Piensa, Prensa y Pega.

19 de enero de 2011

El Machucón

¿Quién de sus asesores recomendó a la presidenta, inventarse de última hora un mañoso desayunito en el Vits, para distraer a los medios de comunicación y evadir su responsabilidad en la “primera función ordinaria del cabildo”? No es suficiente con que su hermana Lupita, la notaria, esté presente.

¿Por qué la alcaldesa no presidió la primera “función del cabildo”?: ¿padece pánico escénico o fue para desgastar a Ricci, la del PAN; para administrar su imagen?; ¿Se avergüenza de sus compañeros; por recomendaciones del cardiólogo; o porque no entendió la importancia de la “primera función”? Como sea, seguro, perdió más de lo que pensó ganar, ya empezó a quedar mal a quienes votaron por ella y tiene que entender que no debe volver a repetirse.

Dicho y hecho, resultó la mujer más fuerte después de la Presidenta y el Síndico. Irmita Pérez Luna está en todas las Comisiones importantes: ¿sabe de todo, es la más ingenua o sólo porque puede resultar la más dócil? Ya se verá.

El Síndico, Carlitos Morales, sabe bien a lo que llegó, suavecito les empujó su primer negocito vía unas luminarias. Está fácil, búsquenle y encontrarán sorpresas.

Nada novedoso en el nuevo Ayuntamiento coleto, la mayoría sólo mostró tres cotizadas actitudes: saben enmudecer; entienden de señas y tienen velocidad para levantar el dedo.

EL PELLIZCO:


Según grabaciones en poder de “El Pellizco”, el Ayuntamiento de “el cambio”, en la primera “función del cabildo” primero votaban y luego explicaban; autorizaron a la presidenta para contraer deudas, sin decir para qué y hasta cuánto; votaron una reforma constitucional y luego recomendaron a la Secretaria, copias para poderla leer; autorizaron la contratación de una “consultoría” que inició trabajos hace más de 3 meses; y por si faltara, Fabiola Ricci, quien presidió la primera “función ordinaria del cabildo”, reconoció públicamente –con micrófono en mano- que todo había sido acordado en reunión previa, ¿cinismo, ignorancia o nerviosismo?

“El cambio” llegó: todo relajado. En el presídium se puede degustar un chocolate, arreglarse el cabello, retocarse el maquillaje, corregir la pintura de labios, fajarse el atuendo, bostezar a gusto y hasta en cualquier momento, transformar todo en casi un estudio fotográfico. Tal vez para demostrar fotogenia, y ante tantas pobrezas, si se puede, presumir indumentaria, cara, cuerpo y carisma.


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