Quién sabe si hundir cada día más al pueblo mexicano, le implique mucha dedicación o se les da con poco esfuerzo y quién sabe si sienten merecer aplausos, pero, lo que sí se sabe es que hoy los mexicanos están condenados, gracias a ellos, a mayores y más perfectas adversidades y sufrimientos.
La infelicidad y peores padecimientos hacia los mexicanos, ya lo aseguró Felipe de Jesús en solamente 32 meses de intentar hacer gobierno. No cabe la menor duda de que los mexicanos están ante una verdadera catástrofe económica, de cara a más dificultades sociales, frente a una severa descomposición política y bastante cercana a estallidos sociales, y más rápido, si persisten en sus irresponsables decisiones y torpes maniobras.
No es frecuente observar que las diversas fuerzas del país, en tan poco tiempo se le estén yendo encima al gobierno de la República, cuidando las formas, algunos, pero casi todos van en esa dirección. Hoy, ante los adelantos que el gobierno de Felipe Calderón hace públicamente, sobre cómo esperan contener y resolver la crisis, la mayoría de los actores la descalifica y rechaza.
En contra de posibles decisiones gubernamentales, para atender la contingencia económica, ya se han pronunciado los de siempre y hasta encontramos los más discretos gobiernistas: gremios empresariales, representantes de partidos políticos, organizaciones sociales, académicos, investigadores, comunicadores serios, asociaciones de municipios de México, algunos gobernadores, uno que otro congreso estatal y hasta encumbrados líderes religiosos.
Todos, han aparecido llamando la atención del gobierno de Felipe de Jesús para que tome decisiones acertadas, oportunas y suficientes, al mismo tiempo que lo alertan, “los más atrevidos” , sobre probables estallidos sociales, que nadie desea, pero que ahora el gobierno demuestra esmero en aparecer como el principal gran provocador, en más de un sentido.
Sobre cómo enfrentar la crisis seriamente, hasta hoy Don Felipe y su gordito de Hacienda han dicho nada, si recogemos todas sus propuestas ni siquiera alcanzan para atender las formas, mucho menos el fondo de la gran tragedia en que han metido al pueblo mexicano.
Dentro del conjunto de propuestas que de manera desordenada y desarticuladas, todos los días vienen ofreciendo Don Felipe y sus muchachos, encontramos: un macro recorte a los recursos económicos destinados a los Estados y Municipios, y aplicar IVA a alimentos y medicinas.
En el mismo sentido, proponen ajustes en el ámbito de la administración pública federal y sus programas, ampliar la base tributaria, incrementar el precio de las gasolinas y sus derivados, y elevar el costo de los servicios.
En suma, Don Felipe y su gordito sugieren y buscan imponer, más y mayores impuestos e intentan deshacerse “suavemente” de sus responsabilidades sociales como gobierno.
Finalmente, por estos días, la gran ocupación de Don Felipe y sus párvulos, consiste en encontrar cómo hacerle para que, otra vez, los errores del gobierno y las calamidades que resulten, las carguen los ciudadanos comunes, no los grandes empresarios y mucho menos la élite consentida del Poder Ejecutivo Federal, el Congreso de la Unión y la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Desde luego, ya en los Estados y Municipios del país, inician lo propio para proteger los privilegios y negocios de todos los beneficiados por el sistema económico y político, que hoy tiene en crisis a millones de mexicanos.
En esto de la crisis, Felipe de Jesús Calderón y sus asistentes, hablan de cómo cobrar más; se refieren a la manera de incrementar los ingresos y compensar los egresos; dicen nada sobre los abusos y absurdos criterios para gastar; no se refieren a la corrupción como el más destacado “deporte nacional” y menos identifican a la impunidad como la madre que estimula, alimenta y reproduce todo lo putrefacto del sistema que explota, arrincona y atormenta a los mexicanos.
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