Piensa, Prensa y Pega.

4 de abril de 2012

Reflexiones y Precisiones


A quienes se engañan aparentando cuidar de su alma, y que a escondidas ensucian su cuerpo.



Ahora, con motivo de la “Semana Mayor”, que la mayoría de personas, con sus actos, la convierten en “Semana Menor”, es saludable tratar de sacar algo fresco y filoso para ofrecerlo a los demás, como lo hace “Reflexiones y Precisiones”. Algo que con seguridad, como siempre, no resultará alegre, dulce y prometedor, sino triste, amargo y lleno de incertidumbre. Donde otra vez, todo asomará como ya es costumbre, “a la mexicana”: los ricos diariamente, buscando cómo volverse más poderosos; y para los pobres, cada día, confirmándose la condena y las amenazas de que los pueden volver, todavía, más miserables, lamentablemente. En estos días de la “Semana Santa”, cuyas costumbres y prácticas humanas la han vuelto “Semana Mundana”, donde casi todos la utilizan para relajarse y oxigenarse evadiendo su deber y realidad, con más razón se vuelve imperioso intentar decir o mostrar lo que otros ocultan, lo que muchos se niegan a ver o lo que otros, por ignorancia o conveniencia, han decidido nunca aceptar.



Aunque se quiera hablar de algo promisorio y placentero para la sociedad mexicana, hasta hoy no hay de otra y es cuestión obligada iniciar refiriéndose a ese enorme y costoso espectáculo –sufragado con recursos públicos- de politiquería montado en el país, que sólo servirá para obtener los nuevos nombres y apellidos de todos aquellos que se ocuparán de continuar mandando sin obedecer, aprovechándose de los que siempre han sido marginados y atropellados en sus derechos elementales, universales y humanos, como lo es el pueblo mexicano, con la complacencia abierta o encubierta de los poderosos de México y el mundo; donde sobresalen los políticos, no pocos religiosos, empresarios, académicos, investigadores, ONGs, medios de comunicación y muchos disfrazados de “luchadores sociales”.



Como el gobierno y sus socios políticos y empresarios lo tenían previsto, ya iniciaron formalmente las actividades proselitistas de los candidatos a ocupar el cargo de Presidente de la República Mexicana. Desafortunada y tristemente, demuestran que no han aprendido de la historia y exhiben todo tipo de pobrezas, insensibilidad, falta de visión y creatividad, haciendo gala de imprudencia e irresponsabilidad social. Volvieron a aparecer los mismos rostros y rollos, se escucharon los ofrecimientos ya “rayados” y asomó la publicidad-promoción de siempre, la que les sirve para ocultar flaquezas, para aturdir, deformar, confundir y manipular. ¡Nada novedoso!, no aparecieron nuevas caras y mucho menos, las propuestas frescas y formales que pudieran transmitir un conocimiento científico de la realidad, enseñanzas, aprendizajes, convicciones, confianzas, esperanzas y la certidumbre que le urge a este país lleno de sufrimientos, hastiado de promesas, cansado de manoseos oficiales, atorado y estancado por tantas ambiciones irracionales, corrupción, impunidad, desmanes institucionales y ausencia casi absoluta de participación social consciente, comprometida y confiable.



Josefina, Andrés y Enrique, hasta hoy, en sus discursos, coinciden en que lo urgente es el combate a la pobreza, pero ninguno de ellos explica y propone sobre las raíces profundas, lo esencial. No precisan, no se alejan de las ambigüedades de siempre, se esmeran en lucimientos intrascendentes y nada nuevo exponen para superarla. Es el mismo rollo de todas las campañas políticas, donde la única novedad, ahora, es la música de fondo que cada uno utiliza. Es en serio, no hay más y es impensable que aparezca. Los tres detalles más notorios e “impactantes” al iniciar la campaña de Enrique Peña, fueron: cambiaron su camisa de rojo intenso por una de color blanco; para amenizar los actos, traen canciones y fondos musicales que atraen y atrapan a personas de todas las edades; y llamó la atención la expresión esa de que “México va a cambiar”, que por cierto, hay que escucharla y analizarla con cuidado, porque podría resultar que trae mensaje subliminal implícito, una amenaza, antes que una esperanza de bienestar social que produzca satisfacciones superiores a las elementales: armonía, paz y desarrollo humano donde todos convivan de pie, satisfechos, dignos y nadie sentado encima de las mayorías necesitadas.



La candidata Josefina Vázquez, para animarse, entusiasmar e intentar ganar adeptos durante sus actividades de proselitismo, echó mano a su creatividad y mandó hacer su canción que ya estrenó, titulada “Diferente”, pero si a ella la observamos y analizamos, en el fondo y esencia, no es “Diferente” a los otros actores políticos, lo cierto y obvio es que es “Diferente” sólo en su forma, en la cuestión del género. A Josefina no se le ven los tamaños para que pudiera ser –en lo sustantivo- “Diferente” a Vicente Fox y Felipe Calderón, y siempre estará latente el riesgo de que pudiera aparecer una Josefina resultado de una mescolanza de las personalidades, Fox-Caderón, y ahí sí, ya cualquiera puede imaginarse las futuras acciones y los “logros” de Josefina Vázquez hacia el pueblo mexicano.



En la campaña que inició, en Andrés M. López sobresalen dos expresiones: “El cambio verdadero está en tus manos” y la oferta de “Serenar al país”. Si nos remitimos a las experiencias vividas y los resultados obtenidos en más de una década, con seguidores o ex seguidores de Andrés M. López, encontramos que también “El cambio verdadero” siempre lo han ofrecido ellos para ser Gobernadores, Senadores, Diputados, Jefes Delegacionales, Presidentes Municipales y miembros de Ayuntamientos, sin embargo, las acciones y resultados conocidos con oportunidad y “de cuerpo entero” –hasta por televisión y en horario estelar-, han dado testimonio contundente de que ellos también son malos gobiernos, pésimos para la administración pública e igualmente, y en ocasiones hasta más deshonestos en el manejo de los recursos públicos. Todos estos antecedentes de administración y gobierno de las “izquierdas”, en esta campaña de proselitismo político, ayudan nada para la credibilidad de los ofrecimientos de Andrés M. López, son contraproducentes y prevalece la desconfianza de que él pudiera ser igual o peor. Sobre eso de que ofrece “Serenar al país”, cómo confiar y tener esperanzas, cuando cotidianamente dan muestras de que ni ellos mismos son capaces de comportarse pacientes y prudentes. Cómo serenar a otros, cuando no pueden tranquilizarse ni ellos mismos.



Conscientes de cómo está y de qué manera se viene dibujando el muy probable futuro social de los mexicanos, chiapanecos, difícilmente existen condiciones razonables para unirse a la celebración con mariscos en la playa, o con vinos, quesos y embutidos en la montaña, donde a la “Semana Mayor” se le vuelve “Semana Menor” o a la “Semana Santa”, se le convierte en “Semana Mundana”.


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