Piensa, Prensa y Pega.

22 de septiembre de 2010

Reflexiones y Precisiones

Abrir bien los ojos y el pensamiento a todo lo que se nos cruza diariamente, resulta saludable y necesario para poder avanzar socialmente con mayor certidumbre y compromiso en el futuro común, cuya responsabilidad es de todos: de los que detentan el poder y de los ciudadanos comunes; de los que se mueven en la abundancia y de quienes sólo conocen y soportan miserias; de quienes nacieron ricos y de quienes desde antes de nacer, ya eran pobres y padecían el hecho de encontrarse en ese entorno miserable, culpa de todos, de aquellos que siempre abusan y también de aquellos acostumbrados a la comodidad de permitirlo todo, de aceptar lo que dispongan otros, de aguantar lo que les manden y acerquen.

El 16 de septiembre, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, como en todo el país, se efectuó el desfile cívico-militar donde participaron militares, estudiantes, docentes, charros y perros, atestiguado por muy pocos ciudadanos que no llenaron, al principio, ni el 15% de la plaza central, frente a un presidium donde estuvieron representados el Ayuntamiento, las fuerzas armadas y los empresarios.

Arriba, en la mesa principal, no se vio a campesinos, ni a los luchones de los barrios, fraccionamientos, comunidades y demás organizaciones sociales municipales que permanentemente se esfuerzan por hacerse ver, ser escuchados, ser respetados y ser tomados en cuenta. Todo fue a modo, como se dan las decisiones, como se ejerce el poder y como, desde ahí, emergen los consecuentes beneficios, para ellos.

Mucho se dice que este tipo de festejos oficiales anuales, son útiles para traerle alegría al pueblo, dicen; sin embargo, si somos rigurosos y hacemos un esfuerzo serio por ir más allá de lo inmediato y aparente, esta festividad gubernamental cargada de falsa felicidad, puede convertirse en motivo de reflexión y análisis que nos conduce a preocupaciones y tristezas verdaderas; que sintetizan fracasos, injusticias, irresponsabilidades y saqueos internos y hacia el exterior de nuestro país, que ya llevan de uno a dos siglos.

Consciente de la situación económica y social por la que hoy atraviesa Chiapas y todo México, cuando se veía desfilar a las 38 escuelas con sus 4 mil alumnos, podía uno imaginar que ahí iban 4 mil probables futuros desempleados; 4 mil ciudadanos en potencial riesgo de inseguridad pública; y 4 mil niños y adolescentes que van a sufrir las consecuencias de haber tenido posibles padres y madres que no supieron o no quisieron cumplir con su responsabilidad social: participar, reflexionar, criticar, denunciar, proponer y comprometerse con la construcción del bien común, de todo aquello que nos puede llevar a la felicidad o por nuestra apatía o cobardía, a mayores insatisfacciones problemas y sufrimientos.

Observar y meditar en el desfile de los 4 mil estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria, nos podía permitir también ver ahí a los futuros maltratados por los servicios de salud que proporcionan las autoridades. Los rasgos visibles físicos inmediatos, de ellos, ya permiten concluir que tendrán grandes necesidades de servicios médicos, hospitalarios y de especialistas: cardiólogos, gastroenterólogos, psicólogos y nutriólogos, entre muchos otros que seguramente, no tendrán en las cantidades y con la calidad del servicio que llegarán a necesitar.

De los 4 mil estudiantes que desfilaron el 16 de septiembre, seguro, todos tendrán algún problema para poder cursar su educación básica, media superior y superior gratuita, y no pocos ni siquiera llegarán a la universidad, quienes lleguen, muchos no la concluirán y aquellos que logren sus estudios superiores, la mayoría no encontrará un empleo bien remunerado, otros, terminarán ocupados en una actividad diferente a la que estudiaron y otros más, permanecerán desempleados.

Se comprenda o no, se acepte o rechace, si la situación socio económica, política y de participación social, continúa como hasta ahora, llena de irresponsabilidades y corrupciones, este es el presente y futuro en el que se desempeñarán nuestros descendientes, mujeres y hombres en la absoluta incertidumbre, y siempre amenazados por una descomposición social cada vez más acelerada, más deshumanizada, menos solidaria y tremendamente contaminada, para mayores males, en sus principios y valores.

Bueno, también, para consuelo de algunos, habría que decir que entre los 4 mil que desfilaron, posiblemente ahí iban, quienes en su momento pueden llegar a ser presidentes municipales, regidores, síndicos, diputados, senadores, directores de policía, etc., pero que de continuar la misma educación y forma de gobierno, con sus “costumbres y tradiciones”, servirían sólo para reproducir los abusos e injusticias y empeorar la situación social que les toque vivir.

Ah!, el mermado Síndico, Leobardo de Jesús Cancino Bermúdez, y los otros 10 regidores que no asistieron, ¿por qué lo hicieron?: porque sintieron que esta era una buena oportunidad y forma de golpear y dejar en mal al presidente; porque de esa manera quisieron manifestar que ya no trabajan de acuerdo; porque consideran que al alcalde ya le aprovecharon todo y les sirve para nada; porque la “cruda” los puso en condiciones físicas para no asistir; porque no los invitaron; o porque olvidaron el desfile.

Como haya sido, las señales que emitieron con este hecho, son lamentables, preocupantes y dan cuenta del verdadero perfil y principios con que cuenta el Ayuntamiento que hoy “gobierna” al municipio de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Lo bueno es que solamente les quedan 98 días y ya vendrá otro igual o peor.

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