Piensa, Prensa y Pega.

14 de julio de 2010

Reflexiones y Precisiones

A los medios de comunicación, en su obligación irrenunciable de informar y formar ciudadanos responsables, entre otras funciones, les toca estar al pendiente de todo lo que sucede dentro y alrededor de los gobiernos. A los medios, les corresponde mantener verazmente informados a los ciudadanos, sobre las disposiciones, acciones y resultados de las autoridades, y al mismo tiempo, deben hacer llegar a los gobiernos las diversas opiniones de la sociedad, sin manipulaciones que conduzcan a sólo expresiones bellas, dulzonas y cargadas de calificativos que en nada corresponden a la realidad.

En lo inmediato, a mediano y largo plazos, es tremendo el daño que los medios de comunicación pueden ocasionar a la sociedad y a los gobiernos, si éstos no se aplican con honestidad. Un gobierno permanentemente “aplaudido y festejado” por sus aparentes buenos hechos, terminará creyéndose las “cortesías” por encargo, mareado con su propio incienso, confundido por su mismo ruido y con los pies fuera de la realidad que debe atender y mejorar con entrega y precisión, en beneficio de la sociedad. En el país y Chiapas particularmente, el grueso de las opiniones hacia los gobiernos de los tres niveles no son gratis, y en demasía son frecuentes las que se emiten con la factura adjunta; en blanco, para que sean los otros quienes le pongan precio.


En Chiapas, es inconcebible que algún día el “sistema de radio, televisión y cinematografía” de la entidad, aporte señalamientos autocríticos sobre el desempeño del gobierno en el campo de la economía, la política o la situación social en general que se vive y padece: nunca se ha escuchado que el “sistema de radio y televisión” chiapaneco, se refiera a las acciones de gobierno para algo más que la autocomplacencia, que al final termina dañando a todos, donde magnifican apariencias producto de caras aplicaciones “cosmetológicas”, o de pronunciamientos, resultado de inducciones o convenios mañosamente orquestados. Todo se politiza y se manosea lo que asome.

El medio de comunicación oficial del gobierno de Chiapas, “sirve” bastante menos que para nada útil, socialmente: sobredimensiona todo quehacer gubernamental, miente, e intenta a fuerzas “sembrarlo” en las cabezas de los chiapanecos, por un lado, y por el otro, no define y opera los instrumentos profesionales de comunicación, que garanticen la permanente obtención de la opinión cruda y sin compromisos de todos los ciudadanos; del gran universo que no son empleados de gobierno, que no reciben “70 y más”, “amanecer”, “piso firme” o cualquier otra herramienta de “enganche”, que si se les mide con profesionalismo, sus niveles de impacto social son menos que risibles y generan lastimosos niveles de “adicción y dependencia” que empeoran más y no resuelven gran cosa. “Políticas públicas”, les llaman ellos, que no se ocupan de desarrollar capacidades y riquezas para que los ciudadanos aprendan a valerse por sí mismos, con dignidad, que sean menos atractivos y vulnerables ante quienes les falta nada y quieren más.

Los medios de comunicación que en Chiapas hacen algo por cumplir su función social, la de convertirse en un “puente” que debe tener dos vías: una que lleve confiables elementos de conocimiento al ciudadano y otra que conduzca las opiniones y propuestas de los gobernados a los gobernantes: con franqueza, frescura y credibilidad, aunque temporalmente les moleste o lastime, estos medios son exageradamente pocos, como escasas son las personas que deciden desempeñar este oficio y compromiso; sin la humillante “caridad” de los gobernantes y con todos los riesgos que implica ejercer esta actividad, con nombre y apellidos, de pie, sosteniendo la mirada y expuestos en todo momento a cualquier exceso de la autoridad que incluye acoso y amenazas que pueden terminar en desaparición, cárcel o muerte, donde están expuestos el comunicador y cualquier familiar cercano a él, de éstos hay muy pocos.

Ahora que ya existen nuevas autoridades locales electas para el municipio de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, tienen que aprender a observar y comprender que se encontrarán con opiniones en los medios que les mueve sólo el interés por el bien común, la intención de acercar críticas acompañadas de propuestas, “provocarlos” con señalamientos ácidos que llevan acompañamiento implícito, “desafiarlos” para obligarlos a reflexionar y razonar con responsabilidad, y aplicarles “marcaje personal” gratuito, desde ahora hasta el final, que no lo “desmarcarán ” el dinero, las “invitaciones”, las insinuaciones de tratos preferentes, los “acercamientos” sugerentes y los “puentes” ocasionales.

Por el bien de todos, el “surtidito” ayuntamiento que viene, tiene que aprender a observar, asimilar y abordar de manera diferente. Para iniciar, basta con que se ajusten a las leyes, a su función social y a todo aquello que “protesten” cumplir y hacer cumplir. Las opiniones sin factura anexa, pretenden coadyuvar no entorpecer; construir no destruir; acercar no divorciar y mantenerlos despiertos, no adormecidos.

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