Piensa, Prensa y Pega.

5 de enero de 2011

Reflexiones y Precisiones

Una de las mejores formas de forzar a que los gobiernos cumplan con su responsabilidad social, con las leyes y reglamentos de este país, con sus propuestas de campaña y compromisos de gobierno, es acompañándolos: con críticas precisas y propuestas constructivas, no como paleros, rasputines o socios en el saqueo de los recursos públicos, en el tráfico con el poder y en todos aquellos negocios que se puedan hacer y promover desde un ayuntamiento, gobierno estatal o federal.

El gobierno más cercano a los ciudadanos es el municipal y cualquier esfuerzo de la población –cada quien cómo y desde donde se pueda- puede incidir favorablemente en el rumbo y particularidades que éste adopte para su buen funcionamiento y resultados. Incorporarse irresponsablemente ayuda a hundir a autoridades y sociedad; callar por ignorancia o conveniencia conduce a lo mismo, entonces, hay que participar con responsabilidad y respeto mutuo, con precisión y oportunidad: sin medias tintas, directo y crudo, aunque a veces duela, es por un bien superior, lo común, aquello que debe ocuparnos sociedad y gobierno.

El 31 de diciembre del 2010, tomó posesión el Ayuntamiento Constitucional para el periodo 2011-2012 del municipio de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, y siempre se esperó que en algún momento de la ceremonia y trabajos, se expresara con claridad y de manera suficiente: quiénes y cuántos somos; dónde habitamos y de qué vivimos en el campo y la ciudad; cuáles son nuestras capacidades; cuáles nuestras limitaciones; cómo se dibuja la problemática municipal inmediata y mediata, en todos sus órdenes; y en qué términos y cómo se espera construir relaciones prometedoras entre los recursos naturales y materiales de todo tipo, y los recursos humanos. Cómo y a qué ritmo se desarrollarán los esfuerzos sociales que atraigan el bienestar social que a los ciudadanos se les debe desde hace mucho.

Al programa desarrollado el 31 de diciembre le faltó contenido, lo sustantivo, y esto aunado a la empírica metodología de exposición, bastante condujo a mayores y más delicadas incertidumbres. Debió de aprovecharse para transmitir conocimientos sobre la realidad municipal; sensibilidad como autoridad, habilidades para gobernar; esperanzas fundadas; tranquilidad y confianza hacia el nuevo gobierno municipal. No fue así, otra vez, ahora ya como gobierno, se desaprovechó la ocasión para lo importante y socialmente trascendente. Desde luego, sí se utilizó para la adulación “casual”, la porra de secundaria, los grititos de colegio y los aplausos calculados en su tiempo y hasta en su intensidad. Los gritos destemplados siempre surgieron de los mismos lugares, con el mismo mensaje y por las mismas personas; como lo acostumbra cualquier partido político, para darle valor y cultivarle el carácter a su candidato o gobernante.

Para empezar, si el nuevo ayuntamiento –con 8 hombres y 8 mujeres, cuyo número garantiza nada- es su interés iniciar ya en serio, tiene que entender que la campaña política concluyó en junio y que ya se encuentra en pleno ejercicio de gobierno y administración pública. Son cuestiones diametralmente diferentes, donde se debe dejar descansar la lengua y aprender a utilizar correctamente, con eficiencia, el tacto, la vista y el cerebro, bien coordinados; olvidar 21 meses el corazón, hígado y vísceras.

El colmo, durante la ceremonia donde inició el nuevo ayuntamiento coleto, en ningún documento distribuido y en ningún momento de su participación, la profesora Cecilia, la señora Presidenta, ni brevemente dijo cuál es el perfil histórico-cultural de San Cristóbal de Las Casas; cuál es su medio físico y geográfico; cuál su marco social; y cuál su marco económico. Hasta hoy, nadie ha dicho en algún documento o participación oficial, cuántos habitantes tiene el municipio de San Cristóbal, en el campo y la ciudad. Pareciera que a la presidenta le están saliendo “piratas” sus científicos.

Pero, hay otras cuestiones todavía más preocupantes. Anunciaron que en la toma de posesión del 31 de diciembre del 2010, la presidenta municipal con la representación del ayuntamiento, daría a conocer su programa de gobierno 2011-2012, esto nunca sucedió, apenas si anunció limitadas líneas de operación, inspiraciones, aspiraciones, cuidados y promesas, como cualquiera las ha hecho, desde hace mucho. Hizo públicos 8 compromisos muy generales que garantizan nada, y por lo que se les encuentra, fueron concebidos y desarrollados sin ningún rigor profesional, en su investigación y exposición, en su forma y contenido.

En el compromiso 1: “gobernar con sentido humano, con honestidad, con vocación de servicio y con transparencia”. (No establece cuáles serán las propuestas concretas de cambios formales en las leyes y reglamentos, no define tiempos y menos una “ruta” de 21 meses. No hay programa y al parecer, sólo son buenos sentimientos, deseos y ofrecimientos).

Compromiso 2: “impulsar el desarrollo integral con sustentabilidad”. (Aquí, se refiere sólo a una pequeña parte del universo a trabajar y la trata como si fuera el todo, además de que no anuncia cómo, con quiénes y las especificidades del “compromiso”. Otra vez, esto para nada se parece a una propuesta de programa, son ofertas sueltas y en el aire).

Compromiso 3: “fomentar el desarrollo económico, humano y social con equidad e inclusión social”. (En esta parte se hace uso de un discurso retórico ya bastante sobado y devaluado, que suena bonito frente a tantas necesidades y aspiraciones, pero que jamás amarra nada si no se le ata a un programa terrenal, creíble, compartido y empujado por todos. Aquí también, de ninguna manera se le da forma a un programa).

Compromiso 4: “prestar servicios municipales con eficiencia y calidad optimizando los recursos públicos”. (En este “compromiso”, olvidaron uno de los más importantes servicios públicos, la seguridad, y esto bien da para reventar y enterrar a toda una administración municipal. Tampoco se mostró algún programa y otra vez quedó todo en un listado desordenado de ofrecimientos, construidos tal vez, con buena fe e iguales sentimientos, cuando lo toral de la función pública no es un asunto de fe y amor. También deben corregir: los servicios públicos municipales, no se “prestan” se proporcionan). Además, tampoco se presentó un programa.

Compromiso 5: “impulsar la interacción de todos los sectores productivos para satisfacer objetivos conjuntos” y compromiso 6: “impulsar programas de combate a los factores condicionantes de la marginación, pobreza y vulnerabilidad social”. (En ambos “compromisos” se habla de promover e impulsar, de hacer mancuerna con el ejecutivo estatal, de no contrariarlo –en la ceremonia, casi a gritos la presidenta le mandó a ofrecer sus brazos y hombros-, de montarse en los endebles objetivos de Desarrollo del Milenio y de otras cuestiones bonitas, dulces y llenas de ternura, que al no darles forma y contenido en un programa “pie tierra”, están condenadas a la infecundidad, a malformaciones y a seguros abortos que colocan en riesgo de muerte a la madre). Tampoco se mostró programa.

Compromiso 7: “impulsar la cultura local y universal y las expresiones de vanguardia en todas sus manifestaciones” y compromiso 8: “impulsar la participación de la ciudadanía y la corresponsabilidad entre sociedad y gobierno”. (En estas dos partes se describen valoraciones y cuestiones interesantes, algunas, cargadas de romanticismo cósmico, pero todas condenadas a no rebasar las fronteras de los buenos deseos y los compromisos sin comprometerse. Por supuesto, como en los otros “compromisos”, quedaron a deber el programa general y los particulares, con proyectos y acciones concretas, sistematizadas, calendarizadas, cuantificables y con “rutas críticas” que permitan su evaluación permanente, confiable y oportuna).

En una parte del compromiso 8, se dice “cambiaremos el estilo de gobernar…”. Por lo que se ha observado, escuchado y leído hasta hoy, están iniciando igual que los ayuntamientos de los últimos, cuando menos, 9 años, lo único que los diferenció fueron las ridículas corbatas y mascadas amarillas que ese día los decoraron. Se avecina más de lo mismo hasta con los mismos condimentos, nada más que en voz y con aroma de mujer.

Queda suficientemente claro, la señora presidenta, no canta mal las rancheras.

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