En los dos fregadasos más duros que ha recibido el gobierno de Felipe Calderón en los días cercanos a las “fiestas patrias”, se encuentran los 72 migrantes ejecutados en el municipio de San Fernando, Tamaulipas; y las recientes declaraciones, bien calibradas y calculadas, hechas por Hillary Clinton, Secretaria poderosa y bien informada del gobierno estadounidense.
El asunto de los migrantes masacrados, vino a refrescar la conclusión que muchos mexicanos tienen sobre el tamaño y los verdaderos “éxitos” del actual gobierno federal mexicano, donde indiscutiblemente resultan también culpables, gobiernos estatales y municipales, que operan directamente o cuando menos, facilitan el tráfico de indocumentados y los negocios paralelos que se habilitan en la comisión de este ilícito, que dicen los especialistas, es el segundo más redituable después del narcotráfico.
Sobre los 72 migrantes ejecutados en el estado de Tamaulipas, mucho se ha dicho de la participación de sicarios al servicio de los cárteles de las drogas, también, de posible coparticipación discreta o complicidad abierta de cuerpos policiacos federales, pero, no se sabe ni se observa que se esté investigando con la misma acuciosidad a las instancias estatales y municipales, con un alto grado de probabilidad de que estén involucradas en este hecho en particular y en toda la cadena del tráfico de indocumentados en general.
Los 72 migrantes asesinados en Tamaulipas, indudablemente, transitaron en algún momento por territorio chiapaneco, y resulta ridículo y absurdo pensar que más allá de las autoridades federales, -“responsables” de prever, conducir y corregir la migración de personas- las estatales y municipales, respectivas, no se hayan dado cuenta de este hecho. Todo movimiento de migrantes en Chiapas, sin duda, de alguna manera, es del conocimiento de las autoridades, goza de su discreción y facilidades; si se investigara en serio, con honestidad y profesionalmente, con poco hurgar dejarían al descubierto demasiadas evidencias y diversos grados de complicidad, por comisión u omisión.
Los asesinados cruelmente en Tamaulipas, por elemental sentido común, es un hecho que pasaron por Chiapas y que tuvieron que haber estado involucradas autoridades municipales y estatales, además de las federales que se enriquecen, todos, al amparo de este ilícito; sin embargo, después de más de 20 días de sucedidos los acontecimientos, el gobierno federal ya da muestras de ineptitud o clara complicidad, pues si hablara en serio de investigar y aplicar castigo ejemplar, ya muchos empleados municipales y del gobierno de Chiapas, estarían cuando menos arraigados, pero no, todo parece indicar que en la entidad el negocio con los indocumentados continuará intocable y prometedor, como siempre. Concluirán que los únicos culpables son los “Zetas” y nada dirán sobre los “Yes” o “Equis” de Chiapas. Todo igual y seguirá el negocio.
*** Sobre el “misil con ojiva biológica” que la jefa de la diplomacia del gobierno de Barack Obama, Hillary Clinton, lanzara sobre palacio nacional mexicano y particularmente a la oficina de Felipe Calderón Hinojosa, le aclara y recuerda a él, y le sintetiza a los mexicanos, el fracaso absoluto del presidente azteca y todo su equipo, en su guerra contra la delincuencia organizada, en todas sus formas y momentos.
En el estratégico misil que la Secretaria de Estado disparó contra palacio nacional, en el contexto de la narcoviolencia en México, le dice: “México se está pareciendo más como se veía Colombia hace 20 años”…; “se requerirá una combinación de mejor capacidad y voluntad política”. Como acostumbran los gobiernos Yankees, posterior a la explosión, impacto y damnificados resultados por el disparo disuasivo de Hillary, horas después, apareció el presidente Barack Obama atendiendo al paciente en terapia intensiva, declarando: “México es una democracia amplia y progresiva, con una economía creciente y como consecuencia no puedes comparar lo que está pasando en México con lo que ocurrió en Colombia hace 20 años”.
“Haiga sido como haiga sido”, lamentablemente para el pueblo mexicano, Hillary Clinton, seguro, tiene bien documentado lo que públicamente expresó, no improvisa, corresponde a una opinión que tienen bien soportada los organismos de seguridad de los Estados Unidos; no resulta una expresión casual y a la ligera; y la actitud posterior del Presidente Obama, hay que verlo como algo que no va más allá de una “oportuna cortesía” entre mandatarios de países vecinos. No hay que olvidar que ya en otro momento a la gestión de Felipe Calderón, la llamaron gobierno fallido.
En esta coyuntura de lanzamiento de misiles y cohetes, por supuesto altamente letales, contra la administración de “Don Fe” Calderón, como buen comerciante internacional que es, hizo su aparición “desinteresada”, como para equilibrar y trabajar futuros negocios, Magdy Martínez Solimán, Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas en México, quien anotó que México: “está plantando cara, adelantándose a los acontecimientos, y poco a poco vamos a ver resultados muy claros, de que la lucha contra el crimen no sólo se puede ganar, si no que se está ganando”…; “es correcta la afirmación de que hay que pagar hoy los costos para que no las paguen las generaciones futuras”.
Por si hiciera falta, Magdy remató: “la democracia en México es más fuerte que ninguna delincuencia que exista en el país”. Magdy quien sabe a qué México se refiere y cómo concibe y define su democracia, esa que seguramente le posibilita tratos preferentes y jugosas ganancias en cualquier parte del mundo.
El asunto de los migrantes masacrados, vino a refrescar la conclusión que muchos mexicanos tienen sobre el tamaño y los verdaderos “éxitos” del actual gobierno federal mexicano, donde indiscutiblemente resultan también culpables, gobiernos estatales y municipales, que operan directamente o cuando menos, facilitan el tráfico de indocumentados y los negocios paralelos que se habilitan en la comisión de este ilícito, que dicen los especialistas, es el segundo más redituable después del narcotráfico.
Sobre los 72 migrantes ejecutados en el estado de Tamaulipas, mucho se ha dicho de la participación de sicarios al servicio de los cárteles de las drogas, también, de posible coparticipación discreta o complicidad abierta de cuerpos policiacos federales, pero, no se sabe ni se observa que se esté investigando con la misma acuciosidad a las instancias estatales y municipales, con un alto grado de probabilidad de que estén involucradas en este hecho en particular y en toda la cadena del tráfico de indocumentados en general.
Los 72 migrantes asesinados en Tamaulipas, indudablemente, transitaron en algún momento por territorio chiapaneco, y resulta ridículo y absurdo pensar que más allá de las autoridades federales, -“responsables” de prever, conducir y corregir la migración de personas- las estatales y municipales, respectivas, no se hayan dado cuenta de este hecho. Todo movimiento de migrantes en Chiapas, sin duda, de alguna manera, es del conocimiento de las autoridades, goza de su discreción y facilidades; si se investigara en serio, con honestidad y profesionalmente, con poco hurgar dejarían al descubierto demasiadas evidencias y diversos grados de complicidad, por comisión u omisión.
Los asesinados cruelmente en Tamaulipas, por elemental sentido común, es un hecho que pasaron por Chiapas y que tuvieron que haber estado involucradas autoridades municipales y estatales, además de las federales que se enriquecen, todos, al amparo de este ilícito; sin embargo, después de más de 20 días de sucedidos los acontecimientos, el gobierno federal ya da muestras de ineptitud o clara complicidad, pues si hablara en serio de investigar y aplicar castigo ejemplar, ya muchos empleados municipales y del gobierno de Chiapas, estarían cuando menos arraigados, pero no, todo parece indicar que en la entidad el negocio con los indocumentados continuará intocable y prometedor, como siempre. Concluirán que los únicos culpables son los “Zetas” y nada dirán sobre los “Yes” o “Equis” de Chiapas. Todo igual y seguirá el negocio.
*** Sobre el “misil con ojiva biológica” que la jefa de la diplomacia del gobierno de Barack Obama, Hillary Clinton, lanzara sobre palacio nacional mexicano y particularmente a la oficina de Felipe Calderón Hinojosa, le aclara y recuerda a él, y le sintetiza a los mexicanos, el fracaso absoluto del presidente azteca y todo su equipo, en su guerra contra la delincuencia organizada, en todas sus formas y momentos.
En el estratégico misil que la Secretaria de Estado disparó contra palacio nacional, en el contexto de la narcoviolencia en México, le dice: “México se está pareciendo más como se veía Colombia hace 20 años”…; “se requerirá una combinación de mejor capacidad y voluntad política”. Como acostumbran los gobiernos Yankees, posterior a la explosión, impacto y damnificados resultados por el disparo disuasivo de Hillary, horas después, apareció el presidente Barack Obama atendiendo al paciente en terapia intensiva, declarando: “México es una democracia amplia y progresiva, con una economía creciente y como consecuencia no puedes comparar lo que está pasando en México con lo que ocurrió en Colombia hace 20 años”.
“Haiga sido como haiga sido”, lamentablemente para el pueblo mexicano, Hillary Clinton, seguro, tiene bien documentado lo que públicamente expresó, no improvisa, corresponde a una opinión que tienen bien soportada los organismos de seguridad de los Estados Unidos; no resulta una expresión casual y a la ligera; y la actitud posterior del Presidente Obama, hay que verlo como algo que no va más allá de una “oportuna cortesía” entre mandatarios de países vecinos. No hay que olvidar que ya en otro momento a la gestión de Felipe Calderón, la llamaron gobierno fallido.
En esta coyuntura de lanzamiento de misiles y cohetes, por supuesto altamente letales, contra la administración de “Don Fe” Calderón, como buen comerciante internacional que es, hizo su aparición “desinteresada”, como para equilibrar y trabajar futuros negocios, Magdy Martínez Solimán, Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas en México, quien anotó que México: “está plantando cara, adelantándose a los acontecimientos, y poco a poco vamos a ver resultados muy claros, de que la lucha contra el crimen no sólo se puede ganar, si no que se está ganando”…; “es correcta la afirmación de que hay que pagar hoy los costos para que no las paguen las generaciones futuras”.
Por si hiciera falta, Magdy remató: “la democracia en México es más fuerte que ninguna delincuencia que exista en el país”. Magdy quien sabe a qué México se refiere y cómo concibe y define su democracia, esa que seguramente le posibilita tratos preferentes y jugosas ganancias en cualquier parte del mundo.
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