Piensa, Prensa y Pega.

19 de enero de 2011

Reflexiones y Precisiones

Hay que decirlo muchas veces porque se niegan a entender que “Reflexiones”, “El Machucón” y “El Pellizco”, no buscan con su contenido, provocar y confrontar, sino obligar a razonar a las autoridades para que se encuentren y cumplan con sus responsabilidades sociales, todas, las cuales deberían impactar favorablemente en la comunidad, provocando bienestar, armonías y satisfacciones mutuas –gobierno y sociedad-; pero no, hasta hoy pareciera que no comprenden, mucho menos les ocupa y ni siquiera les interesa; cuando más, como viene sucediendo con el Ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, sólo cubren las apariencias atiborrando de papeles, con palabrería circense, con “música” asonsadora y con pensamientos trasnochados escritos, que bastante conducen a confusiones o mareos ahora sí ciudadanizados, de los cuales se aprovechan para continuar en lo hueco y bofo, que aromatizan con engaños y amenizan con actuaciones de “artistas de carpa”, como de los años sesentas.

Este espacio con sus advertencias, críticas, denuncias y propuestas, no pretende tratos preferentes, invitaciones sugerentes, acercamientos de tanteo, cariños simulados y ningún arreglo con dinero ajeno; unos, dense por contestados y, otros, por advertidos; así se ha demostrado en más de 7 años en este oficio. Se busca contribuir en algo a la construcción de mejores relaciones y resultados entre autoridades y ciudadanos, que conduzcan a un satisfactorio bienestar social; lejos de corrupciones e impunidades, humanamente justo, oportuno y suficiente. Sólo eso, consciente de los riesgos y precios que en ocasiones se tienen que correr y cubrir. Bien valen la pena y las presiones.

Cuando desde MIRADA SUR se sugiere algo, es porque se tienen “pelos y señales” de lo que se habla -más señales que pelos-, así que cuando el 16 de diciembre del 2010 se adelantaba que la presidenta electa, Victoria Cecilia Flores Pérez, desde antes de entrar, ya pisaba fuerte, es porque había solicitado oficialmente que despidieran a más de 600 trabajadores de la administración municipal de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, sin detenerse a pensar que ell@s y sus familiares, venían viviendo o apenas sobreviviendo con ese ingreso económico, que el golpe seco e injusto, por donde se le viera, afectaría a cuando menos 600 hogares de este municipio, haciendo sufrir y padecer, directamente, a alrededor de 3 mil personas, a más de 600 familias.

Ahora se le puede demostrar, fehacientemente, a una autoridad que es injusta, que es incongruente, que sus actitudes tienen mucho de cobardía; que cuando de frente abrazan, casi siempre por la espalda ensalivan; que acostumbran en público buscar a Dios, pero en privado invocan al diablo. Sí, este es el caso de la ahora presidenta municipal, quien en dos campañas políticas ha ofrecido justicia social, franqueza, tolerancia, transparencia, honradez y congruencia, entre muchas otras cosas; existen infinidad de grabaciones de sus palabras. Nunca ofertó golpear a quienes viven de la venta de su fuerza de trabajo, sin embargo, lo inició desde antes de tomar posesión. Así lo demuestra el documento oficial que hoy se publica. Éste basta y sobra para dibujar a colores la verdadera personalidad, sentimientos, principios, ética y moral de Victoria Cecilia Flores Pérez. No hay margen para las dudas, compasiones o actitudes tibias; este hecho hay que denunciarlo, señalarlo con firmeza, recordarlo siempre y condenarlo enérgicamente.

De los más de 600 trabajadores que Flores Pérez mandó echar a la calle el 10 de diciembre del 2010, un 95% lo constituyen aquell@s que se encargan de realizar los trabajos de “talacha y obra negra” en las diferentes áreas administrativas y operativas de la municipalidad –sí desquitan su salario-, el que menos, con 3 años de antigüedad y cientos con 6, 9, 12, 15 y más años de trabajo con diferentes administraciones. Legalmente, todos con derechos laborales adquiridos, según leyes mexicanas e internacionales, sin embargo, de manera torpe, alevosa y abusiva, sin misericordia alguna se ordenó echarlos a la calle, desconociéndoles el derecho al trabajo que les asiste. Debe decirse, si los hubiera, que aquí no se defiende a las damas y varones de compañía, aviadores y aquellos que pertenecieron al círculo más íntimo del poder municipal que concluyó.

Ninguna persona merece ser llamada “presidenta” cuando atenta contra el sustento y el ingreso económico, bien ganado, de más de 600 familias. Ninguna persona que ignore y sea indiferente a la angustia que provoca el desempleo, merece ser llamada “servidora pública”. Señora, ¿sabe usted lo que se siente en los huesos, en las entrañas y en las manos llenas de impotencia, cuando se le tiene que decir a la familia, que uno ha sido echado del trabajo injustificadamente?, ¿acaso el hambre y la enfermedad de un hijo entienden de un Ayuntamiento con políticas improvisadas, como el que llegó a esta ciudad, bajo el nombre de “El Cambio” con Ceci?.

Quizá se empezó al revés y se deba comenzar por explicarle lo que es una “presidenta municipal”. Usted es una mandataria, una servidora pública, en otras palabras, una empleada del pueblo. Y los empleados no están para perjudicar al patrón, están para mejorar las cosas, para servir, y en el más deficiente de los casos, para evitar que empeoren. Qué gran cobardía es solicitar a quien ya se va, que dé por terminada la relación laboral de más de 600 personas.

Señora, no gobierne sin reflexionar. No tiente a la suerte, sólo el diablo tira los dados sin importar el resultado, y a veces hasta él también se quema. Con la desesperación, la necesidad y la dignidad de las personas, no se juega. Profesora, rompa el cerco y secuestro que le han tendido sus asesores y su pareja, piense que al final usted será la única responsable de todo. Sea humilde, sensible y tolerante; aprenda a reconsiderar y corregir, está usted a tiempo, aunque el primero de sus escasos 20 meses, está por írsele.

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