Piensa, Prensa y Pega.

5 de agosto de 2009

Reflexiones y Precisiones

Hace alrededor de 25 años, cuando el Presidente de México era Miguel de la Madrid Hurtado, se promovió una importante reforma al Artículo 115 Constitucional, se dijo entonces que, se buscaba fortalecer a los municipios mexicanos, para que fueran ellos mismos suficientemente capaces para asumir sus responsabilidades en el desarrollo social de las municipalidades de este país.

La reforma al artículo 115 constitucional, previó hacia los municipios mexicanos, mayores recursos económicos e instrumentos que le permitieran desarrollar sus capacidades administrativas, políticas y de gestión, para resolver los nuevos retos que surgían con la reforma constitucional.

Se decía en aquellos tiempos que, fortaleciendo la economía de los Gobiernos locales y facilitando el desarrollo de sus capacidades adormecidas, se podrían construir Gobiernos Municipales fuertes, responsables y suficientes para enfrentar y superar, de mejor manera, la problemática particular de cada municipio mexicano.

En los argumentos para la Reforma Constitucional al artículo 115, se dijo mucho sobre las bondades de coadyuvar a construir un nuevo municipio mexicano, verdaderamente libre: con recursos propios y suficientes; de administración capaz, ágil y moderna; con libre manejo de su hacienda y la garantía de que, en lo sucesivo, sus relaciones con el Estado y la Federación, estarían fundadas en la puntual colaboración institucional, el respeto mutuo, la honestidad y el trato digno.

A casi 25 años de las reformas al artículo 115, se puede concluir, sin temor a equivocaciones que, ha servido de muy poco y se ha colocado demasiado lejos de lo previsto: el Gobierno Federal continúa con el trato desigual e injusto hacia los Estados de la República; los Estados para nada disimulan su maltrato hacia los Municipios y los Municipios, continúan en su relación irresponsable para con sus comunidades, barrios, colonias y ciudades.

Lo único que se ha desarrollado y pulido, hasta en exceso, son la corrupción, el cinismo y la impunidad, todo en el marco de caciques y mafias municipales asociadas a grupos regionales, estatales y nacionales, en lucha constante por el poder y lo que posibilita su uso y abuso.

Todo lo anterior, no quiere decir que el contenido de las reformas no fueron las adecuadas, no, los resultados son producto de la aplicación limitada, extraviada y prostituida de la ley, como muchos otros casos en este país, donde las autoridades interpretan y aplican la norma en función a los latidos de su corazón, de acuerdo a sus negros sentimientos o considerando sólo sus necesidades de bolsillo. Nada con ética, moral y mucho menos, compromiso social.

Para evitar ambigüedades y amarrar lo expuesto, ejemplificaré un poco con lo más a la mano y lo más fresco.

El Ayuntamiento de San Cristóbal, hasta hoy, ha sido incapaz de hacer valer sus derechos constitucionales, ante el Estado y la Federación y ello podría explicar algo de las faltas en sus obligaciones. Recurre al Gobernador y sus empleados, como implorando caridad o buscando cariño, en ningún momento asumiéndose como municipio libre y soberano, exigiendo enérgicamente sus derechos de trato justo, digno y pronto.

El Ayuntamiento coleto guarda silencio humillante ante los incumplimientos y desaires del Ejecutivo, además de no atreverse a denunciar el trato indigno que, seguramente, reciben en privado.

Hoy, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, como siempre, tenemos un Ayuntamiento decidido a permanecer “pecho a tierra”, agachado y acurrucado ante el Ejecutivo Estatal, para cuando se ofrezca y lo que sea su voluntad. ¿No se darán cuenta de su irresponsabilidad, obligaciones y derechos, del daño enorme que ocasionan al no atreverse a avanzar de pie, a hablar de frente, directo, como iguales y cuando no exigen, en lugar de suplicar?, ¿cuál municipio libre?, ¿dónde está la dignidad?.

Guardando las proporciones y particularidades, el trato que Sabines Guerrero da a las autoridades y habitantes de San Cristóbal, es el mismo que él recibe de Felipe Calderón hacia el Gobierno y pueblo de Chiapas. Ellos mismos lo dicen o mandan que lo diga otro, aunque después lo corran.

Por ejemplo, el ex Secretario de Salud Adrián Pérez Vargas, antes de que lo renunciara el Gobierno Federal, en una estrategia inoportuna y mal calibrada, afortunadamente, soltó información que exhibe nítidamente el desprecio que el Gobierno de Chiapas y los chiapanecos, reciben del Gobierno de Felipe Calderón, nada nuevo, así le han soportado a todos los Gobiernos de la República.

Dijo el ex Secretario de Salud que “la infraestructura de salud en Chiapas presenta deficiencias históricas: carencia de inmuebles adecuados, equipos obsoletos y falta de médicos… se ocupa el tercer lugar nacional en muerte materna y el primer lugar en cáncer cervicouterino… los indicadores reflejan un atraso de por lo menos 40 años…sigue siendo alta la mortalidad infantil, diabetes y enfermedades gastrointestinales… más de un millón de personas carecen de servicios médicos básicos”.

Pérez Vargas remató diciendo que “por cada 8 pesos con 40 centavos que pone el Gobierno del Estado, la Federación únicamente destina 1 peso con 60 centavos a servicios médicos”. Por supuesto, horas después, este Secretario renunció “voluntariamente” y el Secretario de Salud Federal, no se conformó y fue más allá, dijo que más de 6 mil millones de pesos entregados al Gobierno de Chiapas, no tenían una “adecuada comprobación”. Así de justas y tersas son las relaciones Federación-Estado y Estado-Municipios.

Si de algo sirve, a todo esto habría que agregarle que Felipe Calderón también es vejado y sometido, pero lo paga el pueblo mexicano, como siempre, cuando los Gobiernos imperiales le imponen, lo excluyen, lo condicionan, lo discriminan o lo arrinconan. Así continuará, mientras el pueblo lo aguante y permita.

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