Piensa, Prensa y Pega.

7 de julio de 2010

Reflexiones y Precisiones,

Concluyeron las campañas políticas, llegó y transcurrió el 4 de julio y ahora, “haiga sido como haiga sido”, ya hay resultados: en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, tendremos un Ayuntamiento de chile, dulce y manteca, donde se juntarán, como sucedió con el anterior y el actual; citadinos y “rurales”, agua y aceite, güeritos y negritos, tibios y acelerados, moderados y abusivos, discretos y cínicos e improvisados y ocurrentes, pero, algo los identificará notoriamente: la ignorancia casi absoluta hacia el qué hacer, responsablemente, como gobierno municipal; cómo cumplir con “el cambio” de fondo no de forma que ofertaron; cómo darle rumbo y movimiento a un buen gobierno; cómo desarrollar una administración pública transparente y honrada; qué hacer, acertadamente, en tan poco tiempo; y con qué y de qué manera, resolver las necesidades urgentes y cumplir lo que ofrecieron durante la campaña política.

Los anteriores, son algunos de los grandes retos, y casi nadie del próximo gobierno municipal tiene la formación y suficiente experiencia, como para inspirar la confianza de que sabrán desempeñarse como buenas autoridades, al contrario, a no pocos de ellos se les conoce “debilidades” preocupantes que no tardarán en aparecer, actitudes de soberbia que terminarán en ceguera, visibles actitudes que conducirán a despotismo generalizado y bastantes rasgos personales que pueden llevar a un próximo gobierno municipal, que se le identifique como corrupto, improvisado y de simulaciones, donde, otra vez el saqueo puede ser el motor, el engaño su color, los atropellos su sello, las despreocupaciones su firma y las ocurrencias su brújula.

Se puede afirmar, categóricamente, que el 99% de ellos no saben lo que ganaron y desconocen en la que se metieron. Seguro, ignoran todo sobre las ocupaciones sustantivas de un Ayuntamiento, la función social de un gobierno municipal y todos, ahora, no tienen ni idea de cómo promover y provocar desarrollo municipal, ese que lo más pronto posible debe traducirse en el bienestar social municipal, que se viene exigiendo de muchas formas, todos los días, los años y los trienios, y que hasta hoy, nadie le atina en la dirección correcta y menos, en la magnitud que se necesita. Hasta ahora, casi todo ha sido de puros resultados bofos, cortos en su horizonte, extraviados en su camino e intrascendentes por sus impactos.

No es lo mismo hacer campaña, que hacer gobierno: en la campaña, a veces, basta con saber jalar aire, tragar saliva e hilar promesas; sin embargo, para construir un buen gobierno se necesitan de esfuerzos distintos, con inspiraciones, aspiraciones y orientaciones diametralmente diferentes, con las cuales se garantice obtener buenos, visibles y prontos resultados: atender los rezagos, resolver el presente y prever, comprometidamente, el futuro. Por supuesto, para todo esto se necesita capacidad, compromiso, voluntad, mística de servicio y unas dosis suficientes de responsabilidad social, todas ellas críticamente escasas en estos tiempos, y por lo que se ve y se conoce, serán pobres en el próximo Ayuntamiento “jodeleño”.

Un buen gobierno es el que aprende a estimular y a comprometer la participación ciudadana responsable, el que incorpora decididamente al ciudadano, en todas las acciones de gobierno; un buen gobierno es el que escucha y se deja conducir por sus gobernados; el que no miente; el que encara las dificultades; el que no se esconde del ciudadano; el que lo comprende, le facilita, lo conduce y resuelven juntos.

Un buen gobierno, es el que aprende a buscar y desarrollar las capacidades que le permitan armonizar y acercar el gobierno a la sociedad, y ponerse a su servicio; no es aquel que medio se dedica a tapar hoyos en las calles, cambia focos del alumbrado, medio abastece de agua entubada, recoge la basura, organiza ferias, arma actos “culturales” y levanta borrachos.

Los malos gobiernos son los que se esmeran en “trabajar” divorciados de la sociedad, a espaldas de ella, aprovechándose de sus recursos, contrario a sus intereses, alejado de sus padecimientos, siempre engañando, traficando con todo y de todo, constantemente saqueando, y en todo momento, muy preocupados por los de arriba y olvidados de los de abajo; de aquellos que llenaron con ofrecimientos, en quienes despertaron inalcanzables expectativas y a quienes ofrecieron “entrega total y amor eterno”, como dicen algunas canciones.

Seguro, las próximas autoridades coletas, sobre sus obligaciones ignoran casi todo, y el resto, jamás se dará el tiempo para aprenderlas, más, cuando cobren su primer quincena, y much@s de ell@s tengan en su mano lo que nunca habían tenido y que ahora tendrán por 20 meses; no pocos se alocarán, otros, no sabrán qué hacer, unos más adoptarán vicios y costumbres caras, y sin duda, la mayoría perderá piso y se les despertará el apetito por los pesos.

El Ayuntamiento “jodeleño” que se estrenará el primero de enero del 2011, si los ciudadanos no participamos con nuestras críticas, propuestas y compromisos, desde donde se pueda, podría resultar el peor de los últimos 15 años: no tendrán a su alcance los suficientes recursos económicos que les permita atender las demandas y sus ofrecimientos; los rezagos, necesidades actuales y las futuras, son de consideración; tienen muy poco tiempo; estarán siempre influenciados o inmersos en el proceso electoral del 2012, con los “calores sociales” que traerá implícito; y por si faltara, en grados preocupantes, en el Ayuntamiento que viene no escasean los perfiles contaminados y en extrema “pobreza”, en todos los sentidos y de todas las tallas.

P.D. Cuando se habla del próximo Ayuntamiento “jodeleño”, se considera que además del “equipo” ganador, estarán otros que formaron parte de las planillas contrincantes, que seguro, difícilmente facilitarán el buen entendimiento y desempeño.

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