
aquello que significara Movimiento
Insurgente Zapatista.
Albores Guillén, al
mismo tiempo que desmantelaba
municipios autónomos, también montaba escenografías en diferentes
lugares selváticos, en los que simulaba que los Zapatistas
entregaban sus armas. Pura farsa de Albores
que le servía para
agradar a su patrón Zedillo,
obtener mayores recursos económicos y saquear a Chiapas, como
siempre, como ayer, como hoy. En este marco de violencia,
persecuciones, represión, torturas y encarcelamientos injustos
propiciados por Roberto
Albores Guillén, fue
que se originó la aprehensión de Alberto
Patishtán; y a ese
ex gobernador, su procurador de justicia,
su secretario general de gobierno y su respectivo Presidente del
Tribunal de “Justicia”, también habría que hacerlos comparecer
ante la autoridad competente si realmente el asunto Patishtán
lo movió la justicia y no la política.
¿”Cruzada
sin hambre o cruzada sin hombre”? “Chiapas
avanza para dar cumplimiento a los objetivos de la Cruzada
sin hambre.
Se han creado
sinergias que permiten mayor eficiencia en el aprovechamiento de los
recursos en beneficio de quienes menos tienen”. En
estos términos, se expresa Juan
Carlos Gómez Aranda,
Secretario de Planeación, Gestión Pública y Programa de Gobierno
de Manuel Velasco
Coello, intentando
vender la idea de que en Chiapas todo camina de las mil maravillas, y
que ahora sí se trabaja en serio para acabar con las miserias e
injusticias sociales; como si los chiapanecos, todos, fueran
analfabetas y además estuvieran ciegos, como para no darse cuenta de
que la situación social y económica empeora diariamente, y que al
actual gobierno de Chiapas “le
quedó grande la yegua o el macho”.
Solamente funcionarios
(que no funcionan)
como Juan Carlos Gómez
Aranda, Eduardo
Zenteno Núñez y Miguel Ángel Córdova Ochoa,
principales protagonistas de la “Cruzada
sin hambre”, son
incapaces –por falta de conocimientos, conveniencia o
irresponsabilidad social- de ver y comprender que en Chiapas, a un
año de iniciado el gobierno güerista:
las acciones sustantivas todavía no existen; el quehacer
institucional responsable, no se les ve; la honestidad, aún no les
asoma; y de oficio político y administrativo, adolecen en niveles
muy preocupantes.
A
Roberto Albores Gleason, lo hacen recular.
Hasta ahora, no se ha dicho lo suficiente y a tiempo, sobre el hecho
de que los “maestros
en paro” lograron
que el senador de la República Roberto
Albores Gleason -en
los últimos días de octubre- cancelara de última hora, una
“Reunión de
trabajo” impulsada
por el regidor coleto, Fernando
Pérez Jonapá. En
ese acto, Albores
Gleason disertaría
sobre las bondades de
las Reformas
promovidas por Enrique
Peña Nieto; como si
la reforma hacendaria, educativa y energética, hubieran sido bien
recibidas por los mexicanos, y las manifestaciones de rechazo que hoy
se presentan por todo el país, fueran expresiones de apoyo y
festejo. Lástima que Roberto
Albores Gleason
suspendió todo y salió huyendo de San Cristóbal de Las Casas, si
no, hubiera resultado interesante ver y escuchar que llamaran
traidor, sinvergüenza
y cínico al hijo del
ex gobernador Albores
Guillén. Pensándolo
bien, ¿no sería una
trampa -por encargo- de Fernando Pérez Jonapá, en contra del
senador Roberto Albores Gleason?
A
Marco A. Cancino González
también lo reculan.
Poco antes de que huyera Roberto
Albores Gleason, con
un despliegue publicitario de futuro diputado federal o presidente
municipal, “El legislador” local, Marco
A. Cancino, dispuso
todo para presentar “un
informe” al pueblo,
sobre su Trabajo
Legislativo, pero
entendió que mejor debería cancelar el acto y emprender la huida,
seguramente, temiendo que los maestros lo increparan y lo llamaran
por su nombre: sumiso, cobarde, farsante y palero del ejecutivo.
¿Será que en el informe intentado por Cancino
González, hablaría
sobre cómo los humillaba Juan
Sabines, o cómo los
inca Manuel Velasco
Coello?¸ ¿Será que
iba a informar, que son la legislatura que en menos tiempo, más ha
endeudado a Chiapas?, ¿Será que iba a referirse, a que resultan la
legislatura más improductiva y costosa en la historia de Chiapas?,
¿O únicamente iba a utilizar la reunión para endulzarles los oídos
al gobernador y su mamá? Lamentablemente, el diputado Cancino
González salió
huyendo y las incógnitas, por hoy, quedan sin resolver.
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