En el ambiente
nacional mexicano, por los lamentables hechos de los últimos meses, algo
sumamente grave se percibe: pareciera que nos vienen preparando anímica y
emocionalmente para instalar una permanente y generalizada criminalización de
la protesta social. MAYOR REPRESIÓN que continuaría con más hechos parecidos a
las masacres de ACTEAL, en el estado de Chiapas; TLATLAYA, en el Estado de
México y, recientemente, IGUALA, en Guerrero, entre las ejecuciones más
visibles, salvajes y sangrientas de los últimos tiempos. Que los mexicanos se
vayan acostumbrando y conformando a que se les asesine impunemente; a cualquier
hora del día, de la manera más salvaje y cruel, en cualquier parte del país y,
además, que se acostumbren a que pueden ser niños, adolescentes o adultos,
mujeres u hombres útiles para la patria. Muy grave el panorama nacional que
exhiben las autoridades mexicanas.
ES UN HECHO MUY
PERCEPTIBLE DE QUE EL GOBIERNO, POR ACCIÓN U OMISIÓN, YA HA LOGRADO SEMBRAR EL
TERROR EN EL PUEBLO DE MÉXICO Y BIEN PUEDE DAR LA IMPRESIÓN DE QUE HASTA BUSCA
QUE NOS FAMILIARICEMOS CON ELLO, QUE LO ACEPTEMOS SIN CHISTAR, QUE EL TERROR
NOS INMOVILICE. Es un hecho de que ya el gobierno de la República tiene muy peligrosamente caliente la realidad nacional;
es un hecho bien visible, el que ya el Estado mexicano tiene a miles de mujeres
y hombres en las calles, manifestándose en contra de las actitudes de las
autoridades de este país; es un hecho, ya inocultable, que el pueblo de México
ya no aguanta más a sus gobernantes, y que los gobernados ya no están
dispuestos a callarlo y permitirlo; es un hecho que el gobierno mexicano
responde con las mañas y perversidades de siempre. También ya es un hecho de
que hasta hoy, la comunidad nacional e internacional viene reaccionando como
jamás se lo han de haber imaginado las instancias represivas de este país.
EL GOBIERNO
MEXICANO y los gobiernos más ricos del planeta tierra, tienen que entenderlo y
reaccionar en consecuencia. Las condiciones sociales y materiales de conciencia
social, que hoy prevalecen en México y el mundo, no son las mismas de cuando se
cometió la masacre de estudiantes en 1968, todavía impune después de 46 años.
La situación es diametralmente distinta, más compleja, de mayor peligro y de
consecuencias capaces de alcanzar a fondo, la vida política, económica y
social, no sólo de México, sino también la de sus principales socios, en la
economía y la política. Los actores represivos, internos e internacionales,
tienen que pensar muy bien lo que dispondrán o permitirán en lo sucesivo: malas
y sangrientas decisiones, pueden dar para que la realidad mexicana se hunda o
arda con ellos y sus descendientes como combustible.
LAMENTABLEMENTE,
DESDE HACE TIEMPO Y TODOS LOS DÍAS, LA SITUACIÓN EN MÉXICO YA ES DE EMERGENCIA
NACIONAL. Si el gobierno federal no corrige, de manera radical y con urgencia
-con la responsabilidad y premura a la que está obligado por las leyes de este
país-, sus actos criminales, atropellos constantes y rumbo social, sólo es
cuestión de tiempo para que las condiciones humanas y materiales se concreten y
generen, de inicio, una gran revuelta social y la consecuente REPRESIÓN
GENERALIZADA, donde al final todos perderán, sobre todo quienes más tengan.
REPRESIÓN, tal vez la que los grandes dueños del capital nacional e
internacional creen necesitar y vienen exigiendo, para “limpiar" de
“incomodidades" y brindar la seguridad y tranquilidad que requieren sus
inversiones, TAL VEZ, torpe y tristemente. Como sea, la situación mexicana ya
es sumamente grave e inestable, y lo más lamentable, el Estado mexicano entre
más se mueve, más se hunde; cuando más acciona, más complica la búsqueda de
soluciones. Las decisiones gubernamentales, como debiera ser, no propician las
urgentes salidas, sino sangre, corajes y muy peligrosos rencores acumulándose
permanentemente.
PUEDE PARECER
EXAGERADO, pero no, ahí están las decenas de muertos de todos los días por el
territorio mexicano; PUEDE SONAR FATALISTA, pero no, ahí están los rafagueados,
secuestrados, torturados, descabezados, desaparecidos, quemados, colgados y los
destazados de forma salvaje; PUEDE PARECER UNA EXAGERACIÓN ENFERMIZA, pero no,
ahí están las miles y miles de mexicanas y mexicanos, manifestando su rechazo y
reclamos por las calles de las grandes ciudades y por los pequeños poblados de
este país.
PUEDE SONAR A LO
QUE SEA, pero no, ahí está; el presidente municipal de San Cristóbal de las
Casas, Chiapas, Francisco José Martínez
Pedrero, violando la ley y simulando que la cumple, frente a los ciudadanos y
los poderes Legislativo y Judicial, chiapanecos; ahí está el gobernador Manuel
Velasco Coello, como niño de educación preescolar, jugando a pintar de color
verde a Chiapas, agarrado de las manos de su mamá, Leticia Coello Garrido y de
las de su novia, Anahí; y ahí está el presidente de México, Enrique Peña Nieto,
frente a un pueblo empobrecido, maltratado, lleno de sufrimientos, decepciones
y desesperanzas, comprándose un avión de los más modernos y caros del mundo.
¡CARAJO! Que suene a lo que sea, pero ahí están esas evidencias cínicas,
infantiles, irracionales e insensibles, socialmente, y existen muchas más.
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